Soy esa mujer
que se dio cuenta de que
la sociedad no estaba hecha a mi medida, que se negó a aceptarla
por el simple hecho de que la sociedad
no me aceptaba a mí.
Nací mujer
en un mundo de hombres,
sí,
nací mujer,
pero jamás dejé de ser persona.
Nunca elegí ser quién soy,
no elegí los ovarios ni los senos,
tal vez,
si pudiese haber podido elegir,
un par de testículos podrían haber hecho
mi vida más sencilla.
Pero si tuviese la oportunidad de hacerlo,
de elegir,
de elegirme,
me elegiría a mí,
mil veces.
Nací persona por encima de cualquier género,nací yo,
inconformista, luchadora y libre.
Nací con el poder de elegir,
si amar a un hombre, a una mujer o a mi misma.
Y me amé
por encima de todo
y a la vez de nada.
Me amé por encima de la injusticia,
del que dirán,
y de cualquier ser.
Me amé por encima de la sociedad.
Crecí hasta los ovarios,
de que todo tenga que ser por cojones.
Crecí rodeada de injusticia,
juzgada y hasta arriba de culpa.
Lo intenté,
juro que traté de seguir la corriente de peces muertos,
pero mi instinto siempre fue seguir la vida.
Y sólo así
comprendí que mujer jamás será sinónimo
de madre, ni de florero,
pero siempre lo será de vida.
Y sólo así,
comprendí que jamás dejaré
de ser persona, y no hay
nada ni nadie,
por encima de mis derechos.
que se dio cuenta de que
la sociedad no estaba hecha a mi medida, que se negó a aceptarla
por el simple hecho de que la sociedad
no me aceptaba a mí.
Nací mujer
en un mundo de hombres,
sí,
nací mujer,
pero jamás dejé de ser persona.
Nunca elegí ser quién soy,
no elegí los ovarios ni los senos,
tal vez,
si pudiese haber podido elegir,
un par de testículos podrían haber hecho
mi vida más sencilla.
Pero si tuviese la oportunidad de hacerlo,
de elegir,
de elegirme,
me elegiría a mí,
mil veces.
Nací persona por encima de cualquier género,nací yo,
inconformista, luchadora y libre.
Nací con el poder de elegir,
si amar a un hombre, a una mujer o a mi misma.
Y me amé
por encima de todo
y a la vez de nada.
Me amé por encima de la injusticia,
del que dirán,
y de cualquier ser.
Me amé por encima de la sociedad.
Crecí hasta los ovarios,
de que todo tenga que ser por cojones.
Crecí rodeada de injusticia,
juzgada y hasta arriba de culpa.
Lo intenté,
juro que traté de seguir la corriente de peces muertos,
pero mi instinto siempre fue seguir la vida.
Y sólo así
comprendí que mujer jamás será sinónimo
de madre, ni de florero,
pero siempre lo será de vida.
Y sólo así,
comprendí que jamás dejaré
de ser persona, y no hay
nada ni nadie,
por encima de mis derechos.
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