EXTRAÍDO DEL LIBRO "APRENDER A VIVIR APRENDER A MORIR" DE RAMIRO CALLE
¿Se
puede aprender a morir?
¿Es posible enfrentarse a la enfermedad y a la muerte
--propia y ajena-- con mayor serenidad y equilibrio?
La respuesta es
rotundamente sí, siempre que se intente comprender el fenómeno
de la muerte, lo
que exige entender también el fenómeno de la vida; aceptar el hecho inevitable
del morir, saber desprenderse del ego, de los seres queridos, de las posesiones
materiales, del anhelo de supervivencia, del propio cuerpo y, por último, utilizar métodos y técnicas previamente bien aprendidas y desarrolladas, para
poder mantener el ánimo más sereno.
Los
ciudadanos del mundo vivimos la descomposición de las instituciones políticas,
sociales, religiosas y hasta humanitarias. Se agrede sin piedad a plantas y
animales; el mundo está dominado por la voluntad obsesiva de poder y manipulación.
Estas son algunas de las razones por las que un tanto por ciento elevado de la población padece depresión y otro porcentaje no menor pasa su tiempo vencido por una melancolía depresiva. Contra este loco modo de estar en el mundo existe una forma diferente de vivir.
Algunos ya la han encontrado sin que hayan tenido que renunciar al mundo, simplemente rechazando la ofuscación de la mente. Para conseguir este estado no es necesario aislarse en la montaña, sino cambiar de actitud optando por una forma de vivir menos neurótica, más expansiva y menos obsesiva.
A veces el ser humano está de tal manera imantado por los objetos que posee que se abstrae por completo de la realidad de la muerte y pierde la consciencia de su inevitable finitud.