PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

sábado, 5 de septiembre de 2020

SIEMPRE SOMOS HIJOS:

Ángel Gabilondo      "Siempre somos Hijos"
   Un equilibrado articulo sobre el relevo generacional  

Se viene produciendo un verdadero entrecruzamiento en la necesidad cada día más patente de cuidarnos. También, mutuamente. Valerse por sí mismo no significa ignorar a los demás, aunque sea un factor determinante de la autonomía personal. Sin embargo, no pocas veces resulta en alguna medida inviable. Y ello ha de considerarse una auténtica dificultad en la práctica de la libertad. La complejidad del tiempo presente ha provocado una alteración tan profunda que nos encontramos con escenarios en las que se produce un cierto abandono.
Podría a su vez presumirse que el mero hecho de ser padres o tutores, o máximos responsables de garantizar el entorno afectivo en el que alguien va creciendo y desarrollándose, acredita que se dan las condiciones para asumir con cierta naturalidad su labor. Pero no pocas veces muchos afirman encontrarse desbordados,
como atropellados por la existencia, y no sólo por una preparación que desearían mejorable, sino por una actitud que les hace sentirse damnificados por su propia y necesaria tarea. Ello va labrando una distancia, una determinada percepción, la de que se es víctima de lo que les corresponde hacer, mientras tamaña ocupación les hurta vida, tiempo de vida. Y entonces, a pesar de los afectos, no es infrecuente encontrar quienes sienten su condición como una carga, que exige una dedicación y un esfuerzo que, aunque se espere y se presuma, nunca supusieron que fuera tal. No resulta fácil ni ser padres ni ser hijos, por mucho que esgrimamos la consabida naturalidad Pero dado que se trata de una relación y no de un mero velar, vigilar o transmitir, no todo se reduce a acción, ha de haber pasión, esto es, capacidad de verse afectado. Y entonces decimos algunas palabras, aunque también las escuchamos. Un niño, y más aún un chico, un chaval, es asimismo capaz de desear, de preferir y de distinguir. Y desde luego, de necesitar. No se cuestiona su inmadurez, pero ello no significa incapacidad y, menos aún, falta de sensibilidad o de perspicacia. No es cuestión de subrayar, por ejemplo a la par, nuestras
deficiencias y carencias.
Todos somos hijos. Ello ha conducido a situaciones cada vez más frecuentes en las que el lógos, desconcertado, encuentra dificultades para constituirse como algo real, como discurso capaz de decir y de hacer, como palabra cercana y eficiente.
Semejante movimiento circular del pensamiento pone al mismo tiempo en circulación el sentido y el alcance de la educación y muestra hasta qué punto se encuentra marcada histórica y socialmente. Deleuze señala que una clase ha de parecerse “más a un concierto que a un sermón” y, efectivamente, se trata de concertar, de acierto y de concierto. Una clase y una existencia.
El desamparo no es patrimonio exclusivo de la infancia. La incertidumbre, tampoco. La necesidad afectiva no corresponde únicamente a las etapas iniciales de nuestra vida, y la permanente llamada que requiere al otro, del otro, no es cosa de mentes aún poco formadas. Reconocer las propias carencias es condición indispensable del buen educador. Limitarse a enumerarlas no es, sin embargo, suficiente. Siempre somos hijos. Quizá cabría decir que cada cual a su modo, a su tiempo, va desplegando las posibilidades de su formación, y no considerarse plenamente culminado es una condición fundamental para la tarea de educar, que es siempre acompañar e intervenir. Sin duda, decir, y también dejarse decir, es asimismo escuchar. En todas las edades, en todas las etapas.Quien al cuidar es exigente más allá de lo razonable, suele serlo al requerir y necesitar ser cuidado. Quienes, por diversas razones, precisan de atenciones intensas y permanentes, quienes no pocas veces nos son tan próximos, ponen en cuestión no sólo nuestra paciencia, sino asimismo nuestra educación. Y nuestro afecto. Y nuestros valores. Ellos se labran una y otra vez en el niño que más o menos explícitamente siempre demanda auxilio. Sin embargo, decir eso ya supone alguna toma de posición. 
Todos habitamos formas diversas de necesidad, algunos de lo más elemental y ya contemplamos niños que cuidan de sus padres, se ocupan a su modo de la atención que los propios padres no pueden o no saben tener de sí mismos, abuelos que afrontan espacios antes menos previstos, y, en cierto modo, se vinculan unos con otros, sin dejar establecer un cuadro que resuma lo que ocurre. No hay manual de instrucciones para la relación
Tal vez hemos de empezar por no dar demasiado por supuesto. Es cuestión de afectos, de complejos afectos, pero a veces no es fácil tipificar comportamientos. De ahí que resulte tan desconcertante que haya quienes catalogan los procesos y los tiempos, desde una presunta consideración de la madurez, para proceder sin más tópica y jerárquicamente, en una clasificación de supuestos y previsiones. Nadie se exime de la necesidad de requerir de los otros y es prudente no hacer ostentación de autosuficiencia. Y menos de los afectos. Siempre al respecto perdura una filiación. Y a partir de ella podría labrarse algo más fraternal.
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OPINIÓN:  Antonio Villena.

Profundo y acertado articulo, sobre el siempre complicado relevo generacional.

No pocas veces, experimento en la actualidad.. cuestiones como las que relata  A. Gabilondo.
 
 Los hijos.  Cuando aun no hemos llegado a padres maduros,  somos dados a hacer gracietas con  cuestiones existenciales, haciendo bromas que hieren  en lo mas profundo a la tercera edad (En la que me encuentro) aunque riamos con ellos, nos queda cierto poso de amargura y duda, sobre los sentimientos reales.
  ¡Ocurre!,  Que quienes estamos pisando el ultimo tramo del camino, no siempre aceptamos con humor ciertas verdades sobre nuestra decadencia, por muy graciosas que sean.

Estas conversaciones que  suelen desarrollarse en buen ambiente, a veces, nos hacen daño,si bien, procuráramos disimularlo. Para no romper momentos agradables y de proximidad.

En mi opinión, lo mas adecuado es, no responder de mala manera... Es obvio que  siempre prevalece una razón inapelable.
  Los hijos son el resultado de nuestros propios proyectos, y como tales, hemos de aceptarles y no pocas veces mordiéndonos la lengua.







   




jueves, 3 de septiembre de 2020

....( Encontrado en la red )



Mi nombre es Mercedes y si tuviste ocasión de leer algo escrito por mí anteriormente. Dudarás si lo escribió la misma persona. Porque yo soy a la vez dos personas. Una la que fui antes y las circunstancias que rodearon mi vida por aquel entonces y dos la que soy ahora, una persona llena de ilusión, de ganas de vivir, de retos a los que enfrentarse y de orgullo de sentir que estoy viva y de darme cuenta de que puedo amar más intensamente de lo que hubiese creído jamás. SOY LA MISMA, PERO SOY OTRA.
 En esa vida anterior mi decisión de irme al Polo Norte solo tenía un sentido…Alejarme de todo, para olvidar mis problemas. Para olvidarme de todo y de todos, para que nadie me viera, ni me
analizará. Para desterrarme finalmente como ese castigo que nunca llegaba por mano de nadie, más que de mí misma. 
Hoy en día soy feliz, tanto que no creo que hubiese existido nunca tal grado de felicidad. 
Hoy me quiero y me quieren. 
Me siento persona en crecimiento continuo. 
Creo que he dejado atrás una vida de lamento y de injustas culpas hacia mi persona. 
Pero sobre todo me siento querida, siento que soy especialmente amada por alguien muy especial y ese ser hace que cualquier dificultad se minimice al máximo. 
Cada día me levanto con esperanza, con aspiraciones. Y aunque no pueda verlo o tocarlo, siento que está a mi lado amándome. Porque amar no es solo hacer el amor. Amar es sentir pasión solo por oírle respirar, por sentir su voz, por rozar apenas su mano. Amar es soñar con él, a menudo despierta. Amar es respirar el mismo aire en la misma habitación, sin verse siquiera, es estar conectados aun sin tener medios. Amar es complejo amigo. Pero es a la vez la mayor aventura que puedas vivir. Si amas con todo tu corazón, sentirás lo que hoy siento yo. Y pensarás lo que pienso yo. ¿Por qué la gente no es feliz? Muy sencillo, porque no aman. Viven lamentándose de lo que no tienen y no se dan cuenta de lo que están perdiendo. ¡Qué pena queridos! Hoy quiero ir al Polo Norte por otras cuestiones. Quiero disfrutar el calor. ¡Si, lees bien! Quiero disfrutar del calor a pesar del frío, del calor que me proporciona mi amor. De más tiempo de luz, Serían prácticamente veinticuatro horas de intensa luz que viene cogida de la mano de la positivista. Y sobre todo quiero disfrutar de esa persona solo para mí. Esta persona capaz de haber hecho latir mi corazón más deprisa de lo normal cuando yo lo creía muerto de por vida. Capaz de hacerme soñar y de darme las fuerzas para convencer a los demás de que sus sueños se pueden lograr. A ti mi amor, aunque no estás conmigo, sé que no estas lejos de mí. Sé que sientes mi pena como tuya propia y por ello
quiero que sientas también mi felicidad. Que es auténtica solo por saber que estás ahí. Amándote en silencio. Como yo a ti. A ti mi amor. Un brindis por ser lo mejor que pasó por mi vida desde que te pedí aquella noche a aquella estrella fugaz. ¡Por fin llegaste! LA OTRA!.  Amar es sencillo cuando se está enamorado de la vida cuando se tiene a quien amar y permite que a su vez le ame. cuando puedes hablar de todo como si hablases contigo mismo. Amar es sencillo cuando dejas que el amor fluya libre que vaya y venga como el viento porque al final si es verdadero volverá a su hogar allí donde comenzó y donde mejor se encuentra. Amar es sencillo y ademas de sencillo, necesario y recomendable porque una vida sin amor es como vivir sin protección ante tantos y tantos lamentos. 
 Amar es sencillo si pero has de elegir bien no lo hagas al azar sin antes descubrir si ese amor es para ti ¿Amar es esto? SI

viernes, 28 de agosto de 2020

CARTA A UN AMIGO IMAGINARIO


¡Hola Pablo!.  Apenas hace una semana que coincidimos y estoy escribiéndote una carta, después de unos días que me han tenido entre dudas y remordimiento.  ¡Te explico!, cuando coincidimos en aquel restaurante con nuestras esposas, hacia más 
de un año que no teníamos relación alguna, y me sentí más nervioso que contento, creo que tú tampoco estuviste cómodo  ¡O esa impresión tuve!.  En mi caso decirte, que no me gusto enterarme por terceros, que habías sufrido  un accidente de automóvil, y que ni tú, ni tu familia me lo comunicaseis.  No lo entendí, sabes que nuestra amistad siempre ha sido de total disponibilidad, cuando nos hemos necesitado. 
Esperé tu llamada y a medida que el tiempo
 pasaba, me aumentaba una especie de confusión y amargura, que me impedía reaccionar. Si bien,  as de saber que por medio de un  amigo de ambos, he estado informado de tu buena recuperación, pero fui incapaz de manifestarte mi alegría al volver a verte. recuperado. 
Hoy, pasados unos días de nuestro encuentro,  te envió esta carta, y te emplazo para vernos de nuevo en el mismo lugar, solo deseo que nos demos un abrazo y que nunca nos vuelva a ocurrir.
TU AMIGO ANTONIO