Primeros de marzo de 2021, un
amigo con el que he compartido muchos momentos en la piscina de maristas, esta sedado.
Su sufrimiento ha tocado su fin,
en este caso no se ha tratado del covi19, sino de un cáncer, por el que se jubiló
unos años antes de los 65, y que le ha tenido casi una década, en una situación
de lucha continuada con algunas treguas cortas.
Los medicamentos, las
operaciones, las sesiones de quimio han estado presentes o amenazantes.
Su último año de vida ha sido una autentica tortura para
él, y para la familia.
También he de poner en valor su actitud, ante la tragedia
anunciada, nunca le oí quejarse.
He tenido la suerte de conocer a un hombre, armado de valores,
entre los que destaco su valentía, su humildad y la manera de entender la vida,
y que en más de una ocasión he quedado admirado de su entereza.
En nuestras conversaciones sobre nuestras vidas laborales, y sobre
ciertas responsabilidades que hemos tenido que afrontar, se ponía de manifiesto
nuestras sintonías de comportamientos.
Siempre estarás en mi memoria y en mi corazón.
Por otra parte, hacer un breve comentario sobre quien ha sido su
soporte en tan injusta y desigual batalla, “Su señora".
Ella ha compartido con el, todo el proceso, y no solo a su cuidado, sino que con ciertos conocimientos, ha
estado entregada a explorar posibles soluciones, en distintos campos de la
medicina. Nunca se han rendido.
Por tanto es justo
valorar el apoyo que siempre ha tenido por parte de su compañera.
Sin más, Desear que descanse en paz, y que la familia supere la
perdida. Desde el convencimiento de saber, que le han prestado toda la ayuda posible, y
en todo momento.
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Segunda semana de junio de 2021:
La crueldad de vivir sin ninguna esperanza, esta vez hago
referencia a un hermano, que, desde hace más de una década, está sufriendo las
secuelas del ataque de una bacteria llamada "asesina", y que le dejo tan tocado, que las muletas y su fuerza por sobrevivir le han añadido años de vida. Pero
con un continuo deterioro, físico y mental.
Desde hace un par de años quedo bloqueado de las piernas y la
silla de ruedas primero y la cama después, han sido testigo de un cuerpo y un
cerebro, sin ningún control sobre movimiento alguno, el dolor la desesperación y
el sufrimiento, han alcanzado en su maltrecho cuerpo, un nivel deleznable y aberrante.
En este momento en qué estoy escribiendo, su corazón está próximo
a decir basta, el suero pronto será su único alimento, y después será cuestión de
días, tal vez semanas y el fin.
Soy el más joven de la familia, y he visto fallecer a tres de mis hermanos, con episodios parecidos.
Pondré las barbas a remojo, y acatare con la mayor entereza
posible, lo que el destino me tenga reservado.