Tal vez hemos de empezar por no dar demasiado por supuesto.
Es cuestión de afectos, de complejos afectos, pero a veces no es fácil tipificar comportamientos. De ahí que resulte tan desconcertante que haya quienes catalogan los procesos y los tiempos, desde una presunta consideración de la madurez, perdura una filiación. Y a partir de ella podría labrarse algo más fraternal para proceder sin más tópica y jerárquicamente, en una clasificación de supuestos y previsiones. Nadie se exime de la necesidad de requerir de los otros y es prudente no hacer ostentación de autosuficiencia. Y menos de los afectos. Siempre al respecto.
... (Ángel Gabilondo)
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Entiendo, que la proximidad y la comunicación entre padres e hijos, pocas veces es trasparente y certera.
¡¡Ocurre!!, Que quienes estamos pisando el último tramo del camino, no siempre aceptamos con humor ciertas verdades, sobre nuestra decadencia física y mental, por muy graciosas que sean.
En mi opinión. Lo más adecuado sería no responder de mala manera... Es obvio, que siempre prevalece una razón inapelable. Los hijos, son el resultado de nuestros propios proyectos, y como tales, hemos de aceptarles, y no pocas veces mordiéndonos la lengua.
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