Hoy se me ocurre que haré un blanco sobre negro, desde el convencimiento de que no voy a ser nada original,
Sobre las relaciones de amistad o intimidad entre hombres y mujeres, o de estos con su mismo género, tendentes a formar pareja y que dicho sea de paso, en los tiempos actuales, estos últimos están en plena expansión.
Las liturgias son la parte más importante y las dividiría en dos bloques.
1- El de aquellos que inician aventuras de pareja, desde la libertad de estar soltero,
2- Y el de aquellos/as, que estando atados a matrimonio o parejas de hecho, bucean otras opciones.
En
el primer caso y hoy en día, las liturgias están en franca desaparición, entendiendo
por liturgia el romanticismo y todo lo que ello conlleva.
Es respetable y tiene sus pros y sus
contras.
El
segundo caso sería, el
enamoramiento platónico y repentino por otra mujer o por otro hombre, sin la connotación de las hormonas por el cambio de menú.
Tentaciones:
Cuando por cuestiones de cualquier índole (Trabajo ocio etc.) dos adultos con familias formadas han de pasar tiempo juntos, y las edades y el
entorno son propicios, surgen los instintos sexuales.
¡Ocurre! Que hemos de saber, que lo que nos diferencia del resto del reino animal es nuestra evolución, que nos permite, saber y distinguir entre lo correcto y lo incorrecto.
Patético:
Ocurre por lo general, que cuando iniciamos esos llamemosle tonteo, damos una imagen ridícula en nuestro comportamiento, sobre todo, cuando tratamos de ocultar o de endulzar, las traiciones con mentiras.
Los
cambios más significativos que experimentamos suelen ser, nuestros repentinos quehaceres fuera de casa, la higiene
personal, el mejor trato con nuestra familia, banalizar los
cambios de pareja etc. etc.
Estas actuaciones, de tratar de ocultar la traición, suele
acabar como el rosario de la aurora, pues al
final aún se sale peor parados.
final aún se sale peor parados.
Supongo que esto no tiene solución, pero las consecuencias especialmente en el hombre, por su peculiar debilidad, no pocas veces le provoca severas consecuencias.
Añado y finalizo. El o la, que esté libre de pecado, que arroje la primera
piedra"