PASADO

PASADO
LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

martes, 12 de mayo de 2020

CURIOSO COMPORTAMIENTO


lunes, 11 de mayo de 2020

GLOBALIZACION,CONSUMISMO = MISERIA /


El sentido de un sin sentido:          

¡ Ha saber !


Algunos ciudadanos, de este heterogéneo mundo y en determinados lugares como España, asistimos perplejos y con decepción, al hundimiento de un sueño, el que apenas hace unas décadas, nos llegó en forma de democracia.

 En mi caso, tengo la impresión, de que  valores ecológicos, humanitarios, solidarios, políticos, religiosos, etc.  están siendo arrasados por un tsunami llamado poder, manipulación, competitividad y   globalización.

   No sé cómo puede acabar esto, lo que si se, que un buen porcentaje de ciudadanos, estamos arrojando la toalla y hemos perdido todo tipo de esperanza en el futuro.

   Padecemos depresión,  y estamos inmersos en una especie de melancolía, en donde quedamos perdidos y confusos, sin saber que hemos hecho mal, para encontrarnos en semejante situación.






  




 La adicción más peligrosa que hemos contraído, sin apenas notarlo, ha sido la de consumir descontroladamente, supuestamente  para mejorar estatus y  calidad de vida.
    ¡Ocurre a veces!  Que  el sacrificio al que hemos de enfrentarnos,  para conseguir lo que supuestamente  nos hará más felices, acaba en muchos casos metiéndonos en una espiral neurótica y obsesiva, de tal modo, que si no adquirimos lo último no nos sentimos completos, es como una especie de droga, que a los humildes nos desequilibra la economía, y a los poderosos les vale para continuar engordando sus cuentas.
    Nos hemos hecho adictos a todo tipo de artículos, que la publicidad nos ofrece como panacea de bienestar y distinción. 







domingo, 10 de mayo de 2020

ALAN WATTS

"Si no lo encuentras dentro de ti, ¿dónde lo encontrarás?" (Alan Watts)




De tanto mirar hacia fuera, nuestras diferentes motivaciones se van centrando en un mismo objetivo: conseguir que la realidad se adapte a nuestros deseos y expectativas egocéntricos. Así es como pretendemos conquistar algún día la felicidad. Sin embargo, dado que no solemos saciar estas falsas necesidades, enseguida interpretamos el papel de víctima, convirtiendo nuestra existencia en una frustración constante.
Expertos en el campo de la psicología de la personalidad afirman que este egocentrismo -que se origina en nuestra más tierna infancia- condiciona nuestro pensamiento, nuestra actitud y nuestra conducta, formando lentamente nuestra personalidad. Así, la falta de autoestima obliga a muchas personas a compensarse emocionalmente, mostrándose orgullosas y soberbias.
Al negar sus propias necesidades y perseguir las de los demás, son las últimas en pedir ayuda y las primeras en ofrecerla. Aunque no suelen escucharse a sí mismas, se ven legitimadas para atosigar y dar consejos sin que se los pidan. De ahí que suelan crear rechazo y se ven acorraladas por su mayor enemigo: la soledad.
En otros casos, esta carencia fuerza a algunas personas a proyectar una imagen de triunfo en todo momento, incluso cuando se sienten derrotadas. Cegadas por el afán de deslumbrar para ser reconocidas y admiradas, se vuelven adictas al trabajo, relegando su vida emocional a un segundo plano. La vanidad las condena a esconderse bajo una máscara de lujo y a refugiarse en una jaula de 
oro. Pero tras estas falsas apariencias padecen un profundo sentimiento de vacío y fracaso.

La ausencia de autoestima también provoca que algunas personas no se acepten a sí mismas, y se construyan una identidad diferente y especial para reafirmar su propia individualidad. No soportan ser consideradas vulgares y huyen de la normalidad. Y suelen crear un mundo de drama y fantasía que termina por envolverlos en un aura de incomprensión, desequilibrio y melancolía. Y al compararse con otras personas, suelen sentir envidia por creer que los demás poseen algo esencial que a ellas les falta.