Diversos, rutinarios, exclusivos, complejos, variables, profundos, filósofos, humildes, egoístas, narcisistas, egocéntricos et. et.
Y esta última parte viene a cuento, porque esos síntomas los he percibido en personas muy próximas a mí, que escuchándolas he entendido que se sentían algo atormentadas, por no haber dicho en su momento, lo siento, o simplemente perdón.

Las lágrimas de la resignación empapan las arrugas de la piel, incapaces de absorberlas.
Los ojos ya no se abren del todo, solo queda encontrar la mejor postura y poder resistir el trance quieto y en silencio.
De un Issero nostálgico. A. Carreño
Para el reencuentro...Desde Guadalajara...Buen día de domingo..
Estoy recordando Isso y recuerdo tantas cosas que perdí, tantos amigos, que hoy deseo hacer memoria de algún verano en Isso.
Y en la balsa de Inocente
Se bañaban los chiquillos
Y chiquillas guapas mozas,
Y al pasar por nuestra fuente,
Muy cerca del Toledillo,
Los chiquillos
Se miraban tiernamente.
Allí en un bancal guardado,
Me enseño mi pobre abuelo,
El aprecio hacia las cosas
Que cuidaba con esmero;
Hortalizas y verduras
Y sus frutales repletos.
Del dulce melocotón,
De las peras y los peros,

Y del verde semillero.
Allí fue donde mi abuela,
En un ribazo cubierto
Sacando la merendera
Comíamos con mi abuelo;
Me enseño que ricas eran
Las patatas con pimientos,
Y lo huevos de corral,
Y embutidos de los cerdos.
Que fresco y dulce era el vino
En la bota de mi abuelo...
Y aun pareciendo pedante,
Dejando a los demás aparte;
Qué bueno que era mi abuelo.
No son cosas de chavales,
Recordar sin ser aun tarde,
El pan de candente horno,
Con el costero cortado,
Hábilmente desmigado
Con sal y aceite abundante.