PASADO

PASADO
LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

miércoles, 15 de enero de 2020

MIRANDO AL TOLADILLO:

martes, 14 de enero de 2020

LETRAS ALOCADAS


¿Qué siento cuando llego a casa después de una jornada laboral?

 Lo resumiría en una foto fija e instantánea, de objetivos cumplidos y no cumplidos, y que se transforman en pensamientos alocados, donde todos lo que me ha rodeado se mueve en un grotesco baile de disfraces, que interviene de manera directa en mi estado de ánimo.
 Después de todo, el día a día es como un resumen instantáneo de sueños y frustraciones, donde todos los elementos que me rodean intervienen de forma directa en mi estado de ánimo.
Se podría deducir que las personas o cosas que me rodean las analizo, de manera, que en mi afán de defender mi posición en cada momento, me convierto en una especie de depredador, y mi único interés radica en proveerme de herramientas de todo tipo, que mes sirvan, no solo para defenderme, sino también para atacar a quien se ponga a tiro.

De esto se podría deducir, que las personas o cosas que me rodean están siendo analizadas por el sujeto. ¡Yo!, desde mi interés más peculiar y subjetivo. 

Es junio 2007 y podría sacar la siguiente conclusión, sobre lo que me está tocando vivir en  referentcia a mi situación laboral.


Entiendo, o así quiero pensarlo, que actualmente tengo la confianza de mis superiores, desde Quique hasta Ildefonso pasando por Manuel Martínez, esta situación, por una parte me da tranquilidad, pero no dejo de pensar, que toda mi descendencia, hasta un total de tres, están enganchados a este mismo carro, lo que podría generar una opinión, poco positiva a nivel de compañeros. 






lunes, 13 de enero de 2020

BORJA VILASECA.





COMPENSACIÓN EMOCIONAL:


"Si no lo encuentras dentro de ti, ¿dónde lo encontrarás?" (Alan Watts)

De tanto mirar hacia fuera, nuestras diferentes motivaciones se van centrando en un mismo objetivo: conseguir que la realidad se adapte a nuestros deseos y expectativas egocéntricos.   Así es como pretendemos conquistar algún día la felicidad.   Sin embargo, dado que no solemos saciar estas falsas necesidades, enseguida interpretamos el papel de víctima, convirtiendo nuestra existencia en una frustración constante.
Expertos en el campo de la psicología de la personalidad afirman que este egocentrismo -que se origina en nuestra más tierna infancia- condiciona nuestro pensamiento,nuestra actitud y nuestra conducta, formando lentamente nuestra personalidad.   Así, la falta de autoestima obliga a muchas personas a compensarse emocionalmente, mostrándose orgullosas y soberbias.