PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

domingo, 10 de diciembre de 2023

POCO ORIGINAL- (Disimular infidelidades) /

Hoy se me ocurre que haré un blanco sobre negro, desde el convencimiento de que no voy a ser nada original,





Las liturgias son la parte más importante y las dividiría en dos bloques.




1- El de aquellos que inician aventuras de pareja, desde la libertad de estar soltero,

2- Y el de aquellos/as, que estando atados a matrimonio o parejas de hecho, bucean otras opciones.


 En el primer caso y hoy en día, las liturgias están en franca desaparición, entendiendo por liturgia el romanticismo y todo lo que ello conlleva.

  Es respetable y tiene sus pros y sus contras.

 El segundo caso sería, el enamoramiento platónico y repentino por otra mujer o por otro hombre, sin la connotación de las hormonas por el cambio de menú. 

Tentaciones:
  Cuando por cuestiones de cualquier índole (Trabajo ocio etc.) dos adultos con familias formadas han de pasar tiempo juntos, y las edades y el entorno son propicios, surgen los instintos sexuales.
  ¡Ocurre!  Que hemos de saber, que lo que nos diferencia del resto del reino animal es nuestra evolución, que nos permite, saber  y distinguir entre lo correcto y lo incorrecto.

Patético:

Ocurre por lo general, que cuando iniciamos esos llamemosle tonteo, damos una imagen ridícula en nuestro comportamiento, sobre todo, cuando tratamos de ocultar o de endulzar, las traiciones con mentiras.

 Los cambios más significativos que experimentamos suelen ser, nuestros repentinos quehaceres  fuera de casa, la higiene personal, el mejor trato con nuestra familia,  banalizar  los cambios de pareja etc. etc.

Estas actuaciones,  de tratar de ocultar la traición, suele acabar como el rosario de la aurora, pues al
final aún se sale peor parados.

Supongo que esto no tiene solución, pero las consecuencias  especialmente en el hombre, por su peculiar debilidad, no pocas veces le provoca severas consecuencias.

Añado y finalizo.  El o la, que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra"

1968..1



 Esta copia,  es de  una  carta que  envíe a mi amigo Adolfo, cuando hacia unos meses se había marchado a Alicante con su familia, y refleja una instantánea comprimida, de mi ánimo a un mes de cumplir 18 años. 

 
Como se deduce por el tono de la carta, es un reflejo de amargura, por el goteo continuo de amigos, que habíamos crecido juntos en el barrio y que emigraban junto con sus familias. Mayoritariamente a las costas levantinas y catalanas, buscando puestos de trabajo en construcción e industria, principales actividades que recogían los excedentes de mano de obra de la agricultura, consecuencia de la mecanización del campo.

Continuando con este momento de mi vida, supongo que debió de ser muy frustrante para mi por más  razones, además de las expuestas anteriormente.


    



Al ser el pequeño de la familia, cuya actividad principal era la agrícola, no faltaba gente que me mandase, digamos que era  dedicación completa.

Sentía envidia de algunos amigos del barrio, que estaban estudiando. 
 En mi caso no pudo ser, al tener que ayudar a la familia en la agricultura.
 Con  semejante panorama llegan algunas escenas a mi memoria que confirman lo duro que fueron los los  años 60 para mi. 
 Esas entre otras fueron  las principales causas de mi posterior abandono de la agricultura.
 Se produjo recién cumplidos los 21 años, primero con un intento de emigrar a Alemania frustrado, al iniciar un trabajo como sondista en una perforadora, del entonces, Instituto Nacional de Colonización, que operaba en el Raso de Tobarra.










sábado, 9 de diciembre de 2023

¡ DESAFÍO HUMANO ! Guillem Anglada. (Montaje: Enrique Villarino)


¿Podremos alimentar al mundo sin destruirlo?
Se trata quizá de una de las preguntas más importantes, y cuya respuesta es más compleja, porque no se trata
solo de un debate científico, sino también político, económico y social.
 Por un lado, un mundo desarrollado que desperdicia enormes cantidades de comida, que es tremendamente caprichoso con lo que come y que vive muy lejos de los centros de producción alimentaria, cuyos ritmos y procesos la mayoría desconoce.

Por otro lado, un mundo en desarrollo, cada vez más poblado, que necesita aumentar las tierras de cultivo para subsistir. Las necesidades de todos impactan sobre el sostenimiento del planeta. 
 En medio, una industria alimentaria, con sus propios intereses, que trata de desarrollar herramientas biotecnológicas eficientes pero seguras para cubrir esas necesidades.
Ante la pregunta de si es posible alimentarnos a todos sin destruir el planeta, Pamela Ronald, profesora
emérita del Centro de Genómica y del departamento de patología de las plantas de la Universidad de California lo tiene muy claro: "Sí. Esto es lo que tenemos que hacer: reducir el desperdicio de cultivos, el desperdicio de alimentos en general y el consumo de carne; integrar tecnología de semillas y prácticas de gestión apropiadas; involucrar a los consumidores en los desafíos que afrontan los agricultores tanto en el mundo desarrollado como en el que está en vías de desarrollo; aumentar la financiación pública en investigación y desarrollo agrícolas, y centrarse en los aspectos socioeconómicos y medioambientales de la agricultura para hacerla sostenible".