A. Villena / Los sueños 10 / 2.014
Necesito sentir, que las mordeduras de la soledad, el silencio, la añoranza, el alejamiento, la autoexclusión. Encontraran en mí al enemigo invencible, “Los
sueños”.
Pocas veces en mi diminuto micro
entorno, (Excluyendo el familiar), soy capaz de entender mi proceder.
Tengo temporadas de irracionalidad, en las cuáles, la percepción del entorno se distorsiona, y caigo en una especie de tormenta, que me convulsiona las tripas y la mente, quedando a merced del más desagradable vació, hasta llegar al rechazo de mí mismo.
A. Villena
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. Del “Atardecer de la vida” / de Izquierdo Ciriaco
La persona de edad es una persona en plena vitalidad y necesita una atención exquisita y esmerada. Es conveniente en su trato recrear ilusiones, despertar esperanzas y recordar que el ser humano puede ser capaz de ir haciendo día a día un milagro de su propia existencia, aunque sea en el atardecer de la vida
La
tercera edad es tiempo para crecer y tiempo para vivir en plenitud.
Existen
tres clases de plenitudes:
La
plenitud del vaso, que tiene y no da
La
plenitud de la fuente, que crea, retiene y da.
En
efecto, existen muchas personas- vaso…Son gentes que se dedican a almacenar
virtudes o ciencia, que saben mucho pero no reparten…Retienen pero no dan…Son
magníficos…Pero magníficamente estériles, son simples servidores del egoísmo.
Hay
también personas- canal.es la gente que se pasa la vida haciendo y haciendo
cosas, que nunca rumia lo que sabe, que cuanto entra de vital en sus oídos,
se la va por la boca, sin tener dentro pozo alguno; son almas vacías ,sin
riqueza interior…Padecen la neurosis de la acción, tienen que hacer muchas
cosas y todas muy de prisa…Dan y no retienen y después de dar se sienten
vacíos.
Que
difícil en cambio, encontrar personas-fuente! Son las que han hecho sustancia
de su vida; que recrean todo lo que viven, reparten todo cuanto han recreado,
dan sin vaciarse, riegan sin decrecer, ofrecen su agua en este tiempo de
sequía, sin quedarse secas, luchan contra corriente, a veces son incomprendidas, pero ahí están como faro
luminoso que ilumina el amanecer de cada día, como espíritu permanente y
baluarte firme y seguro, para los que desean ser una fuente que crea, retiene y
da.