PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

domingo, 22 de noviembre de 2020

GRATITUD FAMILIAR

Ángel Gabilondo      "Siempre somos hijos"
   Un equilibrado articulo sobre el relevo generacional 
Se viene produciendo un verdadero entrecruzamiento en la necesidad cada día más patente de cuidarnos. También, mutuamente. Valerse por sí mismo no significa ignorar a los demás, aunque sea un factor determinante de la autonomía personal. Sin embargo, no pocas veces resulta en alguna medida inviable. Y ello ha de considerarse una auténtica dificultad en la práctica de la libertad. La complejidad del tiempo presente ha provocado una alteración tan profunda que nos encontramos con escenarios en las que se produce un cierto abandono.

Podría a su vez presumirse que el mero hecho de ser padres o tutores, o máximos responsables de garantizar el entorno afectivo en el que alguien va creciendo y desarrollándose, acredita que se dan las condiciones para asumir con cierta naturalidad su labor.
 Pero no pocas veces muchos afirman encontrarse desbordados, como atropellados por la existencia, y no sólo por una preparación que desearían mejorable, sino por una actitud que les hace sentirse damnificados por su propia y necesaria tarea.
 Ello va labrando una distancia, una determinada percepción, la de que se es víctima de lo que les corresponde hacer, mientras tamaña ocupación les hurta vida, tiempo de vida. Y entonces, a pesar de los afectos, no es infrecuente encontrar quienes sienten su condición como una carga, que exige una dedicación y un esfuerzo que, aunque se espere y se presuma, nunca supusieron que fuera tal.

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OPINIÓN: Antonio Villena.
Profundo ,y en mi opinión acertado artículo, sobre el siempre complicado relevo generacional.
No pocas veces experimento en la actualidad  cuestiones como las que relata A. Gabilondo.

 Entiendo que la proximidad y la comunicación entre padres e hijos, pocas veces suele ser trasparente y certera, en cuanto a equilibrios emocionales, y sobre cómo han de ser los comentarios adecuados, para no herir sensibilidades. 
   Puede que no pocas veces los hijos tratan de convertir en gracietas, cuestiones existenciales sobre la tercera edad, y no siempre se dan cuenta, que a veces, lo que para ellos es una simple broma, nos hiere  en lo más profundo, si bien tratamos de ocultarlo, pero nos quedara el poso, de que no es lo  adecuado para establecer el grado de afecto mutuo natural.
   Ocurre.  Que quienes estamos pisando el último tramo del camino, no siempre aceptamos con humor, verdades sobre nuestra decadencia, por muy graciosas que sean.

Tampoco es muy recomendable, enjuiciar humoristicamente, con chistes más o menos  subjetivos, sobre nuestra nota como padres.

Estas conversaciones que  pueden desarrollarse en buen ambiente. Pero  no pocas veces nos hacen daño, si bien procuramos sonreír, para no romper momentos más o menos agradables y de proximidad.

En mi opinión es obvio, que  siempre va a prevalecer en los padres, aquello, de que  los hijos,  para bien o para mal, son el resultado de nuestros proyectos de vida, y como tal,  es natural, que acabemos aceptando los comentarios, por mucho que nos duelan, si bien, no pocas veces, mordiéndonos la lengua, sobre algunas de sus opiniones. 

La nuevas generaciones, o aquellos que han nacido a partir de los años 80, afronta nuestras torpezas, olvidos, perdidas físicas, y mentales, que se producen en los ancianos, como un problema, en sus atropelladas vidas... ¡¡Solución!!, las residencias, Los geriátricos y todo tipo de aparcamientos privados y públicos.   En definitiva, lugares en su mayoría gestionados como empresas, donde lo que importa son los resultados.
 No es fácil corregir el rumbo. Cuando a día que estoy haciendo esta entrada en el blog 31/03/2016, he conocido una estadística muy reveladora. Se trata del índice de suicidios en España, que supera al de muertos por accidentes de trafico.    

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