PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

lunes, 11 de septiembre de 2023

JUEGOS DE NIÑO EN MI BARRIO





Recuerdo con cierta nitidez, los grupos de chavales que llegaban al barrio en las noches de verano, a jugar en el trozo de terreno sobrante de la era de la trilla.
 
 La totalidad de la estrecha parcela dividía el barrio de arriba, del de abajo, si bien, en su conjunto era el Cerrico de la Cruz, más tarde llamado Caravaca, el resto de parcela no utilizado para la trilla, estaba en barbecho o poco duró, situación que aprovechábamos, en las noches de luna, para juntábamos una buena caterva de peques, y el juego favorito era el de echarnos pares de porrazos, lo de pares seria porque peleábamos dos.

No se trataba de riñas, si no de correr y forcejear con el primero que tropezabas, había momentos. que apenas nos veíamos, por la cantidad de polvo que levantábamos, solíamos finalizar sobre las doce de la noche.
El cierre de la actividad era, en el caño del Barrio Bolos, donde nos quitábamos la polvorienta y sudorosa ropa y después de sacudirla lo mejor que podíamos, procedíamos a entrar en el pilón donde abrevaban los animales. 


También en el verano, durante algunas siestas, quedábamos y con bicicletas buscábamos un sitio para bañarnos, bien al molino Falcon o la balsa de Inocente.
  los regresos no podíamos demorarlos porque por la tarde, había que estar listos para ir al campo, el verano siempre estaba cargado de faenas agrícolas, principalmente recolecciones de hortalizas y su cuidado.



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