PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

miércoles, 10 de junio de 2020

BORJA VILASECA






LOS NUEVE ENEATIPOS:  ¿CON CUAL TE IDENTIFICAS?
Con la intención de despertar el interés y la curiosidad de los lectores, a continuación describimos con una breve pincelada los nueve eneatipos, poniendo especial énfasis en la herida emocional sobre la que hemos construido nuestra personalidad:






Adentrarse en el autoconocimiento

¿Por qué somos como somos?

LIBROS
‘La sabiduría del eneagrama’
Don Richard Riso y Russ Hudson
(Urano)
Un libro que recoge muchos años de
investigación y de entrevistas a miles
de personas, dando como resultado
una guía sencilla y completa para
todos aquellos que quieran profundizar
en esta herramienta de autoconocimiento.

Eneatipo 1: el que quiere ser perfecto. Su trauma es que se siente imperfecto. Para compensar esta sensación de insuficiencia, crea inconscientemente un ideal de cómo debería ser. En el proceso se vuelve muy autoexigente y crítico consigo mismo. Y dado que nunca alcanza la perfección deseada, tiende a enfadarse y frustrarse con facilidad. Entre otros defectos, suele estar convencido de que su forma de ver las cosas es la única verdadera. Debido a su prepotencia y rigidez, cree que siempre tiene la razón y trata de imponer su punto de vista sobre quienes piensan o actúan de forma diferente. Su aprendizaje pasa por transformar la ira en serenidad, aceptándose tal como es.
Eneatipo 2: el que necesita amor. Su carencia es que no se quiere a sí mismo. Piensa que amarse es un acto egoísta. Y que lo importante es ser buena persona, priorizando siempre las necesidades de los demás. Cree que cuanto más ayude a la gente, más le querrán. Y que cuanto más le quieran, más feliz será. Pero en el proceso se olvida de sí mismo y de sus necesidades, se vuelve dependiente e incapaz de estar en soledad. Debido a su soberbia, considera que sabe mejor que los demás lo que necesitan y suele dar consejos, echando luego en cara lo que ha hecho por la gente. Su aprendizaje pasa por transformar su orgullo en humildad, atendiendo primero sus propias necesidades emocionales.
Eneatipo 3: el que necesita valoración. Su herida es que no se valora a sí mismo. Piensa que si no destaca o sobresale en algún ámbito, nadie lo tendrá en cuenta. Y que su valía como ser humano depende de sus triunfos profesionales y del estatus social alcanzado. Tiende a obsesionarse con la imagen, el éxito y el reconocimiento. De tanto esconderse detrás de una máscara acaba por olvidarse de quién verdaderamente es. Y en el proceso se vuelve muy presumido, ambicioso y competitivo, actuando como un camaleón para impresionar a sus interlocutores. Su aprendizaje pasa por transformar su vanidad en autenticidad, valorándose por lo que es en vez de por lo que hace, tiene o consigue.
Eneatipo 4: el que necesita atención. Su trauma es que no se ve a sí mismo. Necesita que lo descubran los demás. Y para compensar su complejo de inferioridad, fuerza convertirse en una persona única, especial y diferente. Al compararse con la gente, suele considerar que le falta “algo” para poder ser feliz, sumiéndose en la envidia, la tristeza y la melancolía. Su egocentrismo le lleva a hablar demasiado acerca de las emociones y sentimientos que habitan en su interior. Sin embargo, suele sentirse incomprendido y padece frecuentes altibajos emocionales. Su aprendizaje pasa por aprender a interesarse más por los demás que por sí mismo.
Eneatipo 5: teme expresar sentimientos. Su mayor miedo es ser incapaz de relacionarse emocionalmente con los demás. Todo lo que tenga que ver con los sentimientos, así como con el contacto físico, le incomoda y abruma. Suele ser distante, frío, reservado y un poco ermitaño. Y tiende a encerrarse en su soledad, regodeándose en su mundo racional, teórico e intelectual. Acumula información y conocimiento sin sentirse jamás preparado para pasar a la acción. Le aterra enfrentarse a la realidad, especialmente cuando surgen compromisos emocionales con otras personas. Su aprendizaje pasa por conectar más con su corazón, encontrando el equilibrio entre lo que piensa y lo que siente.
Eneatipo 6: el que teme tomar decisiones. Su herida es que no confía en sí mismo. A menudo le invade el miedo y la ansiedad por potenciales problemas futuros. Vive en un permanente estado de alerta para no ser cogido desprevenido. Al sentirse tan inseguro por dentro, tiende a preocuparse obsesivamente con tomar aquellas decisiones que le garanticen la seguridad y la certeza de que todo irá bien. Y para aplacar sus dudas, suele preguntar a otras personas qué hacer con su vida. Su aprendizaje pasa por transformar su cobardía en coraje, cultivando la confianza en sí mismo para asumir las consecuencias de sus propias decisiones.
Eneatipo 7: el que teme sufrir. Su problema es que no soporta contactar con el vacío y el dolor que habitan en las profundidades de su ser. Tiende a desarrollar una personalidad divertida, alegre y positiva, utilizando el sentido del humor como mecanismo de defensa. Suele ser hiperactivo y hedonista, obsesionándose con la búsqueda de placer en el corto plazo como antídoto para sepultar su aburrimiento e insatisfacción crónicos. Vive en el futuro, es muy disperso y le cuesta mucho estar presente y concentrarse. Su aprendizaje pasa por cultivar el silencio y el arte de no hacer nada, conectando con la felicidad y el bienestar que residen en su interior en vez de perderse en el laberinto de la evasión.
Eneatipo 8: el que quiere tener el control. Su mayor miedo es que los demás le hagan daño. Suele protegerse tras una coraza y vivir a la defensiva, reaccionando agresivamente cuando se siente amenazado. Tiende a intimidar por medio de su mirada y su fuerte personalidad. Le gusta estar al mando de las situaciones para no someterse a la voluntad de los demás. No soporta que nadie le diga lo que tiene que hacer y la injusticia le saca de sus casillas. Al sentir que debe proteger su vulnerabilidad, considera que “la mejor defensa es un buen ataque”. Su aprendizaje pasa por soltar el control y aceptar su vulnerabilidad, comprendiendo que nadie puede herirle emocionalmente si no da previamente su consentimiento.
Eneatipo 9: el que quiere evitar el conflicto. Su trauma es que no sabe lidiar con el enfado de quienes le rodean. Tiende a infravalorarse, suele pasar inadvertido y evita tomar partido para no molestar a nadie. Le cuesta mucho decir “no” a los demás por temor a que alguien se enoje. Para no decir nada inconveniente, escucha más que habla. Cree que su opinión no importa y tiende a amoldarse al pensamiento general. Se resigna fácilmente y tiende a procrastinar, dejando todo para el último momento. Puede pasarse horas tirado en el sofá, regodeándose en su apatía, dejadez y pasividad. Su aprendizaje pasa por transformar su pereza en proactividad, haciéndose valer y aportando valor al mundo.

sábado, 6 de junio de 2020

¿ LIBERTAD DE PRENSA?


¿Vivimos en la mentira?( Cesar Antonio de Molina...El País,,,14-4-2015 )

La caída de la prensa en manos irresponsables es una mordaza para la democracia

Ningún sistema político de protección y respeto hacia sus ciudadanos como la democracia. De esclavos, siervos, súbditos, únicamente con deberes; pasamos a ser ciudadanos, también con derechos. La consolidación del estado democrático no fue fácil, ni continuada, ni igual a lo largo del siglo XX en los Estados occidentales. Todos, de manera directa o indirecta, sufrieron las convulsiones de los totalitarismos. Parecía que tras las contiendas bélicas y las penurias sufridas, la reinstauración de las libertades iban a traer, definitivamente, la paz, la concordia, el progreso, el bienestar y la estabilidad. Durante un tiempo, mientras se mantuvo la Guerra Fría, parece que fue así. Después el mundo ha ido cambiando a tanta velocidad que hoy ya no se sabe quién realmente lo gobierna, ¿los políticos, las multinacionales, los servicios de inteligencia…? ¿Quién gobierna hoy el mundo? La sociedad democrática se encuentra sola: desconfía del Estado, desconfía de los partidos políticos, desconfía de sus representados, desconfía de sus jueces (los mejor parados en la obra de Eco), desconfía de sus Fuerzas Armadas, desconfía de sus empresarios y banqueros, desconfía de sus profesionales, hasta desconfía de instituciones seculares, mucho más antiguas que la propia democracia, como es la Iglesia católica. Todos estos estamentos, y muchos más, están salpicados por la corrupción. Una corrupción no legalizada pero en algunos casos sí “autorizada”. El individuo democrático se siente solo, abandonado, inseguro, desamparado, esquilmado por los impuestos que vuelven a ser su único cordón umbilical con el Estado.


EN 2020 TODO LO ARRIBA DESCRITO HA EMPEORADO







jueves, 4 de junio de 2020

ENVIDIA / SAMANTHA FERRER


Existe un sentimiento voraz y depredador, sinónimo de un alma apiñada y encogida, es una sensación que dicen, carcome hasta los huesos…  Te impide deleitarte y disfrutar de aquello que eres y más allá de eso te instiga a la avaricia, raíz errónea de la sana competencia, ese sentimiento terrible que llamamos envidia, ese sentir insaciable, fuente de muchas obsesiones que termina destruyendo al otro y

consumiendo al que lo siente.

Desde Caín y Abel, la diferencia de carácter y preferencias nos identifican con ellos de alguna manera. En algún momento de nuestra vida pudimos estar en los zapatos del uno o del otro, un Abel de corazón tierno y compasivo o un Caín resentido, interesado y celoso…
Tenemos en la historia personas que han vivido a la sombra, que han crecido resentidos, quizás por falta de estímulos, quizás por una sociedad injusta, quizás por el abuso desmedido del poder de otros, personas que se sienten víctimas de su situación económica, rechazados, quizás por una infancia llena de abusos y violencia o porque carecen de valores, de una educación que los impulse o simplemente porque están muy cómodos en su zona de confort, en fin a largo plazo nos encontramos con esta realidad, seres resentidos con la vida, la miseria, la fatalidad, el destino, que solo han fomentado y apuntalado el Cain que llevamos dentro, creando solo sentimientos de inconformidad y envidia al punto desgarrador de ya no querer realmente lo que el otro posee, solo quiere desprenderlo de aquello que tiene, convirtiéndose en un intolerante y frívolo agresor, poseedor de tanto veneno, cual ranita Dardo Dorada, el vertebrado más venenoso del mundo.
Los efectos de la envidia y el resentimiento han penetrado a tal punto nuestra

sociedad que a veces da vergüenza formar parte de ella, se hace difícil vivir con la desidia, la inconsistencia, la incapacidad y a veces la complicidad de ciertas miradas. Hay personas que sufren y se deprimen por el éxito, los bienes e inclusive por la pareja del otro, sin calcular siquiera los esfuerzos, la preparación, los sacrificios y quizás las lágrimas que se han derramado para lograrlo.

Es difícil encontrar  la tolerancia, la bondad y ni hablar de la humildad, el respeto casi se ha convertido en un mito, tan mito como la torre de Babel, porque es que pareciera que no nos entendiéramos, que cada grupo es un mundo con un lenguaje que no comprenden los otros.
¿Y qué hacer en este punto, cómo salimos de esto que parece un callejón sin salida?
Porque si pensamos que no existe salida o nada que

podamos hacer, simplemente nada podrá movilizarnos, en cambio si tan solo existe un ápice de esperanza no pararemos hasta encontrar la solución.

La verdad es que estamos divididos desde tiempos muy remotos y la gran barrera que nos separa más que imaginaria es compleja y mucha veces nos limitamos a comprender y aceptar solo aquello que es nuestro propio reflejo, en fin estamos atrapados y muchas veces sin coraje para lidiar y enfrentar estas barreras, de manera que muchas personas están pero como si no vieran, ni escucharan, ni les doliera lo que pasa a su alrededor, como si se sintieran sin voluntad, ni criterio para hacer cambios.
Se que es difícil comprender al principio, pero por más que tratemos de construir un mundo allá fuera sin hacer cambios internos, nada afuera cambiará…
Asume el 100% de la responsabilidad de tu vida, rehúsate a juzgar a otros, enfocare en ti, en lo que deseas, sino estas complacido contigo mismo estarás buscando en los demás eso que tu crees que te falta, quierete, aceptate, detrás de la envidia esta la baja autoestima arrinconada y solitaria…