PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

viernes, 11 de noviembre de 2022

NOSTALGIAS Y OCURRENCIAS


(10-12-2013)


En este momento son las 21,16 horas y estoy viendo el homenaje a Mandela en televisión.

 Como suele ocurrir en la especie humana, somos muy generosos con los difuntos, ¡ocurre!, que una vez finalizado el evento cada cual regresa a su gallinero a continuar fomentando lo contrario, de lo que este excepcional hombre ha defendido, la igualdad entre los hombres sea cual sea su origen, color, o creencias.

Tengo la impresión, que valores ecológicos, humanitarios, solidarios, políticos, religiosos, et.et.      Están siendo arrasados por un sunami llamado, manipulación, competitividad y globalización.
   No sé cómo acabara esto, pero percibo, que un buen porcentaje de ciudadanos, están arrojando la toalla, y han perdido todo tipo de esperanza en su futuro. 
  Están inmersos en una especie de apatía, sin saber que han hecho mal, para encontrarse en semejante situación.
   La adicción más peligrosa que hemos contraído y sin apenas notarlo es, la de consumir descontroladamente.

      Nos hemos enganchado con ayuda de la publicidad, a todo tipo de supuestas mejoras, que atropelladamente nos ofrecen, para disfrutar de calidad de vida y estatus.

¡Ocurre! . Que el sacrificio al que hemos de enfrentarnos para conseguir lo que supuestamente nos hará más felices. Nos acaba produciendo una espiral neurótica y obsesiva, por adquirir aquello que interesa vender, a base de publicidad machacona y actuando como una droga en nuestra concepción del bienestar, que a los humildes nos desequilibra la economía, y a los poderosos les sirve para continuar engordando sus cuentas.

AFECTOS





Tal vez hemos de empezar por no dar demasiado por supuesto.

 Es cuestión de afectos, de complejos afectos, pero a veces no es fácil tipificar comportamientos. De ahí que resulte tan desconcertante que haya quienes catalogan los procesos y los tiempos, desde una presunta consideración de la madurez, perdura una filiación. Y a partir de ella podría labrarse algo más fraternal para proceder sin más tópica y jerárquicamente, en una clasificación de supuestos y previsiones. Nadie se exime de la necesidad de requerir de los otros y es prudente no hacer ostentación de autosuficiencia. Y menos de los afectos. Siempre al respecto.
... (Ángel Gabilondo)

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 Entiendo, que la proximidad y la comunicación entre padres e hijos, pocas veces es trasparente y certera.

   Los hijos, cuando aún no hemos llegado a mayores, somos dados a hacer gracietas con cuestiones existenciales, haciendo bromas que hieren en lo más profundo a la tercera edad (En la que me encuentro), aunque riamos con ellos nos queda cierto poso de amargura.


   ¡¡Ocurre!!, Que quienes estamos pisando el último tramo del camino, no siempre aceptamos con humor ciertas verdades, sobre nuestra decadencia física y mental, por muy graciosas que sean.

Estas conversaciones que pueden desarrollarse en buen ambiente, a veces nos hacen daño, ¡si bien!, procuráramos disimularlo, para no romper momentos o eventos familiares.

En mi opinión.  Lo más adecuado sería no responder de mala manera... Es obvio, que siempre prevalece una razón inapelable.  Los hijos, son el resultado de nuestros propios proyectos, y como tales, hemos de aceptarles, y no pocas veces mordiéndonos la lengua.

. (A. Villena)








   


DE RAMIRO CALLE Y FIN DEL ESTADO DE ALARMA

Ramiro Calle:(Aprender a vivir…Aprender a Morir)


El inconsciente es un depósito de acumulaciones donde reina la anarquía, la incongruencia y el caos; todo ello a veces se impone al individuo y lo condiciona.

¿Se puede aprender a morir?

¿Es posible enfrentarse a la enfermedad y a la muerte… ¿Propia y ajena, con serenidad y equilibrio?
La respuesta seria sí, siempre que se intente comprender el fenómeno de la muerte, lo que exige también entender el fenómeno de la vida, aceptar el hecho inevitable de morir, saber desprenderse del ego, de los seres queridos, de las posesiones, del anhelo de supervivencia, del propio cuerpo… Esto nos haría tener el ánimo más sereno.

Los ciudadanos del mundo vivimos la descomposición política, social, religiosa y hasta humanitaria, se agrede a plantas y animales, vivimos obsesionados por el poder y solemos utilizarlo para manipular desvergonzadamente…Estas son algunas de las razones por las que una buena parte de la población padece depresiones y otro alto porcentaje desarrolla una especie de melancolía depresiva.


Contra este loco modo de vivir, existe otra manera, que algunos ya la han encontrado, sin que hayan tenido que renunciar al mundo, simplemente rechazando la ofuscación de la mente y no es necesario irse a una montaña a meditar, sino cambiar de actitud, por una forma menos neurótica, más expansiva y menos obsesiva.




A. Villena:

El comentario que se me ocurre, después de leer esta especie de guía, encaminada a poner de manifiesto nuestros pecados más mundanos seria, como estar preparado para ese paso final de cada uno, y al que mi padre denominaba “Cambiar de Barrio”.


A lo largo de la vida de cada cual, y en nuestro día a día, estamos rodeados por lo general, de familia, amigos y conocidos, o sea, estamos en compañía.
Sin embargo, en el momento de la muerte, la hemos de enfrentar solos.
 Cada cual se convierte en protagonista ineludible, del hecho de dejar de existir.
 Los animales, como dice Ramiro, también temen a la muerte, pero no como idea, por tanto, no la anticipan.
No mueren antes de morir pensando en ello.

Resumiendo:

Aunque vida y muerte forman parte de un mismo proceso, como decía Tertuliano, "Donde yo estoy, no está la muerte, y donde está la muerte, no estoy yo"  




09/05/2021

El estado de alarma por pandemia finaliza hoy en España, después de más de un año de vigencia.


Anoche sábado, a partir de las 24 horas, pese que las recomendaciones eran de prudencia, pues aún rozamos los 200 fallecidos por 100.000 habitantes,  En las grandes ciudades, jóvenes y menos jóvenes, han hecho caso omiso de las recomendaciones, convirtiendo calles y avenidas, en rebaño incontrolable, con el consiguiente peligro, de que un nuevo rebrote vuelva a colapsar la sanidad, así como la posibilidad de continuar sumando muertos a la estadística, y de paso demostrando la parte más miserable del homo-sapiens.