Como gestionar el pánico, para no perder el control y la sensatez.
Cuando arremete, me convierte en una especie de espantajo a
merced de todo tipo de demonios.
Son momentos, en los que mi cerebro toma las riendas y me
hunde, dejándome alejado de la racionalidad más elemental.
Afortunadamente, a lo largo de mi vida no han sido muchos, pero si lo suficiente virulentos para hacerme perder el el control.
Mi estomago se retuerce y
deja de funcionar, entrando en una especie de circulo que me araña las entrañas.