Situado, entre el
Barrio los Gabrieles y la Ermita del Pedernaloso, se trata de un manantial apenas perceptible, y que, recogido a unos cientos de metros, en
una balsa, era utilizado para el regadío
.
Recuerdo, que las tandas de riego se componían del agua
embalsada durante unos días concretos y el tapado y vaciado de la balsa, era, bastante rudimentario.
Se componía, como se ve en una de las fotos, de una
salida circular en el fondo de la balsa, donde encajaba un tapón de madera, cogido
a una cadena, que cuando se tiraba de ella, el agua salía, hasta
el vaciado completo de la balsa.
Que, dicho sea de paso, cuándo me tocaba hacerlo, sentía temor por la profundidad, si bien recuerdo ver el agua cristalina y al fondo el tapón cogido a la cadena.
Al finalizar el riego, había que bajar dentro de una caseta de obra en piedra rejuntada, por medio de unos escalones estrechos, para encajar de nuevo el tapón, e iniciar el embalse de una nueva tanda.
El manantial era utilizado, para el riego de pequeñas
parcelas o terrazas de olivos y que por cierto en su día, eran muy productivos,
se ubicaban a la orilla de la rambla, dirección al Corral de Espinosa.
Hoy día, como se puede comprobar en una de las fotos, el pequeño manantial, es guiado, bordeando la balsa por la izquierda dirección sur, con una tubería de poco diámetro, dirección a las Casas Nuevas, supongo hasta la acequia del riego actual.,
En cualquier caso, es uno de esos lugares que se resisten a desaparecer
en su totalidad, porque el agua se empeña afortunadamente, en seguir
fluyendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario