PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

martes, 1 de agosto de 2017

CEGADOS POR LA PRIMERA IMPRESIÓN

JENNY MOIX QUERALTO


Somos así. Una mirada y ¡zas!, ya hemos encasillado al personal. Los experimentos de John Bargh de la Universidad de Yale muestran que nuestro cerebro solo necesita dos décimas de segundo para formarse la primera impresión. Esa sensación no proviene de nuestro córtex. No surge de nuestra parte racional, sino de la amígdala, una estructura cerebral que da cuenta de nuestras emociones. No es una conclusión lógica y razonada, es más bien una sensación inconsciente que decanta nuestro corazón hacia un lado u otro.
Si programáramos a un robot para que clasificara a las personas, seguramente lo diseñaríamos para que reco­­gie­­ra el máximo de datos antes de extraer una conclusión. A nosotros nos programó la evolución, y no lo hizo así precisamente. Cuando nuestros antepasados se encontraban ante un extraño, su cerebro debía decidir lo más rápidamente posible si era peligroso o no, de ello dependía su supervivencia. Si sus neuronas hubieran dedicado mucho  tiempo a recabar información, quizá la conclusión habría llegado demasiado tarde. Así que estamos cableados para llegar a un juicio rápido basado solo en algunos detalles. Si ante un desconocido, algo de su aspecto nos recuerda inconscientemente a alguien que nos perjudicó en un pasado, probablemente nos sentiremos amenazados. Puede que nuestra sensación sea atinada o puede que no. Quizá sea una simple peca la que nos genera esa impresión. Bromas que gasta la evolución.
“La intuición es poderosa; a menudo, sabia, y a veces, peligrosa” (David G. Myers)

Lo peligroso del tema no es solo que nuestra primera impresión puede estar totalmente equivocada, sino que es bastante determinante. Marca sobremanera las percepciones posteriores. Tanto, que apenas tomamos en cuenta si las informaciones siguientes apuntan en otra dirección.

lunes, 31 de julio de 2017

NATURALEZA ARAGONESA








Vamos a limpiar el monte


Todos los años pasa lo mismo, pero me da la impresión de cada año salen más iluminados, entendidos y expertos en gestión de montes y entornos naturales. Este año hemos comenzado con algunos grandes incendios un poco antes de lo habitual, con una ola de calor que ha adelantado varias semanas las extremas condiciones necesarias para que se den este tipo de incendios.

 Lo que no cambia año tras año son los espontáneos de todo tipo, saliendo en multitud de foros y medios de comunicación pidiendo la limpieza del monte. Dicen que el monte está sucio.
!Limpieza del monte¡ Yo también quiero que se limpie el monte. Sin dudarlo. Anda que no está sucio, sobre todo en algunos lugares donde hay más afluencia de gente. Bolsas de plástico, vidrios, papeles.... Algunos sitios parecen verdaderos basureros.

Pero resulta que no. A todos estos “expertos en gestión de montes” parece que les da igual que haya basuras. Ninguno está pidiendo eso. Resulta que lo que quieren es que se elimine el matorral y el sotobosque de nuestros montes. Anda.....

Veo estupefacto en las redes sociales, incluso en hora de máxima audiencia en un informativo de televisión, un video grabado por alguien que podría ser un bombero de algún parque de Valencia 
quejándose de que el monte que se está quemando está muy sucio, lleno de zarzas y otros matorrales que no le dejan ni andar. Pero señor, ¿se da usted cuenta de que en ese monte lo único que hay es precisamente eso, matorral? Podríamos quitarlo todo en invierno, con gente del paro, como usted dice, y así en verano seguro que no se quema. Pero resulta que muchos de nuestros montes están poblados únicamente de matorral, otros son pastizales y muchos otros son bosques, pero siempre les acompaña un sotobosque con mayor o menor número de especies que le dan la riqueza y biodiversidad que tienen. Un bosque en el que solo tengamos árboles, limpiando esa “suciedad” de especies consortes, no es un bosque. Recalco que NO es un bosque. Eso es un cultivo, salvo que en lugar de maíz o frutales hay árboles.


La única limpieza aceptada debería ser la encaminada a acelerar el climax en aquellos bosques que se encuentran en sus primeras etapas de desarrollo, donde se eliminan ejemplares dominados y se tiende a dejar las especies y densidades que habría en un bosque maduro. Otra actuación encaminada a frenar el avance del fuego, permitiendo su extinción, es el clareo y desbroce que se realiza en las áreas cortafuegos, a ambos lados de cortafuegos, caminos, etc. donde si que se baja mucho la densidad de arbolado y se elimina el matorral para evitar los fuegos verticales y que un incendio pase a copas, que pueden llegar a ser los más peligrosos y virulentos. Esa es una de las actuaciones que el Gobierno de Aragón está llevando a cabo en muchos montes de nuestra región. Pero eso solo se hace para romper la continuidad en zonas extensas de bosque, creando sectores donde atajar un posible incendio. No se puede pretender que esa actuación se lleve a cabo en toda la superficie del monte. Conseguiríamos destruir el bosque.

Los árboles forman parte de ecosistemas muy complejos donde hay cientos de especies interrelacionadas y dependientes unas de otras, con especificidades de alimentación y refugio que hacen que sean unos ecosistemas tremendamente ricos. Con esas limpiezas que piden nuestros “expertos”, ¿qué es lo que se pretende? ¿Dejar un jardín con unas pocas especies? ¿Las que le interesan a alguno de esos “expertos”? ¿Cuales eliminamos? ¿Para qué? ¿Favoreceríamos la desaparición de especies vegetales sensibles y potenciaríamos otras más oportunistas? ¿Cuántas especies animales se verían perjudicadas? ¿Cuántas de ellas desparecerían? ¿Cambiaría el régimen hidrológico de algunas cuencas al desaparecer un freno para la escorrentía del agua de lluvia? ¿Qué nuevos procesos erosivos acontecerían y de qué gravedad? ¿Se infiltraría menos agua en las capas profundas de la tierra y cambiarían los caudales freáticos? Buffff. Cuantas preguntas que ninguno de esos expertos sabe 
contestar. Que fácil es opinar sin tener ni idea de lo que se habla. Señores “expertos”, y medios de comunicación, la próxima vez busquen a los expertos de verdad en gestión de montes; tenemos muchos y muy buenos; ingenieros de montes, ambiéntólogos, geólogos, botánicos, zoólogos, biólogos, Agentes forestales medioambientales/APN, etc., algunos conocedores de su especialidad, otros con 
mayor amplitud, pero expertos de verdad. Como dice el dicho; zapatero a tus zapatos.
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martes, 18 de julio de 2017

RAMIRO CALLE ( Apreciar lo que se tiene)

 La ciencia de apreciar lo que se tiene:

Es posible vivir bien la vida o, por el contrario, hacer de ella un simulacro. 
 Se puede vivir como si de una competición se tratara, pero también es posible vivirla con alegría y serenidad, tomando conciencia de que la vida no es más que una suma de instantes y que cada instante perdido es irrecuperable. Mirar las estrellas.

Es muy hermoso y significativo el aforismo del poeta indio Rabindranath Tagore que dice: "Si de noche lloras porque se ha ido el sol, tampoco podrás ver las 
estrellas". Frase que encaja perfectamente con la insatisfacción que padece el ser humano. La mente siempre está insatisfecha y cuando la persona no tiene nada, siente que padece un grave problema; cuando tiene demasiado, también lo padece porque ha de tratar de conservarlo y aumentarlo. Si a una persona la aman demasiado, se siente atosigada, pero se siente más desgraciada si no la aman.
Cuando se está en una parte de querría estar en otra y cuando se está con una 
persona se añora la presencia de otra...
Hay que desarrollar la ciencia que enseña a apreciar el presente, aunque esto no quiera decir que no haya que cuidarse sin obsesiones del futuro o que no se ponga energía y condiciones para mejorar la calidad de vida; pero hay que aprender a valorar y amar aquello de lo que se dispone.
El ser humano es a veces tan necio que sólo valora lo que pierde o lo que nunca logra obtener.
Incluso si consigue algo que anhelamos mucho, tiene que proponerse nuevos logros para volver otra vez a aburrirse y desesperarse.
Estas son las trastadas de la mente a la que Santa Teresa llamaba la loca de la casa. Pero esa loca a veces es un monstruo que cuando se está sano hace creer que se está enfermo, confundiendo al hombre si es que éste no está dispuesto a escucharla con atención.
 Muchos pensamientos caóticos son el reflejo del desorden que reina en la profundidad de la mente.




 La mente es muy hábil en trucos. Uno de los más comunes es el denominado mecanismo de proyección. La persona proyecta sobre lo visto sus propios deseos, expectativas, temores anhelos.
Aprender a pensar y a dejar de pensar.
Una de las funciones de la mente es el pensamiento, aunque éste tenga una doble vertiente: puede ser un experto en ayudar y cooperar, pero también en torturar y asesinar. Tiene un lado luminoso y un lado perverso, pudiendo estar cargado de benevolencia o de maldad.
Si cuesta lo mismo pensar positiva que negativamente, ¿por qué no purificar el pensamiento y pensar con cordura y compasión? Todos podemos, aunque requiera mucha atención, seguir un método disciplinado para aprender a pensar y para aprender a cultivar los pensamientos positivos.
Para conseguirlo se puede recurrir a lo que se denominan esfuerzos para purificar la mente y liberalizar el pensamiento de contaminaciones. Estos son:
 el esfuerzo por desalojar de la mente los pensamientos insanos que habitan en ella el esfuerzo por evitar que entren en el escenario mental otros pensamientos insanos