Manolin, lanzando la bola |
Hoy día 23/11/2013,le hemos enterrado.
Una vez más la pedania de Isso ha despedido
a uno de sus
vecinos con visita al tanatorio, la iglesia y por ultimo al cementerio, la asistencia ha sido muy numerosa,
pues era muy conocido, especialmente por ser un magnifico “Boleador”, deporte muy popular en esta comarca, si bien últimamente venido a menos, Dicho esto, he tenido ocasión durante estos casi dos años ,en los que ha estado afectado por la enfermedad, de pasar largos ratos acompañándole, en su singular travesía del desierto, y departiendo con él, sobre muchos temas.
En mi particular manera de ver como ha sido su situación emocional, hasta los últimos dos o tres meses, tuvo esperanzado de salir adelante. Sin embargo en sus
últimas semanas percibí en él una amarga derrota.
Las antes optimistas conversaciones, se fueron apagando, y tornando en dificultad para ambos, de mantener algun tipo de comunicación que pudiera evadirle de su situación, que empeoraba de forma dolorosa.
Creo que con la pérdida de este amigo, he comprendido algunas cosas que nos deberían hacer reflexionar.
Me refiero a esas dudas que a veces nos asoman, sobre la idoneidad o no de las visitas, a este tipo de enfermos, sobre todo cuando ya son conscientes de que les queda poco tiempo de vida, pues no pocas
veces nos dejamos arrastrar por lo más cómodo.
Y es lo de pensar, si desean estar solos, o que tal vez la familia, no desea que le visiten,
Confieso, que yo también tuve esas dudas, cuando supe que le habían detectado cáncer de pulmón en situación avanzada.
Sin embargo decidí visitarle cada fin de semana cuando regresaba al pueblo, y despues de la dolorosa experiencia las dudas se me han disipado, ahora estoy convencido, que cuando un amigo, conocido o familiar, sufre algun tipo de infortunio, sea salud u otro tipo de desgracias, hemos de estar compartiendo con el su mal
momento.
Por tanto, nunca pongamos tierra por medio, cuando alguien que nos importa, tiene dificultades hemos de ser solidarios.
Alejarnos les hace daño y puede que a nosotros también.
La conciencia nos puede pasar factura en forma de remordimiento.