Oscuridad y gente en movimiento:
De la mano de varios individuos una pequeña barcaza es depositada en la playa, minutos después sombras de humanos aparecen de entre los matorrales, bolsas en las manos y algún bulto pegado al pecho, el silencio es absoluto, con cautela aproximan la barcaza al agua y al momento, las siluetas van subiendo en ella, apenas un momento y el pequeño bote se interna en las aguas del mediterráneo.
Diez individuos, entre ellos dos chicas con bebes, más una embarazada, (Todos subsaharianos).
Lentamente se mueven en dirección al este, o litoral levantino.
Son las dos de la
madrugada, y en el bote reina un silencio terrorífico, el oleaje aumenta de
intensidad, moviendo el bote como si de una pluma se tratase.
Bultos tapados con mantas sujetas con manos temblorosas, solo los ojos dejan al
descubierto el miedo de un viaje temerario.
La noche va transcurriendo, inimaginablemente tensa.
Hay susurros apenas perceptibles, sobre
si la orientación es la correcta.
Uno de los bebes llora de vez en cuando, y en la noche solo
se divisan a lo lejos algunas luces borrosas.
Con el inicio del día van mostrando sus lúgubres aspectos,
los bebes duermen.
Llega el día y con cierta alegría se divisan costas levantinas, no saben en qué
lugar se encuentran, al fin deducen que se aproximan a un pequeño islote llamado Tabarca.
Sus rostros demacrados fríos y angustiados ofrecen una
imagen espantosa.
El viaje está siendo, todo lo exitoso que seamos capaces de imaginar, en dicha situación.
A los pocos minutos,
y a unas pocas millas de los acantilados de la isla, son interceptados por
lanchas
Apenas muestran gestos que denoten ningún tipo de emoción. Han vivido una horrible experiencia. Ahora no saben dónde los llevarán, tampoco si le devolverán al lugar de donde vienen.
Si saben, que su decisión de abandonar su tierra fue muy dolorosa de tomar, pero a pesar de que no sabían lo que sería de ellos, estaban decididos a lo que fuese, con tal de ofrecer un futuro mejor para ellos y para los suyos
