Lo que se aprende en la madurez no son cosas sencillas,como adquirir habilidades e información.
Se aprende a no incurrir en conductas auto-destructivas,a no dilapidar energía.


Se descubre cómo dominar las tensiones,

y que el resentimiento y la auto-compasión
se encuentran entre las drogas más tóxicas.
Se aprende que el mundo adora el talento,
pero recompensa el carácter.
Se comprende que la mayoría de la gente
no está ni a favor ni en contra nuestro,
sino que está absorta en sí misma.
Se aprende, en fin, que por grande que sea
nuestro empeño en agradar a los demás
siempre habrá personas que no nos quieran.
Esto es una dura lección al principio, pero al final resulta tranquilizadora

 




                   

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Al hilo de la anterior reflexion, aparecen en mi mente situaciones poco alentadoras para quienes nos toque la ultima etapa de la vida sin la posibilidad de auto-valernos. 
Afrontar las 24 horas diarias, solicitando ayuda a los demás, ha de ser aterrador.
Como por desgracia han sufrido o lo están sufriendo parte de mi familia mas cercana.

   Como preparar la mente para vivir semejante situación, que en muchos casos se presenta, no solo con deterioro físico, sino también mental, pudiendo prolongarse en el tiempo de manera cruel.
A de ser enormemente duro, quedar atado a una silla o   cama. viviendo minuto a minuto una situación tan penosa y deprimente, donde la arrogancia, el orgullo y la vanidad de antaño, quedan entrujadas por el triunfo de la muerte 

Te conviertes en un problema para la familia, ante la imposibilidad de ninngun tipo de dialogo, la consecuencia es, que las visitas acaban desapareciendo,  porque ya eres algo inerte, donde solo se percibe una leve respiración hasta el apagado final. 


A. Villena