PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

martes, 25 de junio de 2019

NOTAS DE MI PADRE DE LOS AÑOS 60 Y 70:

Unas notas bastante curiosas de mi padre,en primer lugar se refiere a los numeros de sorteo para hacer el servicio militar y como consecuencia los detinos que tubimos.
 En mi caso anota mis tres meses de campamento y mi lugar de trabajo un par de meses despues.

 Despues se refiere a las cosechas de aceitunas  y las  almazaras en las que fueron molturadas,en este caso en la del señorito Gines.

Tambien hay una anotacion sobre los jornales de almazara de mi hermano Vicente, por cierto a 100 pt. el dia 

lunes, 24 de junio de 2019

Artículo de Albert Soler en Diari de Girona / Una estupenda ironía, sobre los oprimidos

La opresión, para quien se la trabaja;

El periodista Albert Soler ha publicado este artículo en el Diario de Girona, titulado “La opresión, para quien se la trabaja” hemos querido compartir la versión en castellano porque creemos que vale la pena leerlo.

La opresión, para quien se la trabaja

Ser un oprimido no está al alcance de cualquiera. Solo hay que abrir un poco los ojos cuando se visitan estas pequeñas poblaciones, cerca de las ciudades, que han pasado a convertirse en zonas residenciales, para comprobar que cuanto más grande y bonita es la casa, más grande es también el lazo amarillo que adorna la balconada. Y no faltará alguna estelada al viento.

ESTO ES OPRESION
Se trata de la vivienda de una familia oprimida, tal como indican las señales externas. Si ve un casoplón con piscina, una extensión de césped similar a la del Nou Camp y tres coches en el garaje, tenga por seguro que habrá también bonitos lazos amarillos, esteladas y quizás alguna pancarta anunciando al mundo que allí viven oprimidos, pidiendo auxilio, suplicando que alguien los saque de aquella situación insufrible.
Una cosa parecida pasa en la ciudad de Girona, donde la proliferación de pancartas en los balcones, y lazos en fachadas y en las solapas de los peatones, es especialmente notable en el centro, en los barrios de la burguesía. La Rambla misma, un domingo a mediodía, está llena de oprimidos haciendo el aperitivo.
A mí también me gustaría ser un oprimido, pero me tengo que conformar con el sueldo de periodista y a vivir en un pisito de la periferia. En mi barrio, como que es un barrio de trabajadores y de inmigrantes, apenas hay oprimidos, por carencia de tiempo esencialmente.
El domingo me gusta pasear por el centro de Girona y ver tantos oprimidos con lazo amarillo por la calle, viviendo en pisos que nunca podré comprar y conduciendo coches que nunca podré ni tocar.
Los trabajadores tenemos tantas preocupaciones que la de sentirnos oprimidos nos pasa por alto, ya querríamos, ya. Procuro que en estas excursiones me acompañe Ernest, que a sus nuevo años empieza a ver que hay gente diferente de la que ve habitualmente en casa y en el barrio.
Aprovecho para ejercer de padre, para educarlo.
-Ves, Ernest? Si estudias y te haces un hombre de provecho, cuando seas grande quizás podrás ser un oprimido– le digo con cariño mientras mira boquiabierto, diría que con envidia, gente elegante con lazo amarillo.
Cuando voy a Barcelona, como que me desplazo en metro, no veo lazos amarillos. En el metro no hay oprimidos, hay trabajadores. Los oprimidos viajan en taxi, en su propio coche o en vehículo oficial, como el Presidente Torra, que gracias a cobrar 140.000 euros anuales, se puede sentir el príncipe de los oprimidos. O como Joana Ortega, que acaba de ser colocada a razón de 70.000 euros, y solo se nos ha comunicado que hará un trabajo «transversal».
Antes había señoritas que se ganaban la vida de manera horizontal, algunas incluso acababan poniendo una mercería, gracias a tantas horas de trabajo horizontal.
Cataluña, pionera en tantas cosas, ha inventado las que trabajan de manera transversal, Joana Ortega es el prototipo, pero vendrán más. Joana Ortega, no hay que decirlo, es también una oprimida. Transversal, pero oprimida. Con 70.000 euros el año, la opresión se empieza a hacer angustiosa.
No es extraño que la máxima aspiración de los pobres trabajadores catalanes -no digamos de los inmigrantes- sea llegar a estar oprimidos. Quizás nos tendríamos que manifestar, reclamando un poco de opresión, no puede ser que se lo lleven siempre los mismos. Mientras no mejoramos nuestra triste situación económica, nos tenemos que conformar a formar parte de los opresores, o de los colonos, o de cómo nos quieran denominar los pobres oprimidos.
Albert Soler 31 de mayo de 2019. Diario de Girona.


miércoles, 19 de junio de 2019

DESPUES DE NOCHEBUENA






25-12-2008,   ( Un día en mi vida )


          
         Después de la cena de nochebuena, en donde Carlos y familia un año más, no la comparten con nosotros,  y tampoco Emilio y familia que cenaron en casa de sus suegros, solo tuvimos de invitado a Raul.

Ya es navidad, son las 11,horas y acabo de partir las almendras y encender la chimenea.

   Llega mi sobrina Mari Medina, y le informo sobre la opinión de Pepe Marín, para la reforma que desea hacer en la casa del Cerrico.
       Mi señora con fiebre debido al resfriado inicia la elaboración del menú.

Este año se compondrá de tortilla, almendras fritas, arroz con pollo y conejo, jamón serrano, lomo en tripa, queso curado, y a la brasa, chorizos y morcillas.

  Comensales:    Mi sobrina María Isabel, José, Isa, Gema, Emilio, mi señora y quien escribe.
        Después de comer, mi señora empeora del resfriado, pero resiste sin ir a la cama.
Durante  la tarde noche, recibimos las visitas de su hermana y Alfonso, Rosa Mari y David, mi sobrina Mari Medina y su padre, este bastante deteriorado, apenas puede andar, y volvemos a comentar sobre la reforma de la casa.
   
CUANDO EL CIELO SE CABREA
Poco después llega Rubén y la novia, él está de baja, consecuencia de una caída con el patín y lleva colocado una especie de chaleco de sujeción en el tórax.
  Se suceden las llamadas de Carlos, Raúl y mi sobrino Antonio.  Después llegan Emilio y Rosa con Daniela, por cierto, también Rosa esta con fiebre del resfriado.

  Cenamos con las sobras de la comida y ahora son las 0,47 del día 26, estoy acabando el día, escribiendo con el ordenador y oyendo música de fondo, todos se han acostado.

 También a mí me está afectando un fuerte dolor en el brazo izquierdo, dolencia que desde hace algún tiempo me aparece y desaparece.