PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

martes, 18 de junio de 2024

FORTALEZA MEDIEVAL DE ISSO / 27

 

2.     La fortaleza: análisis de su materialidad


Las referencias escritas que acabamos de mencionar nos obligaban a realizar un estudio pormenorizado de todas las casas del barrio para tratar de identificar posibles restos ocultos de la fortaleza. 

Para ello, fue necesario acometer su levantamiento planimétrico, lo cual permitió, además de localizar varias medianerías en las que se conservaban los restos de la antigua muralla, identificar claramente líneas estructurales relacionadas con el recinto amurallado.  


La planta en la que hemos restituido el perímetro de la fortaleza dibuja una figura
cuadrangular con grandes torres en las esquinas (Fig. 18), cuyos vestigios mencionaba el canónigo Lozano en el siglo XVIII. 

En cuanto a la anchura este-oeste del castillo que cita Lozano (55 varas) coincide con lo que nosotros hemos podido comprobar; sin embargo, el eje norte-sur rebasaría en 20 varas la cifra proporcionada por el canónigo.


Las grandes estructuras emergentes, junto a las encontradas como resultado de las prospecciones arqueológicas que hemos realizado en 2019, constituyen las evidencias materiales a partir de las cuales vamos a intentar describir la fortaleza: contorno, elementos, funcionamiento, evolución, etc.


Las casas se construyeron adosadas a la muralla, por el exterior y por el interior del recinto, quedando una clara línea divisoria en el parcelario, consecuencia tanto del salto topográfico entre la zona intramuros y extramuros, como de la preexistencia de la muralla que, en la mayoría de los casos, ha desaparecido. 


Las secciones de las viviendas han permitido verificar que las construidas intramuros
estaban a una cota más alta que las que se adosaron a la muralla por el exterior (Fig. 19). Esta diferencia de altura, comprobada en todas las parcelas, responde al aprovechamiento de la topografía que se hace siempre a la hora de diseñar el perímetro de una fortaleza, con el fin de que esta se encuentre más elevada que el territorio circundante. 

En el caso de Isso, se ha detectado que se construyó aprovechando una muela rocosa poco elevada, que actualmente se encuentra enmascarada por las construcciones posteriores y por el propio castillo.



En la mayoría de los lugares en los que se ha analizado la base rocosa, sobre la que se
levantó el perímetro amurallado, hemos corroborado que antes de construirlo se hizo un recorte artificial de la plataforma rocosa creándose en algunos puntos un auténtico escalón, en unos casos completamente vertical (Fig. 24) y en otros inclinado (Fig. 28). El análisis del parcelario y de los muros de las viviendas ha permitido constatar la existencia de algunos tramos de muralla reutilizados como una gruesa medianera en la que se han apoyado las viviendas 
construidas extramuros (Fig. 30).







Con el paso del tiempo, los propietarios de estas casas, con el objetivo de ganar superficie habitable, llevaron a cabo una progresiva destrucción de la muralla hasta el punto de hacerla desaparecer. 

Esta invasión de su espacio explica en parte la irregularidad de estas viviendas
caracterizadas por presentar una arquitectura popular construida con materiales pobres.


En el frente septentrional de la fortaleza, al estar las viviendas construidas a una cota más


baja, fue posible excavar pequeñas cuevas en el sustrato rocoso sobre el que se apoya la propia muralla (Figs. 26 y 27). 

Con independencia de que algunos de sus restos se hayan conservado o no como medianería, su trazado ha dejado una huella indeleble en el parcelario.


sábado, 15 de junio de 2024

FORTALEZA MEDIEVAL DE ISSO / 26

 

2.     La fortaleza: fuentes escritas

La elección del lugar exacto en el que se construyó la fortaleza no se puede explicar sin el
promontorio rocoso sobre el que se eleva, de manera que un accidente natural facilitó las condiciones defensivas de un edificio que dominaba un territorio en el punto por donde pasa una importante vía de comunicación que une el Levante con Andalucía central, así como una de las acequias principales que riegan la huerta de esta población, la acequia de la Fuente. 

Aunque el recinto catastral desapareció en buena parte, fagocitado por las viviendas que allí se construyeron, algunos restos monumentales han llegado visibles hasta nuestros días. No obstante, podemos hacernos una idea bastante aproximada de la fortaleza gracias a las fuentes escritas, corroboradas por los datos arqueológicos obtenidos en 2019. 

Toda esta información, que será analizada en los siguientes epígrafes, apunta a la existencia de un recinto de planta de tendencia rectangular, con una gran torre en cada esquina y, posiblemente, otras de menor tamaño en el centro de los frentes oeste, norte y este de la muralla (Fig. 18).

La descripción de la fortaleza más antigua que conocemos forma parte de las Relaciones Topográficas (1576): “[…] e que en la guerta de Yso, que esta media legua desta villa [de Hellín] ay un castillo de torres fechas con tierra, con costra de argamasa el qual dicho castillo es tan antiguo que asi todo esta caydo e derribado, e que en el dicho castillo no a avido ni ay armas ningunas”. “[…] como media legua de la dicha villa [de Hellín] estan las guertas de Yso e fuente e agua della, con que se riega y que en la dicha parte y eredades ay un castillo y en el quedan algunas torres buenas e paresçe ser muy antiguas e que en la dicha parte se han hallado e hallan de cada dia edificios de casas, las quales estan caydas, e solamente se hallan los cimientos, por los quales paresçe son tan antiguas que no ay memoria mas de que se dize que fue lugar muy antiguo” (Carrilero, et al., 2014, pp. 113-131).

En 1796, el canónigo Lozano describe el mismo recinto:  “El castillo inmediato a la plaza conserva lienzos de muralla, cuya longitud de Norte a Sur tiene 70 varas [58,51 m], como 55 [45,97 m], su latitud de oriente a Ocaso. 

La fábrica de argamasa, sus cimientos con 9 palmos de diámetro [1,88 m]; y cuatro torres en los ángulos, llaman demasiado la atención. […] 

También con actos subterráneos a distancia de 200 pasos, respecto del Castillo. 

La mina es profunda, y pueden caminar por ella dos hombres en línea. Parece dirigirse al Castillo semejante conducto […]” (pp. 34-43).

Los autores de los siglos XIX y XX suelen recoger la información aportada por las Relaciones Topográficas y por el canónigo Lozano, sin aportar datos nuevos (Ceán, 1832, p. 84; Madoz, 1847, p. 165; Blanch, 1866; p. 45; Amador, 1912, pp. 924-928). 


miércoles, 12 de junio de 2024

FORTALEZA MEDIEVAL DE ISSO / 25

 Agrupación nº 3. 


Se sitúa al noreste de la plaza (Fig. 16). Sus límites históricos han quedado marcados por los dos caminos ya mencionados y la fortaleza.

 Lamentablemente, este ha sido el caserío más alterado durante los siglos XIX y XX. 

Con anterioridad, esta agrupación de casas estuvo separada de la nº 2 por una estrecha calle, denominada Pardo, que correspondía al camino histórico que unía Hellín con Elche de la Sierra.  

Fue en el último cuarto del siglo XIX cuando en su extremo oriental se abrió la calle carretera que hoy conocemos, desgajando un grupo de casas que terminó siendo derribado en los inicios de la década de 1980. 

Además de las demoliciones, la apertura de este vial generó una alteración importante de las fincas afectadas, debido a que las que fueron mutiladas se recompusieron al edificar casas con fachada abierta a la nueva calle.


Si observamos en la foto aérea de Ruiz de Alda las zonas no alteradas (Fig. 14), situadas más al oeste, comprobaremos que existió un modelo de implantación parcelaria, parecido al que hemos analizado en la agrupación nº 2, en donde las casas abiertas a la calle de la Fuente y a la plaza tienen sus huertos traseros compartiendo una misma alineación de trazado rectilíneo que va de este a oeste. 

En este panorama bastante homogéneo observamos una “anomalía”, situada en el extremo occidental, en forma de huerto de crucero, semejante al que vimos en el extremo occidental de la agrupación nº 2 (Figs. 14 y 16). 


La plaza:

Su forma se debe en gran medida, a la confluencia de los dos caminos ya mencionados frente al castillo, cuyo emplazamiento evidencia la función de control que tuvo sobre ellos. 

Si eliminamos la ampliación de la iglesia hacia el norte, comprobaremos que allí existió un gran espacio libre, parecido a un triángulo isósceles, cuyo lado mayor, el meridional, sería el trazado del camino principal que une Hellín con Elche de la Sierra. 

El lado occidental de la plaza lo consolidó la presencia de la fortaleza, mientras que el oriental lo podemos considerar continuación del camino de la Fuente. 

No cabe duda del importante papel que debió de jugar este espacio como lugar de reunión, celebración y comercio durante toda la Edad Media, máxime si reparamos en que el territorio de Isso parece que tuvo una población muy dispersa, agrupada en pequeñas alquerías conocidas tradicionalmente con el nombre de barrios.

Tras analizar el caserío tradicional de Isso, concluimos afirmando que no hemos identificado rasgos morfológicos que permitan defender que junto a la fortaleza andalusí de Isso hubo una población antes de la conquista castellana, lo que obviamente no significa que no existiera y que haya desaparecido todo rastro de ella. 

La agrupación nº 1 se formó claramente en la Edad Moderna, una vez que la conquista de Granada hizo desaparecer el peligro que justificaba la presencia de la fortaleza; mientras tanto, las otras dos agrupaciones presentan rastros claros de un modelo de parcelación orientado a la colonización, que está en función de un tipo de casa con patio en las traseras que nada tiene que ver con el arquetipo de vivienda de patio central andalusí.

Resumiendo, podemos decir que de todos los espacios que componen el núcleo de población de Isso, la plaza es el único que, por su génesis, forma y función, podemos considerar enteramente urbano.