También recuerdo mis primeros escarceos con al cigarro sin tabaco, se trataba de papel de estraza, del que se utilizaba en las tiendas del barrio, para liar los productos de granel.
Lo poníamos al al sol durante unos días, en lugares ocultos, lo liábamos bien apretado entre sí y una vez prendido, las chupadas de aquel humo, chocaba contra la lengua como si la cortara, quiza, aquellas experiencias fueron premonitorias, para no fumar de adulto.
Otra de juegos era al ”Frendis” . Hacíamos un círculo, arrastrando fuerte contra el suelo, un tejo, o piedra en cualquier calle o camino, una vez señalado, cada uno de los jugadores poníamos un perrón, o sea diez céntimos en relación a la peseta. Si no recuerdo mal, consistía, con monedas a las que llamábamos negro, (Monedas antiguas que ya no se usaban, de más peso y tamaño), las lanzábamos sobre los cantos de los perrones, y había que sacarlos del círculo, para tener moneda ganada, si se conseguía volvías a tirar, a la siguiente.
Otra de juegos era al ”Frendis” . Hacíamos un círculo, arrastrando fuerte contra el suelo, un tejo, o piedra en cualquier calle o camino, una vez señalado, cada uno de los jugadores poníamos un perrón, o sea diez céntimos en relación a la peseta. Si no recuerdo mal, consistía, con monedas a las que llamábamos negro, (Monedas antiguas que ya no se usaban, de más peso y tamaño), las lanzábamos sobre los cantos de los perrones, y había que sacarlos del círculo, para tener moneda ganada, si se conseguía volvías a tirar, a la siguiente.
Cuando la moneda grande, se quedaba fuera de la línea, había que volverla de nuevo al círculo con otra tirada, por cierto haciendo estos juegos comprendí, que lo del juego no era lo
mío, solía perder casi siempre, y especialmente, cuando jugaba con mi primo, que aun siendo más joven que yo siempre me dejaba sin blanca.
"El juego de las cartas" también formaba parte de nuestros entretenimientos, y para que no nos vieran, solíamos ocultarnos en algún ribazo, lleno de maleza de los que tanto abundaban en Isso.
"La Semana Santa".
La solíamos percibir con antelación, debido a que en esta comarca nace una especie de tallo azul robusto de tres a diez centímetros de alto, forma cilíndrica y color azul intenso parecido al color que usan algunas cofradías.a unos y otros les llamábamos y les continúa llamando "Nazarenos" , de ahí, que cuando salían en el campo,los tambores y procesiones estaban próximos
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