PASADO

PASADO
LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

martes, 17 de mayo de 2022

MILAN KUNDERA. (Del libro / Aprender a vivir aprender a morir)


I). Enfrentarse con lo desconocido.


Desde la más remota antigüedad los seres humanos se han enfrentado al misterio de la vida, que se vuelve más misterio porque acaba en la muerte.

 Se viene a la vida para abandonarla, y aunque no existen elixires para la inmortalidad, sí se pueden adoptar actitudes para aprender a aceptar lo inevitable con menos dolor, superar el miedo a la muerte y aprender a vivir con más sentido de la solidaridad, la plenitud y la verdad.

 El ser humano se enfrenta a la vida sin saber cómo vivirla o no la vive con la sabiduría suficiente.

Mientras las mareas suben y bajan, las criaturas nacen y desaparecen, los hombres de todas las épocas han tratado de burlar o superar la muerte; han soñado de manera constante, con llegar a conseguir el elixir de la inmortalidad y a pesar de los sinsabores cotidianos, la mayoría de los seres humanos se niegan a abandonar el mundo.

 Con frecuencia se teme vivir pero mucho más asusta la muerte, aunque la vida se sienta como una carga o como una pesadilla, el ser humano se aferra a ella.
La biología es una fuerza tan poderosa que siempre busca el modo de sobrevivir; se ha instalado tanto en el ser humano, como en el animal el terror a la muerte.


La aventura de vivir:


Excepto los místicos, santos o personas muy evolucionadas, la muerte siempre ha sido contemplada en Occidente como un mal terrible.
 Se la ha revestido de un carácter tenebroso y lúgubre, al intentar ignorarla, incluso se ha ocultado y disimulado. 
Los asirios y los babilonios ya estaban obsesionados por la muerte, aunque mucho menos que los egipcios a quienes no preocupaba solamente la muerte física, sino el viaje tras la muerte.
Los griegos tenían una marcada tendencia hedonista y sensoriales que les hacía rechazar la idea de la muerte, mientras que para los órficos --seguidores del culto iniciático a Orfeo, la muerte no era más que un mero trámite: se abandona el cuerpo gastado para emprender otra forma de existencia más plena.
 Los romanos, no demasiado aficionados a dedicar el tiempo a la práctica de la reflexión filosófica, no gustaban del recordatorio de la muerte ni menos aún de la muerte misma.
       
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A. Villena


Estaría bien que fuésemos avisados de nuestra complejidad, en relación con los estados de ánimo.
E de confesar, que no pocas veces he perdido las riendas del autocontrol, si bien, he tratado de ocultarlo o disimularlo.
     

  

martes, 10 de mayo de 2022

HISTORIAS DE CADA DIA:

 Indolente y Entrañable 





Cae la tarde... 

Sentado en la vieja silla con la mirada perdida,   esperando que alguien rompa su monótona espera y con ello  hablar de cosas  que aun recuerda.

 Hace años que se siente aparcado, en el lugar donde están sus raíces.

 Es consciente que su su vida  toca su fin, sin embargo su mirada sigue siendo serena.

 

Es lo que le queda de una vida llena de dificultades, pero la recuerda con alegría.

  Cierra los ojos, para escarbar en su pasado,  como tratando de llegar a lo que fueron sus realidades o quizá  sus irrealidades,  ¡Aa saber!,

CASA LA PRESA

 Enfrascado con sus recuerdos, escucha un saludo, y como suele hacer últimamente, mira a  su alrededor para confirmarlo,  sucede en ocasiones, que al  girar  la cabeza no ve a nadie y  con tristeza entiende que  ha sido parte del sueño. En en esta ocasión el saludo ha sido real, ve la espalda de un conocido que se va alejando, responde con un susurro,   una vez más se da cuenta, de lo complicado que le resulta separar lo real, de lo irreal, y comprend,e que la búsqueda constante de su pasado le está llevando a confundir lo cierto y lo incierto. 

 Antonio se está haciendo mayor, y desde hace algunos años, la perdida continúa de memoria le esta gastando una mala pasada, el vive su deterioro, etre la desesperacion y la resignacion


 

Es cierto que muy pocas cosas le sacan una sonrisa, sin embargo, en el fondo está agradecido de cómo ha llegado a sus actuales días.
No guarda rencor a nadie y lo más importante... A pesar de su precaria salud, cada día trata de emular a su padre, sobre su entereza ante la muerte.


 No renuncia a esta especie de vida lánguida y carente de facultades, pues apenas puede estar de pie, y siempre con ayuda de las garrotas.

Es cierto, que mientras su padre quedo viudo y fue lo que mas le empujaba a desear su  fin, en este caso, Antonio está junto a su compañera de viaje.
 Esta historia que estoy refiriendo, en ningún modo trata de relatar algo que pueda identificar a nadie en concreto, si bien también es cierto que cuando finalice… Cualquier anciano con raíces de pueblo o ciudad,  puede ser el protagonista, y no por ello hemos de sentirnos tristes. 

  ¡ Antonio !..    Escucha su nombre, esta vez sí sabe quién le llama, esboza una ligera sonrisa, es la  compañera de su vida.





Al fondo Peña Lavada
Con esfuerzo se levanta de la silla y con paso lento y torpe, camina hasta la casa donde  vuelve a sentarse, en esta ocasión para poner algo de comida en su frágil estómago, apenas siente apetito, sin embargo le gusta sentarse a la mesa junto a su esposa, una vez más se queja, porque  no esta el canal de las noticias.

   Su mirada y sus oídos quedan pendientes del televisor, se esta hablando sobre un robo desde un ordenador, de varios miles de millones de pts. a un banco de los más importantes.
También se refieren a la situación explosiva en Europa, que debido a los nacionalismos amenaza con la desmembración,  de lo poco que se ha logrado unir.
  
La comida  es en silencio, hasta que su esposa comenta su preocupación por el peligro de una nueva guerra, el  hijo mayor es oficial del ejército.

      Un rayo de sol, se abre paso entre las nubes, entrando por el ventanuco, van varios días tormentosos.

Antonio como de costumbre, después de tomar un café, pone en marcha el ordenador, sus dedos andan torpes sobre el teclado.   Hace años  que no tiene Internet, su memoria le dejó  fuera de la red, ahora accede a imágenes y vídeos acumulados en varias décadas, de vez en cuando pregunta a su señora, sobre rostros que le emocionan sin saber  quienes son....También suele quedar  mirando la pantalla tratando de recordar y alguna lágrima se asoma a sus ojos.

 También como de costumbre, se  queda ligeramente dormido en el sofá, mientras su señora retira los platos y comienza a fregar.

 Poco después un coche se detiene en la puerta... Un chico rubio de unos seis años baja, al reconocer a la abuela corre a su encuentro saltando de alegría, también la rubia nieta, mas pequeña, llega  a su encuentro, la abuela limpiándose las manos en el delantal, abre sus brazos abrazándolos emocionada, las lágrimas recorren sus mejillas.
 Hacía cuatro meses y siete días que no veían a estos nietos ni a sus padres.
El abuelo ya despierto, había llegado al encuentro y se abrazaba efusivamente.

El abuelo... pasada la emoción del encuentro, le pregunto al hijo, cuanto tiempo estarían con ellos, este les dijo que una semana.

El abuelo pensó que  su hijo una vez mas,  les propondría que se marcharan con ellos,  una vez más les contestarán  que no.
También reciben de vez en cuando la visita de sus otros  hijos y del resto de nietos.





Después de los saludos, el hijo y la nuera iniciaron la descarga y ubicación del equipaje.
    Una vez más, les obsequian con regalos de todo tipo y los abuelos después de verlos y agradecerlos, los guardan y  en muchos casos  quedarán sin utilizar.

La historia parece repetirse, pues el abuelo  no tarda en hablar con su hijo, sobre una de sus obsesiones, desde hace muchos años y que siempre le repite.

Se trata,  de lo que fue  su intento por convencer a su padre, de que incluso a los 84 años y de haber perdido a su compañera un año antes., debía tratar de superarlo.



Lo cierto, que intentamos que no hablase de la muerte, como única salida para el.   No hubo  manera de sacarle de su apatía,  nunca sonreía ni con sus nietos, en las últimas conversaciones con el, me argumentaba sobre la inutilidad de su existencia.
 Decía que no le importaba morir, repetía que había sido muy afortunado, al haber sacado adelante a su numerosa familia, y que todos habíamos formado la nuestra, estaba contento porque a todos nos iba bien y vivimos  mucho mejor de lo que nunca había pensado 

(Teniendo en cuenta las penurias vividas en guerra y posguerra ).


 Ahora cada uno de sus hijos e hijas tenía su propia  familia,  se sentía contento y muy afortunado, por cómo estábamos saliendo adelante.

      Pero  dicho eso, volvía a argumentar que el no solo era un estorbo, sino que nada le animaba a continuar con un tipo de vida, en donde cada  día aparecían nuevas carencias físicas,  haciendo de su vida, una especie de penuria continua.  

 Me repetía, que no temía en absoluto  la muerte, también decía que la parte de vida que le quedaba  era poco agradable, por tanto morir, o cambiar de barrio, como  decía lo más pronto posible, le permitiría no sufrir más deterioro, del que ya padecía, tanto  físico como  mental.

  El abuelo continuaba explicando a su hijo como su padre le contaba, que los últimos años de  "Su esposa",  le habían significado mucho sufrimiento... Sobre todo a partir del deterioro  de la memoria... Solía decir, que fue como vivir, sintiendo que todos  los hilos, que le habían unido a lo más importante de su existencia se cortaron,  sin poder hacer nada para mejorarlo, hasta el punto que solo quedaba un cuerpo frente a él, y una mirada perdida, con quien no podía compartir nada.

 Antonio continúa contando al hijo las últimas conversaciones con su padre, ahora toca repetirle lo del último viaje   que hizo con él y con ellos  tres.

  Fue en el último día del 1989 , salimos por Socovos y llegamos hasta Vizcable a las orillas de Río Tahivilla, en los límites de Jaén , este viaje quedó grabado en mi mente y en un vídeo... La tarde era plomiza, los nietos, el abuelo y el hijo, desde la distancia de la edad, vivieron  una proximidad, que nunca olvidaran. 


Solo siete meses después, el abuelo falleció, dejando en la familia un sentimiento de frustración, por no haber sido capaces de convencerle, para que viviese más.


 El abuelo, una vez más había contado a su hijo mayor, las mismas cosas sobre su padre y ahora como de costumbre, su hijo con cuidado, le subía  en el coche y mientras  su nuera y esposa,  preparaban la merienda, los nietos, el hijo y el abuelo, saldrían a dar un paseo por las orillas del Río Mundo y una vez más evocarían tiempos pasados.

Fin




lunes, 9 de mayo de 2022

TOMAR DECISIONES Y CONCIENCIA

 La maquina más veloz:

 

 

Hay un mecanismo en el ser humano, capaz de viajar a más velocidad que cualquiera de los métodos conocidos, me refiero a los sueños.


 Si proporcionamos al cerebro el entorno adecuado, sea silencio, aislamiento, cerrar los parpados et. y relajadamente lo dejamos volar, en un momento nos sumerge en viajes, desde nuestra conciencia, hasta cualquier lugar inimaginable.


 Entre otras cosas, destapa el tarro de nuestros logros y frustraciones, es verdad, que se recrea mas en todo aquello que nos ha obligado a tomar decisiones de mayor relevancia y que más nos ha marcado el camino de nuestra vida, por lo general, elegir obliga a saber, que para ganar algo, hemos de perder.


Estas recreaciones del cerebro se acentúan con el paso del tiempo ¡quizá!, porque también el tiempo como unidad de existencia lo tenemos limitado.


 

  ¡Supongo!. Que en cada ser humano se dan circunstancias a lo largo o corto de su vida, (Como decía antes), elegir un camino es dejar de recorrer otro... ¡Ocurre!  que el camino que se deja,  queda extinguido, ¡sin embargo!, hay momentos a lo largo de nuestra existencia, y por lo general en edad avanzada, que no puedes evitar bucear en los recuerdos, e imaginar sobre cómo habría sido tu vida, de haber elegido el otros senderos.

 

Con el paso del tiempo, cuando la mente juega  caprichosamente con nuestros sentimientos, pueden llegar a convertirnos en juguetes rotos, porque por lo general son viajes inquietantes, en los cuales, el cerebro nos arrastra y nos mueve, por todo aquello que supuestamente habría sido y que por nuestra decisión, dejo de ser.

Cuanto más alejados nos mantengamos de este tipo de hipótesis, tanto mejor para nuestra integridad mental.


También a veces, nos recuerda lo más perverso de nuestro comportamiento pasado.


 Según como andemos de sensibilidad y valores, esta
 especie de viajes al pasado, en algunos casos inevitables, pueden ser confortables y también traumáticos.



 Lo más inquietante de este tipo de regreso al pasado, al que algunos llaman conciencia, a veces nos atormentan, evocándonos comportamientos mezquinos y egoístas.


                                 

 Esto requiere a medida que pasa el tiempo, tomar nota, y en lo posible no repetir errores, de los que por una u otra causa, nunca desaparecen de nuestras vidas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

 


domingo, 8 de mayo de 2022

Maia Losch


 

Una locura compartida

Que haya paz, respeto, dignidad, para todos los seres vivos; cualquiera sea su etnia, religión, idea política, bandera o tradición.

 Que la única patria que nos gobierne sea la bondad de espíritu.

 Que la rigidez de las fronteras no nos haga olvidar que la vida es lo más preciado que tenemos.

 Que el dolor ajeno no nos sea indiferente.
 Que la sangre a derramar sea sólo aquella que brindamos a un enfermo que la necesita más que nosotros.

 Que las lágrimas que lloremos sean sólo de emoción.

 Que la esperanza caiga sobre nosotros como lluvia y que vivamos en un mundo donde el temor no nos deje ciegos, a la bondad que existe escondida en cada puerto.






jueves, 5 de mayo de 2022

PRESENTACION:

 

miércoles, 4 de mayo de 2022

¿ES NUESTRA NATURALEZA?

 CAMBIAR LA CONVERSACIÓN Confesiones de un pollito blanco privilegiado

Tengo una confesión. Solía pensar que era mejor que otras personas. No quiero decir que alguna vez fui racista, pero podría haberlo sido. Es difícil no serlo cuando creces bajo el disfraz del privilegio blanco en los Estados Unidos. Mi confesión: Tenía poca comprensión por aquellos que eran diferentes a mí. Y no lo necesité, nunca salí de mi reino de conveniencia (mi burbuja). Mi vida era buena. Atribuí esa bondad a algo que había hecho; pero la verdad es que no hay nada que pudiera haber hecho que explicara el nivel de estatus en el que nací.


Este es un hecho de ser una persona blanca en Estados Unidos. Crees que eres un poco mejor que todos los demás.

Racismo, intolerancia, masoquismo: todas bestias desagradables que están vivas y bien y que viven entre nosotros en nuestras salas de juntas, nuestras aulas, nuestros bancos de la iglesia. Se esconden en un sitio llano dentro de nuestros corazones. Buscan a otros con la misma mentalidad para no sacudir el barco proverbial dentro de nuestro paradigma.

Lo que se está revelando en nuestro país en este momento con respecto a la raza y la intolerancia es inquietante y desgarrador. Estoy triste por nuestro país, pero sobre todo estoy triste por el estado de nuestros corazones humanos y el odio que todavía existe entre nosotros.

La verdad es que la mayoría de nosotros odiamos en algún nivel.

Excluimos.

Somos intolerantes con los que son diferentes.

Somos apáticos cuando se violan los derechos de los demás.

Nos decimos a nosotros mismos que la intolerancia de otra persona no se trata de nosotros, no tiene nada que ver con nosotros, podríamos decir que no importa.

Pero importa: cuando odiamos, importa. Y cuando amamos, importa.

Porque todos estamos conectados.


No odio a los haters. Sobre todo, lo que odio es el nivel de sufrimiento que permitimos en nuestros corazones. Y el dolor que encontramos aceptable para sentarnos; que se extiende por todos los demás.

El amor será lo único que nos arregle. Y para amar de verdad, debes buscar entender, conocer y ser conocido.

Esto es más difícil que el odio, por supuesto. El amor requiere más emocionalmente, requiere que profundicemos.

La ignorancia es fácil; también lo es la apatía. Lo mismo ocurre con la indiferencia.

Pero tratar de entender es algo completamente diferente: se necesita evolución y ver más allá del propio dolor. Tratar de entender y aceptar las diferencias entre nosotros nos anima y requiere que nos conozcamos y aceptemos a nosotros mismos; porque la mayoría de las veces las cosas que creemos que odiamos de otra persona son las mismas cosas que odiamos de nuestra propia humanidad.

Pero cuando sabes mejor, lo haces mejor y quiero hacerlo mejor, mucho mejor que los que vinieron antes que yo. Quiero amar a los demás y verlos como iguales. Quiero ser consciente de cómo odio a las personas individualmente y a nivel social. No quiero tener miedo de hablar de igualdad.

Ponerse de pie requiere coraje. El amor requiere coraje, al igual que el cambio.

El cambio comienza conmigo, comienza contigo, una elección a la vez.