Aya' por los años 50, aun recuerdo cinco pequeñas parcelas, que mi padre llevaba arrendadas entre el barrio Quilez o Chanes y el barrio Castor, algunas de ellas lindaban con la acequia de riego.
Olivos centenarios, nogueras, manzanos, granados, higueras y algun viejo albaricoquero, componian buena parte de su superficie.
Unos doscientos metros aguas arriba, había un almecinero, que abastecido de humedad de la acequia, se había convertido en referente, por lo alto y ancho, junto al tronco ,se hallaba una de las tomas principales del riego y también una gran poza, que al estar resguardada por la sombra y por la abundante hierba, en los meses de verano nunca faltaba el agua.
Habia otras tomas menos significativas, donde el agua cristalina permanecía varios días, despues de la tanda.
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Ejemplo de hoya, para plantel de tomates
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Los peques, las utilizabamos para el baño, generalmente en las horas de más calor, que coincidía con las siestas, cuando las labores agrícolas se hacian penosas.
En una de aquellas parcelas se ubicaba la hoya.
Se trataba de unas pequeñas excavaciones aprovechando los desniveles, entre parcelas y orientadas al sur o sol de invierno, que debidamente preparadas eran el vivero donde se sembraban las semillas para el plantel de tomates, pimientos y alguna otra variedad.
Durante el tiempo de germinación de las semillas, así como su posterior crecimiento, hasta la siembra, cada tarde-noche había que taparlas y a la mañana siguiente destaparlas.
Se tapaban con zarzos ,hechos con varas de olivo de un par de metros de longitud, puestas paralelas, y separadas hasta alcanzar una anchura aproximada de 2,5 m., a las que con sogas de esparto, se le iban fijando unas cañas.
Una vez acabado, y para que el frío no penetrara, se le añadía esparto seco, también denominado "viejos",el resultado era el zarzo, que apoyado con los palos u horquilla quedaban sujetos y formando un ángulo aproximado de 45 grados en relación al plano horizontal, como se puede ver en la foto.
Este tipo de vivero, se sembraba cuando aún podía helar, y en abril o mayo, se extraía el plantel para el sembrado, en parcelas preparadas para tal menester
Como se puede entender, extraer algo de luz sobre aquellos hechos no resulta fácil, lo que significa que serán muchos los detalles que quedarán ocultos para siempre, en cualquier caso mi disposición a seguir tirando de los hilos a dia de hoy es alta, eso significa que continuaré pintando con palabras el cuadro que más se aproxime a lo que debió ser, poniéndole las imágenes de Internet y lo que aflore a mi cerebro.
Son recuerdos que emergen como puntas, en un mar de confusión, que al tirar de ellas, son de tal fragilidad, que en muchos casos se desvanecen de la misma manera que aparecen.
Lo más complicado, recordar el orden o su cronología.