PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

miércoles, 24 de enero de 2018

RASTREANDO RECUERDOS..ISSO...



   Muchas familias emigraron al completo y en  otras,  los jóvenes  nos marchábamos y los mayores se  quedaban,  algunos de estos jóvenes entre los que me encuentro, alternamos nuestro trabajo lejos  y el contacto, semanal o mensual con nuestras raíces, esta situación sin duda alivio la vida en el pueblo, pues por una parte, quedaba menos competencia para el poco trabajo que había,  por otra,  lo que ganábamos lo retornamos a casa.


     Fue una década donde los sueños democráticos, especialmente los de la generación que perdió la guerra, se volvieron a hacer realidad 40 años después.
Mención especial para aquella generación que era quien de verdad  lo merecía.
  Creo, que los que nacimos bajo la sombra de la dictadura, apenas  luchamos por las libertades, especialmente en los pueblos, pues  nuestros mayores que habían vivido el horror de la confrontación,se cuidaron mucho de mantenernos prohibido hablar de política.
 Mi padre nunca me hablo de libertades, ni de que una sociedad desde la participación, podía decidir su futuro.

 Han tenido que pasar muchos años, para que yo pudiese entender los silencios ,de unas gentes, que tras haber sido derrotados en una confrontación tan cruel, solo deseaban, sellar cualquier posibilidad, que condujese a sus hijosa repetir semejante aberración humana.
        

martes, 16 de enero de 2018

RAMIRO CALLE..

 La ciencia de apreciar lo que se tiene.



¿Es posible vivir bien la vida, o por el contrario hacer de ella un simulacro?.
Se puede vivir como si de una competición se tratara, pero también es posible vivirla con alegría y serenidad, tomando conciencia de que la vida no es más que una suma de instantes y que cada instante perdido es irrecuperable.

 Mirar las estrellas, es muy hermoso y significativo, el aforismo del poeta indio Rabindranath Tagore dice: "Si de noche lloras porque se ha ido el sol, tampoco podrás ver las estrellas".

Frase que encaja perfectamente con la insatisfacción que padece el ser humano. La mente siempre está insatisfecha y cuando la persona no tiene nada, siente que padece un grave problema;
cuando tiene demasiado, también lo padece porque ha de tratar de conservarlo y aumentarlo. Si a una persona la aman demasiado, se siente atosigada, pero se siente más desgraciada si no la ama


Cuando se está en una parte se querría estar en otra y cuando se está con
 una persona se añora la presencia de otra...
Hay que desarrollar la ciencia que enseña a apreciar el presente, aunque esto no quiere decir que no haya que cuidarse sin obsesiones del futuro o que no se ponga energía y condiciones para mejorar la calidad de vida; pero hay que aprender a valorar y amar aquello de lo que se dispone.
El ser humano es a veces tan necio que sólo valora lo que pierde o lo que nunca logra obtener.
Incluso si consigue algo que anhelamos mucho, tiene que proponerse nuevos logros para volver otra vez a aburrirse y desesperarse.

Estas son las trastadas de la mente a la que Santa Teresa llamaba la loca de la casa. Pero esa loca a veces es un monstruo que cuando se está sano hace creer que se está enfermo,
confundiendo al hombre si es que éste no está dispuesto a escucharla con atención.
Muchos pensamientos caóticos son el reflejo del desorden que reina en la profundidad de la mente.

Ramiro Calle..(Aprender a vivir, aprender a morir)

miércoles, 27 de diciembre de 2017

HENRY MILLER:

DEL BLOG DE WILDER BULEJE





En días famélicos como hoy he disfrutado con ansiedad cada párrafo de Henry Miller; sus entretenidas cavilaciones sobre la sexualidad, sus perspicaces reflexiones sobre el ser humano, su ingenio, su humor contundente y su lirismo oportuno. En buena hora Miller, contrariando a la mayoría de los escritores contemporáneos, me ha recordado que el escritor es un artista y no un simple artesano; que un escritor es alguien que vive, absorbe algo de la vida y lo expresa con profundidad 


sobre el papel, y no un chico de lentes que busca entretener la vida con ingeniosos juegos de palabras. 
He redescubierto con fascinación en sus páginas al auténtico escritor que escribe con el alma amarrada a los huevos, y cuya experiencia literaria encierra una verdad de verdad. Y aunque para muchos, Miller no sea más que un mentiroso sin escrúpulos, un mitómano incorregible, un pornógrafo egocéntrico, rimbombante y exagerado, cabe recordar que ante todo es un cínico, y desde esa perspectiva siempre nos habla con la verdad. Porque a un cínico lo revelan más sus mentiras que sus verdades, porque un cínico, incluso cuando miente, o exagera, lo hace con sinceridad.