Cuando el tiempo nos duele:
Con la edad, generalmente nos convertimos
en una especie de sueño viviente, es como si todo lo acontecido durante el tiempo vivido, estuviese en el cerebro comprimido, y nos faltase la tecla para reproducirlo con cierta veracidad.
¡ TOMAR UN CAMINO, DE DOS POSIBLES ! |
No pocas veces quedo asombrado, cuando abro alguna de mis libretas, donde refleje´ alguna de mis instantáneas emocionales, y me resulta difícil reconocerme.
Creo, o al menos así lo percibo,
que he sido algo olvidadizo con la solidaridad, especialmente en mis tiempos
iniciales como adulto y algo rebuscador de ideas, con las que poder diseñar mis
posturas y defenderlas, puede que tomando algunos atajos no muy ortodoxos.
No pocas veces, a lo largo de mi vida, mis
lealtades me han jugado malas pasadas.
¡Dudo! . Nunca sabré si las lleve hasta lo considerado aceptable, o si me quede
corto, y opte rápidamente por el mejor árbol, para tener la mejor sombra.
Poco
se puede hacer por enmendar este tipo de cosas, porque en definitiva, según por
quien seas juzgado, serás considerado leal, o traidor.
Nuestro comportamiento sobre decisiones, que en un momento dado nos vemos obligados a tomar, será el resultado de una valoración muy premeditada, cuidándonos de no apostar todo a una carta, por el alto riesgo que puede suponer, para nosotros y nuestro entorno más querido.
El camino que significa la vida, poca duda cabe, que nos ha de producir marcas considerables y algún que otro arañazo doloroso.
Hemos de procurar ,que esos arañazos no se conviertan un surcos y quedemos atrapados, sin posibilidad de reconducir nuestra existencia.