PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

viernes, 20 de enero de 2023

MI PRIMER CAPATAZ...1




Meticuloso y con carácter cambiante, temía a sus superiores, especialmente al jefe de equipo.


Era jefe de máquina, y en total sumábamos cuatro operarios incluido el, las jornadas eran de dos turnos de 8 horas.

 Solíamos alquilar una vivienda
en el pueblo más próximo al tajo.

C
on esas premisas. Su peculiar manera de establecer una jerarquía resultaba bastante grotesca
sin embargo, se aferraba con cierto aire de superioridad a su estatus de capataz de máquina.
 Esta manera de actuar nos excluía de su especie de reinado, él había de decir la última palabra, tanto en el trabajo como en casa, con una seriedad y una liturgia, que rayaba lo ridículo.



Su ego lo alimentaba de una especie de arrogancia jerarquizada. 
Esa manera de actuar provocaba, que aquellos que estábamos a sus órdenes, nunca le tratáramos como un compañero más.


Los años pasaban, y el jefe de equipos, hombre inteligente y tozudo, comenzó a perderle el poco respeto y aprecio que le tenía, y no pocas veces, a mofarse de sus miedos, ridiculizándolo en presencia de quienes éramos sus compañeros de máquina, hasta el punto de ignorarlo en sus visitas al tajo.


CONTINUARÁ:







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jueves, 19 de enero de 2023

SUBJETIVO:

¿QUIEN SOY?



 El viento de la vida me empuja entre enredos, agua cristalina y hojas caídas, en un suelo laberíntico de seres microscópicos.
  Es la magia de la noche, que transcurre entre el último suspiro del atardecer, y el alba del nuevo día.

Historias y más historias, que se enrollan en el más absurdo circulo de la vanidad, recreándose en las más esperpénticas verborreas, de personas mediocres, que encuentran su momento de gloria, en las más ridículas e indecentes manifestaciones subidas a las redes sociales, sabiendo de todo, y opinando de todo.

Vivimos un despertar de la comunicación basura, eso hace que florezcan gran cantidad de serviles con cabeza hueca, que arropados por media docena de supermanes, son altavoces y vende mantas, de una clientela social abotargada, y poco leída.    
En cualquier caso, soberbia y ego van de la mano, para completar un cuadro, en el que no tiene cabida la sensatez y la humildad, entre otros.
Aso nos atrapa de manera permanente, en un silencio desconcertante y angustioso, que nos paraliza y nos aboca a emular el vuelo de los estorninos

Lo que hoy conocemos como sociedad avanzada, no es más que un galimatías de charlatanes, donde cabe todo tipo de mesiánicos salvadores, con una particular manera de interpretar la historia y que faltos de cultura y valores, agitan nuestra vida, con humo de literatura barata, y gloria de payaso.

        

jueves, 12 de enero de 2023

EL HILO DE LOS RECUERDOS

 



 Mi primera década de vida:
          Años-50

(Fotos bajadas de la red)
,
 Nací en Isso.. "Barrio Caravaca" (Antes cerrico de la cruz), soy el sexto de una familia humilde, cuyo sustento se apoyaba en el cultivo de unas pequeñas parcelas arrendadas, sumado a los jornales de mis hermanos mayores en limpieza de montes, hoyos para almendros, siega de cereal, replante de arroz, hortalizas, y también eran frecuentes los jornales en almazaras y de intercambio, principalmente con mi tío Gachero.

  En cuanto a la construcción, algo de albañilería, y la extracción en cantera de diversos materiales derivados de la piedra caliza.  También era frecuente la extracción por medio pico y pala, de arena en ramblas.

 En mi caso, mi primer recuerdo y muy distorsionado, pues no pasaría de los 5 a 6 años, cuando acompañaba a la Josefa de Juárez a tavizna, a llevar almuerzos o comidas.
 El itinerario:
 Casa Velasco, Piedra del tesoro, Casa de los Trigueros, Casa de la presa, hasta las primeras casas de tavizna.


     También recuerdo de mi niñez, que los lunes a primera hora acontecía
 la salida semanal al monte, de los esparteros.
 Y se iniciaba con el aparejo de  los burros, (mantas, silletas, cabezadas, aguaderas et.), eran los encargados de transportar el hato y una vez en el monte, también del transporte del esparto, hasta las tendías, donde era pesado y esparcido para su secado.  Recuerdo el gran alboroto en que se convertía el barrio ir y venir a las tiendas, para acopiar las viandas de la semana, algunas familias tenían que utilizar más de un animal, pues podían ser varios miembros quienes emprendieran la marcha. (El Cosme, Pizlan, José Perol, El Dorado, et.et.)
Cuando abandonaban el barrio por la esquina de tartaja dirección al Barrio Graos, eran como una especie de romería, también me queda la idea de que partían con buen ánimo.