PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

martes, 5 de diciembre de 2023

TESTIGO DE GEHOVA

    S. Juan

   Albañil encofrador...(Testigo de Jehová)
 un hombre animoso y cumplidor, que conocí, cuando prestaba servicios para una subcontrata, en la ejecución de la depuradora de Villajoyosa.
Hombre de  conversación  fácil,   poco  estudiado,  sin embargo la fe y sus ideas eran de hierro,  le contratamos como encofrador,  se le exigió rendimiento y cumplió con creces.
   Su entrega al trabajo,  le creaba algunos contratiempos con los compañeros.

       Después continuo trabajando en la obra de Pinoso, y  tuve la oportunidad de conocerle más a fondo, no sólo como trabajador, sino como gestor de sus creencias y algunas pinceladas de su vida privada.

    Me sorprendió que un trabajador con casi 60  años  transmitiese tanta ilusión,  para con el trabajo bien hecho, su  jovi principal era trabajar con buena herramienta, finalizar sus tareas,  con la mayor rapidez y con la mejor calidad posible.
  Recuerdo, que cuando hablaba de su familia.  De su hermana no tenía buena opinión, según me comentaba, se había quedado con la herencia de sus padres, sin embargo fue él quien  hubo de cuidarlos hasta que fallecieron.

  En cualquier caso, su manera de hablar  transmitía optimismo y pasión por la vida ... Hablaba de  proyectos familiares, como sueños realizables, por otra parte se sentía contento de estar ofreciendo a su hijo de 30 años, toda la ayuda necesaria para integrarlo socialmente, si bien, era consciente de que en cualquier momento su estrategia se le podía venir abajo.
 Me contaba sobre este hijo, que  a los 18 años cursaba estudios con notas brillantes, y de repente quedo atrapado en la droga.
 Contaba... que él recibió la nueva situación, como un reto que le había sido enviado por su dios, por tanto se dispuso con todo el ánimo, a cumplir con su misión, la de recuperarlo.
  Contaba, las veces que se pasaba noches enteras buscándole y cuando le encontraba, en ocasiones en situación deplorable,  le retornaba a casa.
También contaba, que había de tener cuidado y no dejar a su alcance objetos,con los cuales pudiese hacerse daño, pues en alguna ocasión le salvó de quitarse la vida.  


En un momento dado desapareció de de su control, y después de muchas averiguaciones le informaron que le habían visto en Barcelona.
Comentaba que no dudo un momento, dejó su trabajo y se marchó en busca de su hijo. cuestión que según decía, no fue nada fácil,  pasaba noches enteras recorriendo los lugares mas tenebrosos de  de la ciudad condal, la única pista de que disponía era, que su adicción a la droga le tendría en los lugares donde esta estuviese presente.
Después de algunas semanas, su tenacidad tuvo recompensa, lo encontró como se imaginaba, en estado deplorable, o sea, en  donde las personas dejan de serlo, para convertirse en esclavos de su propio exterminio, según contaba, el hijo en su desesperación lo recibió con cierto alivio, si bien le costó convencerlo para que regresara a casa, con la promesa de que el le atendería y le curaría. 
 Le propuso al hijo, la compra de un terreno cerca  de Alicante y que por cierto cumplió, (No anote el nombre del lugar en mis escritos), y se comprometió  a proporcionarle un espacio donde vivir, y una parcela para que cultivase  hortalizas y que por supuesto él estaría siempre a su lado, para cuando le necesitase.

Logró convencerlo y estaba muy contento porque estaba haciendo cambios muy positivos.

Nunca le vi abatido, pensativo, o de mal humor,  siempre estaba optimista y convencido que estaba cumpliendo bien la misión que tenía encomendada por Jehová.

A veces me dejaba sorprendido , cuando me comentaba que al regreso  a Alicante después del  del duro trabajo, se duchaba se ponía su traje y se marchaba de puerta en puerta a quien le quisiera escuchar para transmitir el mensaje de su dios, yo quedaba perplejo escuchándole y preguntándome ¿Si dios quiza no fuese el?.

 ¿ Que fuerza  movía a aquel hombre que situado sobre sus desgracias, irradiaba optimismo y alegria por todos sus poros ?

El 19-4-95 miércoles  sobre las 10 de la mañana, S. Juan me comenta que se encuentra mal, se marcha a Pinoso, donde al parecer le diagnostican gripe y le inyectaron algo para aliviar su dolencia.
Desde Pinoso me comunica que se sentía mal y se marchaba a casa.

Dos días después, o sea,  el viernes, me llama un familiar y me notifica que S. Juan había fallecido...Quede sin saber que decir, es  como si me estuvieran gastando una broma macabra y no das crédito a lo sucedido.
 
Recuerdo un entierro distinto al cristiano, di el pésame a su esposa, y trate de indagar sobre las causas y no obtuve ninguna información.

Pasados unos días,  me puse en contacto de nuevo con su señora , para informarle sobre la indemnización a que tenía derecho por parte de la empresa.

  Recuerdo que le  comente, si habían indagado sobre la posibilidad de que la inyección hubiese sido la causa de su muerte, la única respuesta que obtuve fue la de que dios le había llamado, y así quedo la historia de S. Juan, por cierto que no me atreví a preguntar por la situación del hijo, que supuestamente estaba en vías de curación de la drogadicción.
En mi mente queda el recuerdo de un hombre todo vigor, limitado en formación, pero con una fe y una tenacidad poco corriente .     Descanse en Paz


Los caminos del ser humano, a veces distan mucho de ser cómodos,sin embargo,  me quedo la sensación de que el tiempo que estuvo en este mundo,  disfruto  la vida  con plenitud




                                                                             











lunes, 4 de diciembre de 2023

OCURRIO EN ISSO. (Unas pocas habas ) /


Historias del hambre 
Al sur de La casa Baltasar, corrían los años 50.

Era marzo y mi padre comenzaba a coger las primeras habas.
 Un día a primera hora, cuando fue a por unas pocas, se dio cuenta, que alguien había estado robando algunas, los próximos días comprobó, que quien fuese, lo hacia a diario y por las noches, solía dejar huellas y alguna mata rota.

Mi padre, mosqueado con  aquella situación y previa información a los guardas de la huerta, inició una vigilancia nocturna.


 
No resultó difícil, la segunda noche, serían las tres de la madrugada, mi padre camuflado entre las matas, y a pocos pasos, el intruso en la oscuridad comenzó a llenar su pequeña bolsa, estaba tan distraído, que mi padre se puso a su lado, y  al momento se saludaron, pues era un vecino de Isso muy conocido, omito el apodo para que nadie se moleste.
  Al momento supo mi padre, que las habas que estaba cogiendo, eran parte de lo poco que tendría su  familia  para comer  al día siguiente.

Mientras estaban hablando, llegó uno de los guardas al que le dijo mi padre que aquel mismo día, se pasaría por el cuartel  para formalizar la denuncia.
 La escena descolocó a mi padre y como era de prever, le dejo las habas que ya había cogido, y le prometió no denunciarlo, a cambio, le hizo prometer al conocido, que cuando saliese  para llevar algo a casa, procurará  ir alternando las  parcelas, porque si bien en mi casa, no se pasaba hambre tampoco sobraba demasiado.

El acuerdo verbal  entre  mi padre y el conocido fue respetado por ambas partes,   mi padre  renunció a denunciarlo en el cuartel ante la guardia civil, y el otro, ya no regreso con tanta frecuencia.

viernes, 1 de diciembre de 2023

Del Eterno Retorno y la Insoportable Levedad del ser / Autor:Milan Kundera



La idea del eterno retorno es misteriosa y con ella Nietzsche dejó perplejos a los demás filósofos: ¡pensar que alguna vez haya de repetirse todo tal como lo hemos vivido ya, y que incluso esa repetición haya de repetirse hasta el infinito! ¿Qué quiere decir ese mito demencial?
El mito del eterno retorno viene a decir, per negatio-nem, que una vida que desaparece de una vez para siempre, que no retorna, es como una sombra, carece de peso, está muerta de antemano y, si ha sido horrorosa, bella, elevada, ese horror, esa elevación o esa belleza nada significan. No es necesario que los tengamos en cuenta, igual que una guerra entre dos Estados africanos en el siglo catorce que no cambió en nada la faz de la tierra, aunque en ella murieran, en medio de indecibles padecimientos, trescientos mil negros.
¿Cambia en algo la guerra entre dos Estados africanos si se repite incontables veces en un eterno retorno?
Cambia: se convierte en un bloque que sobresale y perdura, y su estupidez será irreparable.
Si la Revolución francesa tuviera que repetirse eternamente, la historiografía francesa estaría menos 
orgullosa de Robespierre. 
Pero dado que habla de algo que ya no volverá a ocurrir, los años sangrientos se convierten en meras palabras, en teorías, en discusiones, se vuelven más ligeros que una pluma, no dan miedo. Hay una diferencia infinita entre el Robespierre que apareció solo una vez en la historia y un Robespierre que volviera eternamente a cortarle la cabeza a los franceses.

Digamos, por tanto, que la idea del eterno retorno significa cierta perspectiva desde la cual las cosas aparecen de un modo distinto a como las conocemos: aparecen sin la circunstancia atenuante de su fugacidad. Esta circunstancia atenuante es la que nos impide pronunciar condena alguna. ¿Cómo es posible condenar algo fugaz? El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia; todo, incluida la guillotina.


Si cada uno de los instantes de nuestra vida se va a repetir infinitas veces, estamos clavados a la eternidad como Jesucristo a la cruz. La imagen es terrible. En el mundo del eterno retorno descansa sobre cada gesto el peso de una insoportable responsabilidad. Ese es el motivo por el cual Nietzsche llamó a la idea del eterno retorno la carga más pesada (das schwerste Gewicht).

Pero si el eterno retorno es la carga más pesada, entonces nuestras vidas pueden aparecer, sobre ese telón de fondo, en toda su maravillosa levedad.
¿Pero es de verdad terrible el peso y maravillosa la levedad? La carga más pesada nos destroza, somos
 derribados por ella, nos aplasta contra la tierra. Pero en la poesía amatoria de todas las épocas la mujer desea cargar con el peso del cuerpo del hombre. La carga más pesada es por lo tanto, a la vez, la imagen de la más intensa plenitud de la vida. Cuanto más pesada sea la carga, más a ras de tierra estará nuestra vida, más real y verdadera será́.

Por el contrario, la ausencia absoluta de carga hace que el hombre se vuelva más ligero que el aire, vuele hacia lo alto, se distancie de la tierra, de su ser terreno, que sea real sólo a medias y sus movimientos sean tan libres como insignificantes.

Entonces, ¿qué hemos de elegir? ¿El peso o la levedad? Es una incógnita. Sólo una cosa es segura: la contradicción entre peso y levedad es la más misteriosa y equívoca de todas las contradicciones.