Arañando
las entrañas:
Mi
experiencia me confunde en algunas ocasiones, especialmente cuando me toca
afrontar posibles errores, que yo he podido cometer, en opinión de terceros, o
que otros han podido cometer con respecto a mí.
Es como un miedo atroz, a que se derrumbe ese frágil castillo, que a veces en mi delirio más irracional, soy capaz de levantar.
Son momentos, en que mi cerebro toma las riendas y me hunde, dejándome alejado de la racionalidad más elemental.
Afortunadamente a lo largo de mi vida no han sido muy frecuentes,
pero sí lo suficiente, para descontrolarme, por lo virulentas.
Mi
estómago se retuerce y deja de funcionar, entrando en una especie de círculo,
incapaz de salir a corto plazo.
Puede que estos comportamientos sean habituales en una buena parte de los mortales, es como sentirte acorralado y sin respuesta, ante el más horrible fracaso, como humano racional.