En los ya 9 meses que por culpa de la pandemia, estoy ubicado en el pueblo con la señora, el día de hoy ha sido, uno de los más fríos y desapacibles.
La borrasca, anclada en las islas británicas desde hace unas semanas, nos esta regando y blanqueando el norte y centro de España, y al resto nos esta enviando el intenso frío, y con viento.
En la nochevieja de anoche, España y una gran cantidad de países lo pasamos en casa, sin visitas de familiares, y cerrados todos los eventos propios de la fecha.
La tercer hola de la pandemia es un hecho, sobra decir lo impactante que resulta semejante situación, toda la sociedad, y especialmente el mundo del ocio sufre una situación agónica, el turismo exterior e interior ha desaparecido, debido a las restricciones de movilidad para atajar los contagios. Dejando uno de los motores principales de nuestra economía, en el dique seco.
Las vacunas han comenzado su andadura, pero habrán de pasar varios, meses tal vez años, para erradicar este aterrador virus.
Hoy por fin los ingleses y en plena pandemia, abandonan la, C.E.E. Con unos índices de contagios escalofriantes, la suerte esta echada y el impacto en la economía mundial podría ser desorbitado, creando un problema, que podría dar al traste con varias décadas de progreso y bienestar.
De momento los hospitales de medio mundo están al borde del colapso, y la atención primaria, como eje de prevención de enfermedades y seguimiento de otro tipo de pacientes, está paralizada, por falta de médicos y de medios para atender sin riesgos.
Después de este cuadro descrito tan desolador, paso a hacer
algunos apuntes de mi día a día, mi hermano Juan esta extinguiéndose de forma
cruel, con dolor permanente, apenas puede mover algo las manos, la memoria
distorsionada y deseando de morir a cada momento, en estos casos, resulta dolorosamente caótica, la
manera de abandonar la vida.
La oliva de este año y por decisión propia, la estoy cogiendo solo, trabajando de 3-4, horas diarias, mi señora me ha echado una mano escurriendo en los plantones, que este
año han producido 1.850 kg. de aceituna. Los huesos me están pasando factura a
ratos, si bien a fecha de hoy con 7 décadas en la mochila, no debo quejarme.
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