Día de la Cruz:
La romería al Pedernaloso portando la cruz, o las cruces.
Después la misa en la ermita. Para finalizar con un aperitivo al pie de la loma.
Comienza a abrirse paso, la recuperación de una tradición que tan buenos recuerdos nos trae a la generación de los 50.
.
De los pocos recuerdos organizados que aparecen por mi cerebro, este se encuentra en lugar destacado.
Los días tres de Mayo, en pleno apogeo primaveral, grupos de amigos a primera hora, hacíamos con cañas palos u otros objetos una cruz, después en el campo la recubríamos de flores nacidas en primavera, las más buscadas eran las amapolas, o como las llamábamos " Babaoles", despues la paseábamos por los barrios, solicitando alguna moneda, para preparar una buena merienda, en honor a la cruz, del menú recuerdo los huevos cocidos y los cacahuetes.
De lugares elegidos para la merienda ,recuerdo en mis primeros años, "Las
Escalericas del Tío Yerne" que se
encontraban a medio camino entre la piedra del tesoro y la Casa Baltasar, se trataba de un paso de agua entre parcelas en distinto
nivel, que cruzaba la acequia principal por arriba, con unas losas de base y
otras haciendo pared, también recuerdo ir a la " Cuesta Matapollo" entre Graos y la casa de Paco Oreja, estos sitios, al pasar de los diez o doce años, eran sustituidos por el de la
Fuente.
En la fuente se producía una gran concentración de isseros y de hellineros.
El lugar era ideal, el agua como principal reclamo y en sus orillas olmos y chopos abundantes, los aficionados al fútbol, solíamos improvisar algún partido, de muchos contra muchos, completando tardes inolvidables.
A partir de
los 80... Con la llegada del automóvil, a los jóvenes nos ofreció la posibilidad
de elegir lugares más lejanos.
En pocos años, el punto de encuentro y referente festivo desapareció por completo.
Otro de los motivos que también influyo, en la desaparición de tan lúdico lugar fue, el agotamiento del manantial, debido a las perforaciones en el boquerón
En cualquier caso y siendo muy optimista, creo que aún estamos a tiempo de no perder ambos referentes.
Si bien, somos un pueblo acostumbrado a valorar poco, su patrimonio físico o cultural
En pocos años, el punto de encuentro y referente festivo desapareció por completo.
Otro de los motivos que también influyo, en la desaparición de tan lúdico lugar fue, el agotamiento del manantial, debido a las perforaciones en el boquerón
En cualquier caso y siendo muy optimista, creo que aún estamos a tiempo de no perder ambos referentes.
Si bien, somos un pueblo acostumbrado a valorar poco, su patrimonio físico o cultural