1967:
Tratare de recordar cuestiones relacionadas con mi incorporación a las tareas de la agricultura, tan
variada como se pueda imaginar, debido a que mis padres habían de conseguir que las parcelas arrendadas, (20, Tahúllas aproximadamente) y hora y media de agua semanal,en cuanto a la parte agrícola. También animales de corral, gallinas. conejos, cerdos et. más algunas cabras, nos aseguraran el alimento durante todo el año.
No debió ser fácil para mí, en mis primeros años, entre otras cosas, porque si nombro a los que eran mis amigos de barrio, algunos estudiaban y otros que eran hijos de esparteros, que hasta que no se incorporaban al monte con los padres, estaban más ociosos.
En definitiva me consideraba poco afortunado a la hora de jugar, porque en mi casa siempre había cosas que hacer,
Yo formaba parte de un grupo de niños, donde todos eran entre un año o dos mayores que yo, sus quehaceres u obligaciones eran, en el peor de los casos,esporádicos, mientras que mi situación era de dedicación completa, pues entre otros quehaceres ya ayudaba en los riegos, tanto cuando tocaba la tanda de día como de noche, que sin duda era lo más complicado, pues ponían a prueba mis debilidades, tales como el sentimiento de miedo, y mi capacidad física, para el tapado de las boqueras, así como procurar que el agua trascurriera por el cauce pretendido.
Eran décadas difíciles, y mis padres, con la colaboración de todos los hermanos, se afanaban para que en la mesa no faltasen alimentos y una jarra de vino.
Por tanto, toda la familia colaboramos en los menesteres agrícolas, y en el caso de los hermanos mayores, además de ayudar en las tierras, trabajaban en limpieza de montes, haciendo leña y echando jornadas en todo lo que salia.
Lo primero y más importante era el procurar que los corrales
fuesen una reserva de carne, se componía de una caterva de animales, tales
como pollos ,gallinas, conejos ,cerdos, cabras, palomos, pavos…etc.
En el caso de la agricultura ocurría algo parecido, harina de trigo molida en Falcón, recuerdo entrar en la despensa y ver una artesa llena de grandes panes, tapados con una retalera que lo mantenía relativamente blando hasta un par de semanas.
Mi madre era la panadera, y los cocía en un horno que teníamos frente a la casa
El aceite era otro
producto importantísimo, y se procuraba tener reserva, al menos para un par de
años, por si venían mal dadas.
Se sembraban unas dos a tres mil matas de tomates, sobre una tahúlla de cebollas, ídem de habas, azafranal que entre el viejo y menos viejo, unas 4 a 5 tahúllas, maíz y cereales según se dispusiese de superficie, varias tahúllas de olivar entre las hermosas ,el olivar de medina ,barrio castor y piedra del tesoro y una pequeña superficie en el pedernaloso, en menos cantidad pimientos, berenjenas, judías, garbanzos, ajos, zanahorias, melones, sandías, granadas, bellotas, nueces higos et. De todo se hacia acopio para que no faltase para el año, y el resto se vendía en la lonja, en Hellín o a particulares de Isso y otros pueblos.
Recuerdo a mi padre sentado
en el varal del carro con pantalón, chaqueta de pana y sombrero ,de los días de
fiesta.
Sobre la 5 de la mañana y con el farol
colocado en la parte alta de la caja, salía del barrio para estar sobre las
siete de la madrugada en la lonja con hortalizas,
Principalmente tomates, y de normal solía descargarlo en el
puesto del asentador Rosendo, por cierto, donde mi hermano Vicente trabajaba de
conductor de camión, bajando diariamente a Murcia a cargar productos para el puesto,
donde se fijaban precios, según demanda
El regreso tenía cierta emoción, por saber si se habían vendido y a qué precio.
Con este panorama es de suponer, que los quehaceres estarían asegurados, durante todos los días del año.
También recuerdo un quehacer diario al final de la jornada… había que recoger las cabras, estas solíamos tenerlas en el campo, pero sujetas del cuello, o una pata, con una soga, cuyo extremo quedaba fijado a una estaca de madera o hierro, de unos 30 cm. aproximadamente, clavada en el suelo, sobre la mitad del día, se cambiaba de lugar.
En el caso de la mula era algo similar, si algún día no tenía trabajo.
En pocas ocasiones ,también la trasnochada se aprovechaba, para la monda de alubias, desgranar maíz, limpiar cebolla de azafrán, etc.
Este último quehacer señalado, era un cultivo, de los más importantes, para salir adelante en tiempos de miseria.
El azafrán:
Es un cultivo, cuyos meses de mayor faena son pasado el verano, y finalizado el ciclo de las hortalizas.
A continuación era el tiempo de labrar las tierras, tanto las de la siembra
del cereal, como los olivares, para tener limpios los suelos, y aprovechar la
aceituna que cállese antes de la recolección, que solía iniciarse, finalizada
la navidad.
Otros cultivos de esta estación, el cebollino, la siembra de
los ajos, y el cuido del plantel de tomates en las hoyas.
Con este panorama
descrito, es lógico que no me sintiera afortunado, sobre la suerte que me
tocaba vivir a tan temprana edad, de esto puede desprenderse, mi deseo de
continuar con los estudios, pues era una posibilidad de alejarme de las continuas
obligaciones, que había de enfrentar a diario.