PASADO

PASADO
LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

martes, 18 de abril de 2023

RECUERDOS DE ADOLESCENCIA:


A primera hora cae el aparejo sobre la robusta y asustadiza mula, ( Nunca tuvo nombre ).
El carro con el torno tensado y los mozos
puestos, está listo.
 En varios portales de la "Calle delante", ya hay burros atados a las anillas o rejas y los esparteros llenando las agüeras de viandas con continuas idas y venidas a la tienda del pequeño.

Es lunes, y este fin de semana al fin se ha sabido, que abren la tendía del romeral.

En poco tiempo, se van incrementando los saludos mañaneros y en el portal  de cada casa, se desperezan mayores, jóvenes y  chicos.

El  campo, el monte y la escuela, junto con lavaderos, son los lugares donde se repartirán la mayoría.

 Eran los años 50 - 60 y las familias estaban compuestas de una abundante prole.
Es principios de verano y después de una primavera lluviosa, el campo ofrece su mejor versión, olivos cargados de tramilla cuajada, y el monte rezuma el verde oscuro, propio del pino y las atochas.

 Rueda el carro por las terrosas calles, el roció mañanero augura un día bochornoso.

El pequeño y bullicioso barrio se pone en marcha, el carro se mueve tirado por la joven mula, las yantas metálicas van estallando las menudas piedras del camino.

Estamos en la cañada
junto al barrio castor.


 Unas cuantas cargas de
cereal segadas y apiladas 
unas semanas antes,
nos esperan 

 El peculiar olor del rastrojo húmedo, nos acompaña durante el tiempo que dura la carga.
Con maestría de artesano, el encargado de colocar los apretados aces entre los varales, no escatima esfuerzo para hacer los menos viajes posibles.
El otro operario (Eran algunas de misobligaciones), desde el suelo le iba elevando las gavillas hasta que las alcanzaba, ayudado de una horca.

A veces ocurría, que bajo el cereal aparecía alguna que otra sorpresa, en forma de lagarto, culebra, escorpión, ciempiés et, con el consiguiente susto.

Una vez la carga completada, procedíamos a sujetarla por medio de cordeles de cáñamo, y que se tensaban haciéndolos correr por las cijas, después regresábamos al barrio donde estaba la “era”, para la trilla, 

lunes, 17 de abril de 2023

CARTA,DEL ALCALDE DE ISSO / 10 de 10

FOTO DE JOSE





De lo expuesto se deduce que si a esta malignidad de Jueces de Primera Instancia como el de HELLIN no se pone freno, la nación peligra la soberanía va a sembrar por pasos agigantados en los Jueces de Partido, así por estar en su mano reducir a su arbitrio a la esclavitud a cuanta españoles intenten y quieran prender en venganza de una pasión o por fines nada regulares o siniestros; y como son jueces absolutos con exclusión de cualquiera otro, aún de las Audiencias durante el conocimiento de Primera Instancia, esta cualidad y la de disponer de la fuerza armada, como dispone el de HELLIN, es el cimiento incontrastable de la Soberanía. ¿Pues qué español habrá que queriendo la conservación de sus derechos y de su propia vida, no tuviese vasallaje a estos de cuya mano dependen su libertad, suerte o fortuna? ¿Quién habrá que deje de tributa más honor y respeto a estos hombres, que al mismo Congreso nacional Rey constitucional? ¡Padres de la Patria!: Como sabios
legisladores representantes de ella: pesad en la fiel balanza de la razón y de la experiencia cuanto el que suplica manifiesta en este escrito, y el que producen los documentos que acompaña; colocad bajo la espada de la Ley a los Jueces de Primera Instancia, principalmente al de la Villa de HELLIN, cuya existencia no puede conciliarse con la conservación de nuestra amada libertad; y como agente que son del despotismo, no dejar impune tanto atrevimiento aplicándoles desde luego el condigno castigo. Así lo exige la salud de la Patria la felicidad de esta Villa. ISO y Mayo 9 de I822, Francisco Cantero. (Firmado y rubricado)
OFICIO DE REMISION
Excmo. Sr: Los agentes de la tiranía y del despotismo, trabajan por echar a nuestro cuello la pesada cadena de la esclavitud, y, para ella atacan directamente sus Gobiernos representativos, persiguiendo hasta remover de sus destinos al Ayuntamiento y Alcaldía Constitucional que la Ley ha establecido en esta Villa, cuyos oficios y autoridad se miran tratan por estos enemigos de la institución liberal, con el desprecio e ignominia que le sugiere las pérfidas tramas y negras maquinaciones de que se hace manifestación en el adjunto escrito. Sírvase V. E. de presentarlo a los Dignísimos Representantes de España en su Congreso Nacional, para que por las razones de Estado y cuantas consideraciones políticas puedan en dicha
manifestación salir al encuentro, se resuelvan y decrete lo conveniente. ISO y mayo 9 de 1822, Francisco CANTERO (firmado rubricado) Excmo. Sr. secretario del Congreso Nacional. Finís Corona Opus, dijo un poeta.
JOAQUIN,CÓRCOLES Y  VILLENAA
Notas
El original de este documento pertenece al archivo particular de don Antonio Pallares de Hellín.

Publicado por Javi en 11:02 No 

CARTA DEL ALCALDE DE ISSO / 9 de 10





Novena. Por el artículo 85, capitulo segundo, de la mencionada Le: de 9 de octubre, se
manda que los Jueces de Partido conozcan en las causas criminales sobre delitos comunes, que ocurran contra los alcaldes de los pueblos del Partido y las que se ofrezcan de la misma clase contra el Juez Letrado, se pongan y sigan ante el del Partido cuya Capital esté más inmediata. De delitos comunes se da este conocimiento y no de los que cometan por los excesos y 
faltas en el desempeño de sus oficios; y debiendo saber el Juez de Primera Instancia de la Villa de HELLIN que tanto pueden conocer contra los Alcaldes de los pueblos de su Partido cuanto contra el de la capital que esté más inmediata, se ha excedido obrando en manifiesta y notoria infracción de la Ley en el proceso que ha formado y demás diligencias de pesquisa de delitos de la Alcaldía en el manejo y desempeño de ella.



Décima. Si del Poder judicial depende el descanso de la sociedad, la suerte, honor, libertad y vida de los ciudadanos, la mayor garantía del sistema constitucional es la conservación y protección de sus derechos, poniéndolos a cubierto de los golpes injustos que un Juez de Primera Instancia conducido por la ignorancia 0 malicia, 0 animado de alguna pasión le haga abusar de su ministerio. Y para ello los remedios deben ser tan prontos y eficaces, como es la felicidad con que estos males pueden cometerse. Irreparables serían los perjuicios que durante la sustanciación de la causa se cometiesen, si hubiera de esperarse el fallo de ella y el que la Audiencia del territorio conociese para el resarcimiento de los daños irrogados.

 Una prisión injusta en la sustancia o en el modo, ni puede el daño que causé ser reparado en definitiva, ni espera tiene la aplicación del debido remedio; una prisión injusta, ejecutada por venganza y fruición de uno, asfixian en calabozos oscuros y terribles, en cárceles húmedas, hediondas, malsanas, clama por su más pronto remedio; pues quitada al hombre su libertad, se le constituye a discreción de sus émulos en una sepultura de vivos, ocultando la separación y encierro de las cárceles las escenas trágicas y verdaderas que en ellas pasan, en las que el supuesto reo puede morir con salvedad y toda impunidad de sus homicidas directos e indirectos, y, sin que este infeliz y los suyos puedan probar aquellos acontecimientos horrendos, inhumanos y espantosos, con que se atacó su libertad y seguridad personal. Los Jueces de Primera Instancia, son hombres de pasiones, y, por lo regular exaltadas, con los partidos que por sí mismo forman, como desgraciadamente acontece con el de la Villa de HELLIN. Y si durante la sustanciación de la Primera Instancia no hay remedio para estos males, todo español debe vivir consternado, temiendo los horrores de una esclavitud a que puede reducirlo un Juez de 

Primera Instancia' con una injusta prisión en la que pueda poner término a sus días o dé tormentos por todo el tiempo que sea su voluntad en razón de estar a su arbitrio el que la causa se sustancia lentamente y se cumplan años antes de que recaiga el fallo. En el orden de las cosas está prevenido antes evitar el mal por la grande distancia que hay entre el herir y curar la llaga, siendo tan fácil lo primero como difícil lo segundo.