Recuerdo de adolescente, no sentirme muy conforme, por haber nacido en casa de campesinos, principalmente, porque la mayoría de los amigos del barrio, debido que sus padres tenían otras dedicaciones, solían tener más tiempo libre.
¡Por
cierto!, recuerdo a uno de
los tenderos del barrio, cuyo mote era “El Pequeñujo”, que como se puede entender, no pasaba de 1,50, y de cierto grosor. La relación con sus hijos, (cuatro varones y una chica), era algo brusca, ni que decir tiene que, como cualquier matrimonio en aquellos tiempos, con cinco hijos.
No, le resulto fácil sacarlos adelante, con una tienda en barrio pequeño y, además, compitiendo con otras dos tiendas. Si añadimos, que bastantes clientes eran hortelanos y criaban muchos productos para su consumo, solo quedaban los esparteros, como clientes más asiduos.
Este tendero de físico corto y rechoncho era enérgico, jovial y buen vecino.
Si bien, a la hora de obtener la necesaria ayuda de su prole se le solían disparar los nervios, consecuencia del a veces poco caso que le hacían.
Al principio el abastecimiento, de la tienda desde Hellin, lo hacía con un carro de llanta metálica y un burro corpulento, al que habían bautizado con el nombre de "Sevillano", aquel medio de transporte, también lo utilizaba, para recorrer los barrios de Isso, entre ellos Tavizna, las Casas del Rio, San Diego et.et.
Unos años después, el carro fue sustituido por un furgón con poco motor y gran capacidad, de color verde.
Unos años después, el carro fue sustituido por un furgón con poco motor y gran capacidad, de color verde.
Los hijos, a medida que alcanzaban la mayoría de edad, fueron emigrando a Barcelona.
Recuerdo, que cuando volvían para ver a los padres, pasar alguna fiesta, o vacaciones, nos ponían como suele decirse, los dientes de punta hablaban maravillas sobre los adelantos de todo tipo que podían disfrutar en Barcelona, entre otros, coche, tocadiscos, cámaras de fotos, ropas modernas de hippie,et.
El mayor, que fue el primero en marcharse y según decían, trabajaba de comercial, si bien no recuerdo que vendía, pero al parecer gozaba de buenas retribuciones, lo que más nos impactó de lo que traía, era un gran tocadiscos y buen surtido de discos, por cierto, la música no nos sonaba de nada, en el pueblo aún no habíamos pasado de los pasodobles, en el baile de Juanete.
El mayor, que fue el primero en marcharse y según decían, trabajaba de comercial, si bien no recuerdo que vendía, pero al parecer gozaba de buenas retribuciones, lo que más nos impactó de lo que traía, era un gran tocadiscos y buen surtido de discos, por cierto, la música no nos sonaba de nada, en el pueblo aún no habíamos pasado de los pasodobles, en el baile de Juanete.
Pantalones de campana, pelo largo de color castaño, y bien cuidado de aspecto, que parecía un actor de cine.¡Como le envidiábamos!, nos hacía sentir pueblerinos, que por entonces era un insulto.
Como no podía ser de otra manera, las chicas del pueblo, por lo general, quedaban alucinadas del cambio.
En resumen, era un hippie, con buena planta, buen gusto para vestir, y cuidarse.
Resultado, un sueño para las chicas del pueblo.