PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

lunes, 8 de septiembre de 2025

Día 24/08/2.008.

 

Son las 22 horas.

 Las vacaciones han terminado y una vez más registro mi estado de ánimo, y como en años anteriores experimento una sensación similar a la que deben sentir los niños, al asistir por vez primera a la guardería.

En primer lugar, deseo manifestar que las vacaciones se perciben cada vez más como una situación difícil de analizar, desde mi perspectiva personal, hasta el punto, de cuestionar mi capacidad para comprender objetivamente mi propia realidad.

Con el tiempo, van ocurriendo hechos, que, aunque no sean especialmente significativos, los percibo de manera negativa, debido a mi estado de ánimo.

 Esto me genera cierto pesimismo que afecta moderadamente en mi día a día si bien procuro disimular.

 Estas razones pueden estar relacionadas tanto el ámbito laboral, como con otros aspectos de mi entorno.

Sin embargo, existe una variable relevante en esta situación, “La edad”.

 Tener 57 años me genera cierta confusión respecto a mi utilidad.

Las grandes empresas ya no les importa tanto la experiencia de sus trabajadores.

Esto ocurre, porque jóvenes bien preparados, están llegando al mercado laboral cuyos salarios de partida son irrisorios comparados con aquellos que ya llevamos varias décadas acumulando antigüedad y otros incentivos

 Esta percepción, sumada a lo anteriormente expuesto, genera en mí una sensación inédita de cuestionamiento sobre mi competitividad.


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