PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

martes, 16 de julio de 2024

FORTALEZA MEDIEVAL DE ISSO / 33

 


En la torre mayor podemos contar hasta 25 hiladas de tapia, cada una con 18 mechinales en su lado mayor y 14 en su lado menor, dispuestos de tal manera que existe correspondencia vertical entre los de hiladas sucesivas; lo mismo ocurre en la torre menor. Esa correspondencia y la ausencia de juntas verticales supone un indicio de que cada hilada se
encofró y confeccionó de una forma continua, montando varios tapiales al mismo tiempo. Este panorama nos recuerda lo visto en otras torres del entorno, como la de Taibilla (Nerpio, Albacete). 

La altura media de las tapias es de unos 83 cm. No se aprecian juntas de trabajo, ni huellas de barzones, salvo en una tapia situada en la cara interior de la primera hilada del lienzo occidental visto desde el patio (Fig. 38); por el contrario, sí se observan líneas de clavos en algunos puntos de ambas torres (Fig. 39). 



Las agujas no traspasan toda la anchura de la
tapia como corresponde, normalmente, a la construcción de muros de gran espesor. Las agujas se disponen dentro de un cajeado de la tapia inferior y son de un solo uso; una vez terminada la tapia, se cortan y la mitad interior permanece dentro de la masa del muro.

Se distinguen dos zarpas en el muro oeste de la torre mayor (Fig. 40) y, en el caso de que existieran en otros muros, no se ven debido a que los muros arrancan de cotas más altas o están semienterrados en la actualidad.


Las murallas se interrumpen en las torres, por lo cual los recorridos debían continuar por su interior. 

Se conservan sendos tramos, uno adosado al muro norte de la gran torre de esquina, otro que se adosa al muro oriental de la torre más pequeña.
 Esos dos tramos no son perpendiculares; se aprecia ortogonalidad entre la muralla oeste y el conjunto de las torres, pero el segundo tramo no es perpendicular a la torre pequeña. El primero presenta desarrollo sur-norte coincidiendo con las direcciones principales del conjunto, incluso coherente con ese sistema de dimensiones que entrevemos (Fig. 41)el segundo presenta un desarrollo suroeste-noreste y su dirección no guarda paralelismo con ninguna de las torres que estamos tratando, sin embargo, guarda una mayor ortogonalidad con el muro que se conserva al noroeste de la manzana (Fig. 20). 

El lienzo oeste conserva restos del adarve, pretil hacia el exterior y unos escalones descendentes en su extremo norte (Fig. 41). 

Sobre el lienzo sur podemos suponer que se conserva casi hasta el nivel del adarve, sin restos de pretil. Ambos adarves terminan, al contactar con las torres, en sus correspondientes huecos de paso: el de la torre grande se conserva íntegramente, aunque reformado para usos posteriores (Fig. 41); el de la torre pequeña se adivina en los restos del muro oriental de esta (Fig. 49). El nivel de los dos adarves no es coincidente, el oriental es más alto.


martes, 9 de julio de 2024

FORTALEZA MEDIEVAL DE ISSO / 32

 

Parcela 1. 

En el frente occidental de esta parcela, en su tramo más septentrional, en contacto con la nº
2, hay un cobertizo construido en el huerto anexo, en cuyo interior se puede apreciar un recorte en el sustrato rocoso, dispuesto oblicuamente a lo que sería la línea de muralla (Fig. 36). 

Actualmente se trabaja con varias hipótesis; una de ellas consiste en que este recorte corresponde a la línea que ocupó en su día el frente norte de un torreón intermedio. 



De la presencia de estos torreones menores, situados entre los mayores de esquina, tenemos la evidencia arqueológica del ejemplo hallado en la parcela 13 (Figs. 18, 20 y 29). En los otros frentes de la fortaleza también hay indicios de su existencia. 


El castillo. La torre y la puerta del ángulo suroeste

El cerro, la fuente y el camino son los elementos que explican el emplazamiento de la
fortaleza. El camino de la Fuente y su continuación por la acequia (Fig. 10) determinan el eje original a cuyo lado oriental surge, en un punto más sólido y elevado que su entorno, la fortaleza. Seguridad, comunicación y abastecimiento son los tres factores que explican la presencia de una fortaleza en este preciso lugar, factores a los que podríamos añadir un cuarto: prestigio.

Como hemos comentado en el capítulo anterior, el castillo de Isso desapareció, arruinado o demolido, prácticamente en su totalidad, excepto el complejo constructivo formado por una gran torre, la puerta anexa y los dos lienzos de muralla que salen de él (Fig. 51). Todos estos restos están situados en el

ángulo suroccidental del barrio que amortizó la fortaleza y se han conservado formando parte de la casa que ocupa la parcela nº 1, excepto el tramo de muralla que hay entre las parcelas nº 6 y 7 (Fig. 20). 


La evidencia de sus estructuras contrasta con la situación de olvido en la que han llegado hasta nosotros.A veces, como en este caso, el topónimo se ha grabado más en la memoria que el propio edificio. Sorprendentemente, el POM de Hellín no recoge el “Castillo de Isso” en su catálogo a pesar de estar declarado bien de interés cultural en virtud de la disposición adicional segunda de la Ley del Patrimonio Histórico Español. Sin embargo, sí aparece en el “Inventario de yacimientos de la carta arqueológica provincial” y sólo en este sentido se recoge en el Plan.



El castillo dibuja una planta cuadrangular con grandes torres en las esquinas, decía el canónigo Lozano en el siglo XVIII. En una de ellas, la suroeste, se encuentran los elementos que dieron principio a nuestro estudio. Se trata de dos torres, cuya proximidad señala su función de puerta (Fig. 37).

Los accesos a una fortaleza necesitan identificarse desde lejos para cumplir su función, a menos que se trate de una puerta secundaria o que tenga cierto carácter secreto. Se manifiestan como un hueco en un muro, pero también como un par de torres muy cercanas. 

Una posición de esquina marca un punto de privilegio, mientras que cuatro señalan un recinto.

La topografía de la zona indica que el terreno desciende hacia el sur y hacia el este. 

Sin embargo, el desarrollo de la muralla oeste asciende hacia el sur, lo cual podría ser un indicio de la voluntad de preponderancia de la gran torre suroeste, además de la necesidad de ir aproximándose al nivel del adarve sur.


FORTALEZA MEDIEVAL DE ISSO / 31

 En el extremo oriental de este mismo muro identificamos una fábrica de mampostería encofrada en la que se aprecia muy bien la alternancia de las hiladas horizontales de piedra y las capas de mortero de cal (Fig. 33).


Aunque no podemos dar cronologías absolutas para esta fábrica, reconocemos que se asemeja a obras anteriores al siglo XII. 

Esta fábrica de mampostería parece diferente de las otras que hemos visto en el resto de la fortaleza, concretamente a la tapiería de hormigón ciclópeo o a la de tierra calicostrada. 

Una hipótesis que podría explicar estas diferencias es que la mampostería encofrada de la parcela nº 12 perteneciera a una fase antigua de los torreones de esquina que después serían trasdosados con diferentes fábricas de tapiería.



La obra de mampostería que acabamos de describir es la cara opuesta de los restos del torreón de esquina conservados en el patio de la casa nº 4 (Fig. 30); en este último vimos una clara discontinuidad de fábricas, entre la mampostería encofrada perteneciente al torreón y la tapia rica en tierra rojiza, que de nuevo vemos en la cara de la muralla conservada en el cámara de la vivienda nº 12. 


Parcela 11.
Al hacer el levantamiento de este edificio pudimos comprobar que su medianería occidental, además de ser irregular, era muy gruesa, lo que podría indicar que estamos ante los restos del torreón de esquina nororiental localizado en el patio de la casa nº 4.

 Lamentablemente, no vimos su fábrica debido a que el inmueble está en uso y por ello no fue posible picar los enlucidos que la cubren. 

Además de los restos documentados en su interior, esta antigua vivienda conserva en su exterior los restos de un machón de tapiería, situado en la medianera que separa las parcelas 11 y 12b (Fig. 34). 

En este caso se puede afirmar que la tapia conservada en el exterior nada tiene que ver con la obra de mampostería que conforma el torreón de la parcela 4 (Fig. 30)

.Parcela 14. En su frente occidental se ha analizado un muro de hormigón de cal que constituye, actualmente, la base del patio de la casa (Fig. 35).


 La situación de esta estructura con respecto al lienzo de muralla del frente occidental, y el hecho de que conforme una esquina, permite plantear que se trata de la base maciza de un antiguo torreón de esquina de grandes dimensiones (Fig. 18).