¡Hola Pablo!. Apenas
hace una semana que coincidimos y estoy escribiéndote una carta, después de unos días que me han tenido entre dudas y remordimiento. ¡Te
explico!, cuando coincidimos en aquel restaurante con nuestras esposas, hacia más
de un año que no teníamos relación alguna, y me sentí más
nervioso que contento, creo que tú tampoco estuviste cómodo ¡O esa impresión tuve!. En mi caso decirte, que no me gusto enterarme por terceros, que habías sufrido un accidente de automóvil, y que ni tú, ni tu familia me lo comunicaseis. No lo entendí, sabes que nuestra amistad siempre ha sido de total disponibilidad, cuando nos hemos necesitado.
Esperé tu llamada y a medida que el tiempo
pasaba, me aumentaba una especie de confusión y amargura, que me impedía reaccionar. Si bien, as de saber que por medio de un amigo de ambos, he estado informado de tu buena recuperación, pero fui incapaz de manifestarte mi alegría al volver a verte. recuperado.
Hoy, pasados unos días de nuestro encuentro, te envió esta carta, y te emplazo para vernos de nuevo en el mismo lugar, solo deseo que nos demos un abrazo y que nunca nos vuelva a ocurrir.
TU AMIGO ANTONIO
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