EL ABUELO ( F. Fernan Gomez ) /

Abuelo y nieta:

En el final de la película de. "El Abuelo", se produce una de las escenas más conmovedoras, de las que tiene esta película, y no son pocas.

La nieta y el maestro consiguen romper la coraza del abuelo, obsesionado con el honor.

   El amor de la nieta por su abuelo consigue, no solo, doblegarlo, sino hacer que este, desista de empujar al profesor, para acabar con su triste vida, tal y como habían acordado, y así, brindarle la posibilidad de incorporarse, como un familiar más, al dúo nieta abuelo.

 

    

JUBILACIÓN DEL MAESTRO / ANTONIO MUÑOZ

JUNIO DE 2.018

AÑOS 60

Tus amigos del grupo "Reencuentro", te deseamos en tu nueva etapa de jubilado, sepas llenarla de sueños y disfrutarla, a la vez, que compartirla con quienes te apreciamos como amigo y como gran persona.

¡Antonio!  A pesar, que el hilo que sujeta mis recuerdos es frágil, aún no he olvidado, cuando en los años 60 y 70, cantabas canciones de Adamo y Albano.

  Fuiste un romántico y creo que aun continúas siéndolo.
También fuiste futbolista en el Isso aficionados y titular imprescindible, junto a Joaquin de la Torre en el mediocampo.

 En tu caso, conducías poco el balón, solías controlarlo, buscabas al compañero mejor posicionado. y la mano izquierda indicaba el pase, con el interior de tu pierna derecha.

En el fútbol, como es natural, y más en partidos de aficionados, solían producirse riñas con los contrarios, y siempre eras la voz que apaciguaba los ánimos.

 También compartimos cierta responsabilidad, en la compra de terrenos y puesta en marcha de lo que hoy conocemos como Polideportivo de Isso.  Tú en la función de vicepresidente, y yo, de tesorero.

       Fue un reto ilusionante, de un puñado de amigos hartos de jugar al fútbol en bancales privados.

 A punto estuvo de desbordarnos.  Cuando hubo que decidir, entre que fuese público con importantes inversiones del Ayuntamiento de Hellin.  o privado sin ayudas.

 Creo que fuimos generosos en la decisión, apostando por el bien de todo el pueblo de Isso, y la consecuencia es, la existencia hoy de unas importantes instalaciones deportivas, que todos podemos disfrutar.  Ala vez, que sentirnos orgullosos, si bien en su inauguración y nombre, se olvidaron de nosotros.

Tambien en alguna comisión de fiestas, he coincidido contigo, y tu rectitud y honradez, siempre ha sido un ejemplo para todos, entre los que me incluyo.
Espero, qué durante muchos años pueda continuar aprendiendo de ti, y disfrutar de tu compañía.

EL BACHE

Uno de esos lugares de Isso, qué conserva cierta magia:

Situado, entre el Barrio los Gabrieles y la Ermita del Pedernaloso, se trata de un manantial apenas perceptible, y que, recogido a unos cientos de metros, en una balsa, era utilizado para el regadío

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 Recuerdo, que las tandas de riego se componían del agua embalsada durante unos días concretos y el tapado y vaciado de la balsa, era, bastante rudimentario.

 Se componía, como se ve en una de las fotos, de una salida circular en el fondo de la balsa, donde encajaba un tapón de madera, cogido a una cadena, que cuando se tiraba de ella, el agua salía, hasta el vaciado completo de la balsa.

 Que, dicho sea de paso, cuándo me tocaba hacerlo, sentía temor por la profundidad, si bien recuerdo ver el agua cristalina y al fondo el tapón cogido a la cadena.

 

Al finalizar el riego, había que bajar dentro de una caseta de obra en piedra rejuntada, por medio de unos escalones estrechos, para encajar de nuevo el tapón, e iniciar el embalse de una nueva tanda.

El manantial era utilizado, para el riego de pequeñas parcelas o terrazas de olivos y que por cierto en su día, eran muy productivos, se ubicaban a la orilla de la rambla, dirección al Corral de Espinosa.

Hoy día, como se puede comprobar en una de las fotos, el pequeño manantial, es guiado, bordeando la balsa por la izquierda dirección sur, con una tubería de poco diámetro, dirección a las Casas Nuevas, supongo hasta la acequia del riego actual.,

En cualquier caso, es uno de esos lugares que se resisten a desaparecer en su totalidad, porque el agua se empeña afortunadamente, en seguir fluyendo.