Don Quijote iría en bicicleta
Rocinante es una bicicleta; Sancho Panza, un niño con un pijama de Batman;
Dulcinea, un gato y los molinos es una empresa de energías renovables que
quiere construir un parque eólico. Todo esto ocurre
en Tobosow, el pueblo en el que habita el Don Quijote del dibujante alemán Flix. Una actualización en forma de cómic del personaje literario que debutó en unas tiras tragicómicas publicadas en los diarios Frankfurter Allgemeinen Zeitung y Märkischen Volksfreund. Sus historias se publicaron en febrero en castellano como una novela gráfica en la que se mezclan idealismo, soledad y vejez.“En un lugar de Alemania…”. Emulando el arranque del clásico de Cervantes, Flix sitúa las desventuras de su Quijote en un ficticio pueblo alemán, con resonancias manchegas, que ve sus campos amenazados por una gran empresa de energías renovables. Alonso Quijano acompañado por su nieto, su bicicleta y una huidiza gata va a intentar impedirlo. Reivindicando el valor de la infancia y la vejez, en una sociedad que rinde culto a la adolescencia; personificando a animales y usando la bicicleta como vehículo oficial de este héroe accidentado, Flix pretende iniciar una reflexión sobre la sociedad contemporánea: “para mí el loco es el que vive sin ideales”. “Don Quijote es el cómic más estresante que haya dibujado nunca”, cuenta Félix Görmann en una entrevista. “La bici me pareció el vehículo apropiado para este personaje que, en el fondo es un idealista”, añade el autor.
en Tobosow, el pueblo en el que habita el Don Quijote del dibujante alemán Flix. Una actualización en forma de cómic del personaje literario que debutó en unas tiras tragicómicas publicadas en los diarios Frankfurter Allgemeinen Zeitung y Märkischen Volksfreund. Sus historias se publicaron en febrero en castellano como una novela gráfica en la que se mezclan idealismo, soledad y vejez.“En un lugar de Alemania…”. Emulando el arranque del clásico de Cervantes, Flix sitúa las desventuras de su Quijote en un ficticio pueblo alemán, con resonancias manchegas, que ve sus campos amenazados por una gran empresa de energías renovables. Alonso Quijano acompañado por su nieto, su bicicleta y una huidiza gata va a intentar impedirlo. Reivindicando el valor de la infancia y la vejez, en una sociedad que rinde culto a la adolescencia; personificando a animales y usando la bicicleta como vehículo oficial de este héroe accidentado, Flix pretende iniciar una reflexión sobre la sociedad contemporánea: “para mí el loco es el que vive sin ideales”. “Don Quijote es el cómic más estresante que haya dibujado nunca”, cuenta Félix Görmann en una entrevista. “La bici me pareció el vehículo apropiado para este personaje que, en el fondo es un idealista”, añade el autor.
Varias razones llevaron a Flix a acercarse a
El Quijote. Las lecturas que su abuelo le
realizaba del clásico;
peregrinar a Santiago desde Sevilla
siguiendo la Ruta de la Plata e imaginando
los paisajes cervantinos y el reto de
vincular un texto escrito hace más de 500
años con la vida actual. “Y modernizar no
es nada sencillo”, apunta. “Es evidente que se trata de una figura universal. Todo el mundo
conoce al caballero de la triste figura, pero solo algunos han leído el libro entero. No
podemos permitirnos olvidar a este personaje”.
Para el autor, en sus historietas
subyace una idea.
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