Una locura compartida
Que haya paz, respeto, dignidad, para todos los seres vivos; cualquiera sea su etnia, religión, idea política, bandera o tradición.
Que la única patria que nos gobierne sea la bondad de espíritu.
Que la rigidez de las fronteras no nos haga olvidar que la vida es lo más preciado que tenemos.
Que el dolor ajeno no nos sea indiferente.
Que la sangre a derramar sea sólo aquella que brindamos a un enfermo que la necesita más que nosotros.
Que las lágrimas que lloremos sean sólo de emoción.
Que la esperanza caiga sobre nosotros como lluvia y que vivamos en un mundo donde el temor no nos deje ciegos, a la bondad que existe escondida en cada puerto.
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