PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

martes, 16 de enero de 2018

RAMIRO CALLE..

 La ciencia de apreciar lo que se tiene.



¿Es posible vivir bien la vida, o por el contrario hacer de ella un simulacro?.
Se puede vivir como si de una competición se tratara, pero también es posible vivirla con alegría y serenidad, tomando conciencia de que la vida no es más que una suma de instantes y que cada instante perdido es irrecuperable.

 Mirar las estrellas, es muy hermoso y significativo, el aforismo del poeta indio Rabindranath Tagore dice: "Si de noche lloras porque se ha ido el sol, tampoco podrás ver las estrellas".

Frase que encaja perfectamente con la insatisfacción que padece el ser humano. La mente siempre está insatisfecha y cuando la persona no tiene nada, siente que padece un grave problema;
cuando tiene demasiado, también lo padece porque ha de tratar de conservarlo y aumentarlo. Si a una persona la aman demasiado, se siente atosigada, pero se siente más desgraciada si no la ama


Cuando se está en una parte se querría estar en otra y cuando se está con
 una persona se añora la presencia de otra...
Hay que desarrollar la ciencia que enseña a apreciar el presente, aunque esto no quiere decir que no haya que cuidarse sin obsesiones del futuro o que no se ponga energía y condiciones para mejorar la calidad de vida; pero hay que aprender a valorar y amar aquello de lo que se dispone.
El ser humano es a veces tan necio que sólo valora lo que pierde o lo que nunca logra obtener.
Incluso si consigue algo que anhelamos mucho, tiene que proponerse nuevos logros para volver otra vez a aburrirse y desesperarse.

Estas son las trastadas de la mente a la que Santa Teresa llamaba la loca de la casa. Pero esa loca a veces es un monstruo que cuando se está sano hace creer que se está enfermo,
confundiendo al hombre si es que éste no está dispuesto a escucharla con atención.
Muchos pensamientos caóticos son el reflejo del desorden que reina en la profundidad de la mente.

Ramiro Calle..(Aprender a vivir, aprender a morir)

miércoles, 27 de diciembre de 2017

HENRY MILLER:

DEL BLOG DE WILDER BULEJE





En días famélicos como hoy he disfrutado con ansiedad cada párrafo de Henry Miller; sus entretenidas cavilaciones sobre la sexualidad, sus perspicaces reflexiones sobre el ser humano, su ingenio, su humor contundente y su lirismo oportuno. En buena hora Miller, contrariando a la mayoría de los escritores contemporáneos, me ha recordado que el escritor es un artista y no un simple artesano; que un escritor es alguien que vive, absorbe algo de la vida y lo expresa con profundidad 


sobre el papel, y no un chico de lentes que busca entretener la vida con ingeniosos juegos de palabras. 
He redescubierto con fascinación en sus páginas al auténtico escritor que escribe con el alma amarrada a los huevos, y cuya experiencia literaria encierra una verdad de verdad. Y aunque para muchos, Miller no sea más que un mentiroso sin escrúpulos, un mitómano incorregible, un pornógrafo egocéntrico, rimbombante y exagerado, cabe recordar que ante todo es un cínico, y desde esa perspectiva siempre nos habla con la verdad. Porque a un cínico lo revelan más sus mentiras que sus verdades, porque un cínico, incluso cuando miente, o exagera, lo hace con sinceridad.









INTERESANTE

Compañía:    ¿cualquiera?


Según Franca Trezza, vivir en compañía debe ser la meta. "La soledad no es recomendable, independientemente de la grandeza interna de cada quien. 
Está bien que se disfrute en una edad media, cuando la gente va consolidándose. Debe procurarse una vejez en compañía estable, porque la compañía inestable también hace sentir soledad. En todo momento, la gente anhela los vínculos".

Hay quien, por ejemplo, no sabe reconocerse viviendo a solas y, ante esa incapacidad, elige cualquier compañía, creyendo alcanzar una estabilidad.



"Es una situación indeseable, es vivir en contra de sí mismo. No es sano. Yo diría que, en esos casos, debe trabajarse primero el miedo a la soledad para luego seleccionar a una persona que brinde plenitud".

Para Franca Trezza, la plenitud significa que alguien pueda comunicarse con ese otro cuando lo necesite y que entre ambos haya oportunidad de negociar de forma fluida con ganancia para los dos.

"En la vida hay trozos que se caminan solos, pero otros deben hacerse en compañía, por lo cual hay que saber caminar al lado del otro. La plenitud es como un vals, puedes agarrar el paso del acompañante sin pisarle los pies. Todas las relaciones humanas deben bailar el vals de la plenitud".

nllabanero@eluniversal.com