PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

sábado, 4 de enero de 2020

fIN DE MI VIDA LABORAL / 04 /12/2.015





ULTIMO DÍA DE MI JUBILACIÓN.

 45 AÑOS DE SERVICIO EN

LA EMPRESA..."GRUPO TRAGSA"

Escribir un discurso en el brindis de despedida, no ha sido cosa fácil.

 Me resulta complicado conjugar los sentimientos.

 De una parte, la alegría de alcanzar una meta añorada “La jubilación"
 De otra, la tristeza de dejar de pertenecer a una empresa en la que he forjado, no solo mi personalidad, sino una familia.

 Empezaré por dar las gracias, a quienes han hecho posible, que este último día como trabajador de TRAGSA sea inolvidable.  
Cuando a finales de 2.012 fue aprobada mi jubilación parcial, sentí un alivio inmenso, ya que sufría un fuerte bajón de ánimo desde hacía unos meses.

Afortunadamente, la familia y algunos compañeros estuvieron a mi lado, y fueron muy importantes, para remontar, cuestión que nunca olvidaré.

 Esto me hace pensar, en lo imprescindible de contar en todos los capítulos de la vida, con personas con la suficiente proximidad, como para poder recurrir a ellas en momentos difíciles, “Vaya para ellos mi agradecimiento”.

Afortunadamente, en este momento, mi situación anímica es francamente buena, si bien confieso que me asusta un poco alejarme de algo que ha durado 45 años.

Resumiré al máximo para no ser pesado, algunos hechos que han marcado mi devenir en esta empresa, a la que he sentido como mi segunda madre.

Allá por 1.971, como tantos otros jóvenes de mi generación, tenía la maleta preparada para marcharme a Alemania.
Con veinte años recién cumplidos, recuerdo estar asustado y mis padres bastante afectados.


 Fue en esos días, cuando llamó a mi puerta el I.N.C, en la persona del compañero ya jubilado Pascual Cano… En ese momento fue como una lotería, no solo para mí, por la oportunidad que se me presentaba, sino especialmente para mi madre, que desde que le dije lo de emigrar, de vez en cuando la veía con lágrimas en los ojos.

 Recuerdo mi primer día como algo irreal, montado en una motobic llegue al bar "Zompo”, en Hellín, donde tomaban café los compañeros de faena, un señor de estatura baja, moreno, con rasgos duros y no muy hablador, resultó ser el oficial de turno Daniel Martínez Corcoles, y de ayudante su hijo, algo más joven que yo, Heriberto, y el conductor del camión pluma, Antonio Morales.
 El otro turno estaba compuesto por el capataz de máquina, Julián Navarro y Manuel Verdú, también de Isso
.
El viaje de Hellín al sondeo "La Tedera", en el raso Tobarra lo hice en la caja del camión, por cierto, sin toldo y con temperatura bajo cero.


En cualquier caso, me sentía alegre y emocionado por mi nueva situación.

Cuando bajé del camión y vi la Walquer- Neer-33, con la alta torre y la herramienta de perforación, quedé alucinado.

Este capítulo en sondeos duró 11 años, en los cuales preste servicio en las provincias de Tarragona, Valencia, Albacete, Murcia y Alicante...(En un total de 32 pueblos), esto hizo de las pensiones y casas alquiladas, mi hábitat permanente.

Fueron 11 años y me ofrecieron la oportunidad de conocer a un buen número de compañeros procedentes de toda la geografía española También tuve la oportunidad de comprobar, cómo se confirmaron unas  sabias palabras  que me dijo Francisco  Rubio Montalbán, (Jefe de equipos de sondeos), y que nunca he olvidado. Conocerás a muchos compañeros de todos se puede aprender,
pero recuerda, que según  decidas que es bueno para ti, dependerá tu futuro en esta empresa


Este comentario lo hizo, cuando le acompañe en el Citroën dos caballos, viajando en  mi primer desplazamiento, de Tobarra  a Corral Rubio, para prestar servicios en la "Filing-1.500", y poniéndome a las ordenes de oficialde 1ª, Manuel García  Acien.

A finales del año 82, estando prestando servicio en Mazarrón, llegó la orden de incorporarme a las inundaciones.

Y aquel desastre en forma de gota fría, me brindó la oportunidad de reducir desplazamientos, y con ello poder disfrutar mas de la familia.

Los siguientes años y hasta el 90, se solapan las famosas  “gotas frías”, produciendo nuevos  daños 

Pasada esa complicada situación quede con la familia en Alicante, y

 ha sido la parte más relajante, entre comillas, porque las obras de regadío que durante mas de una década se han ejecutado, han sido muy estresantes.

 Como es natural durante este tiempo han sido muchos compañeros a quienes he visto subir y bajar, hasta el punto, que en el momento actual casi en todos sus asientos hay caras nuevas.

Me recuerda esas películas del oeste americano, en las que se ve a lo lejos la silueta de alguien solitario en el alcen con una maleta , y mientras el tren se aleja vomitando humo y perdiéndose a lo lejos.
Ese tren se llama Tragsa y yo soy el de la maleta. Es deseable, que los compañeros que os bajéis en un futuro, lo hagáis como yo, cuando os llegue la edad de jubilarse…(Salvo que encontréis algo mejor).

Y  para despedirme,quiero evocar un recuerdo entrañable a todos mis compañeros fallecidos y con los cuales he compartido tiempo y amistad, omito nombres porque por desgracia son bastantes.

Y aquellos que jubilados o no, me hayan conocido, tanto como subordinado como de jefe, daros las gracias, y pedir perdón a quienes con mis decisiones se hayan podido sentir agraviados.




Hay una cuestión que deseo comentar:
  Mi agradecimiento a mi señora, por haber estado voluntariamente junto a mí desde el primer momento, viéndose obligada a cambiar de entorno y lo más complicado, encargarse de convencer a los chicos de que había que cambiar de colegio continuamente, para estar junto a su padre, cuestión que asumieron sin quejas ni rebeldías, si bien es cierto que los primeros días de cada nuevo colegio eran complicados, para ellos y para nosotros,espero no nos juzguen con demasiada severidad.


En cualquier caso y para finalizar, resaltar por encima de todo, que más de una vez nos ha tocado navegar con el aire en contra, y siempre lo hemos afrontado con la mejor actitud.

viernes, 3 de enero de 2020

ACANTILADO...1





Poco a poco, la noche envuelve el lugar con tonos rojizos, que se van diluyendo en el horizonte.

 Sobre el acantilado se alzaba un pequeño castillo del medievo.

  Apenas queda un torreón, de no mucha altura, apoyado sobre las rocas.
 Unas decenas de m. más abajo, el fuerte oleaje, levanta mantos de blanca espuma.
 Un estrecho camino descendía hasta un bosque semicalvo, consecuencia de un reciente incendio.
 Una nube de polvo se eleva al paso del viejo mercedes.
Los nuevos moradores volvian después de unas semanas ausentes.
 Cruzan el caserío, en donde  comentan, que son un matrimonio mayor, y el coche lleva matrícula alemana .

¡Por cierto!, un tanto huidizos.

 En esta ocasión va con ellos una niña de no más de 10 u 11 años, todos rubios de cabello, y con la piel algo horneada por el sol, en el interior de la torre las luces se apagan y encienden, los recién llegados van descargando el equipaje del coche y colocándolo en el interior, la chica está asomada a la   ventana más alta del torreón, pasadas unas horas en el castillo sólo queda una luz en la puerta alumbrando el viejo carro.

La noche transcurre silenciosa, hasta que un relámpago seguido de un gran estruendo anunciaba tormenta.
   Es este un lugar, donde las borrascas se recrean y crecen en vertical, ayudadas por el cruce de vientos entre el mar mediterráneo y el océano atlántico, no tardó en repetir el relámpago, lo que provocó que en una de las ventanas se vislumbrase la silueta de una anciana encorvada que se movía con cierta entitud.
Al día siguiente en el viejo bar, unos hombres mayores comentaban, sobre los moradores del alto acantilado, nunca nadie los había visto por el pueblo, solían estar cortos periodos de tiempo y después desaparecen, casi se habían convertido en el principal motivo de conversación.   Desde que eran nazis camuflados, hasta lo más macabro, que regresaban para atender una especie de moradores del castillo con formas extrañas, ¡lo cierto!, Que todo cuanto sabían, era el relato de un viejo pastor, que haciendo su trabajo,  vio cómo dos personas con cuerdas, sujetaban a un animal con forma de persona, o como decía una persona con algunas partes de animal. El pastor un tanto asustado, permaneció oculto hasta que desaparecieron en un recodo del viejo caseron.
 Este relato era el que mas eco tenia, y había cobrado más credibilidad, porque unos días después que el pastor lo viera y lo contara, como  por arte de magia y en toda la propiedad, se levantó una tupida malla de más de dos metros de altura

CONTINUARÁ:





miércoles, 25 de diciembre de 2019

MI FELICITACIÓN NAVIDEÑA / 2.019