DEL LIBRO...APRENDER A VIVIR APRENDER A MORIR
Las
películas superpuestas de la mente se suceden sin cesar y cada fotograma se
superpone al otro distorsionándolo.
Las memorias corrompen la percepción del
presente y la empastan; se termina por creer las propias fantasmagorías
mentales.
Los pensamientos, como el más hábil de los ilusionistas, escamotean
la realidad tal cual es y consiguen engañar a las personas. ¿Cómo salir de esa
prisión particular?, solamente utilizando la primera herramienta: la atención.
Esta es como la lámpara para un caminante en la
oscuridad de la noche. El hombre es la única criatura que puede ejercitar
consciente-mente su atención, pero no es la atención mecánica la que interesa
trabajar, sino la atención consciente, plenamente ejercitada, capaz de percibir
lo agradable y lo desagradable sin reaccionar neurótica-mente, aprendiendo de lo
grato y de lo ingrato por igual.
Es la atención que percibe al desnudo, directa
e inmediatamente, y que, al hacerlo, como se abre al momento presente, olvida
mucho de lo pasado. Es un olvido reconfortante que hace que la persona sienta
haber abandonado un pesado fardo. Es la atención que está más allá de
prejuicios porque se convierte en maestra de vida; aparece como hermosa y plena,
pero al mismo tiempo requiere un cultivo tenaz. No puede ser de otro modo
porque solamente estando atento se aprende a estar atento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario