PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

miércoles, 25 de octubre de 2023

LA NAVIDAD DEL 92


    (Extraído del Baúl)




De nuevo cumplo años, serán 42,  continúo perdido en un mundo, en donde el ser humano puede quedar desprotegido, por cuestiones, como timidez o tal vez por no ser lo suficiente agresivo.

Estos pecados mortales del capitalismo, pueden llevar a mucha buenas personas a quedar excluidos y tirados en cualquier estercolero.

Este es  uno de esos días, enque mi optimismo, con relación al futuro de la humanidad, no se encuentre en su mejor momento.

 El bombardeo de información  sesgada, nos convierte en consumistas inconformistas, al servicio del sistema, no solo por desear poseer lo que no tenemos,cosa legítima,  sino que lo que hemos conseguido con tanto esfuerzo, se nos diluye sin apenas disfrutarlo.

Mi pregunta seria:

   ¿De qué sirve alcanzar metas, si estas las convertimos en  efímeras inmediatamente?

 
 Mi percepción en cuanto a próximas generaciones seria, la de que tampoco ellos mejoraran mucho esta situación, ¡A saber!... Educamos a nuestros hijos, en la falsa creencia, de que han de ser ambiciosos para ser triunfadores.

Esta manera de concebir nuestra existencia, no pocas veces, choca  con otros  valores  más equilibradores como respeto,honradez, solidaridad, mano tendida etc.

Esta parafernalia  anterior nace en mi mente, en un momento en donde continúo traumatizado por el mazazo que recibí en el 90, y que está relacionado con la corrupción por parte de  algunos  gestores del área de Alicante en la empresa,  donde yo prestaba servicios de cierta relevancia.
Fue una  angustiosa vivencia, en donde mi percepción de la honestidad ha quedado tocada.

     En estos momentos, que estoy inmerso, junto con mi señora en la educación de los  hijos, reconozco que he de hacer un esfuerzo, para motivarlos desde mi hundimiento moral.

 En mi menester como padre, intentó transmitirles dos principios que considero irrenunciables

1º... Su formación:
Fundamental para alcanzar cierta autonomía, a la hora de encontrara un hueco,en un complejo y laberíntico mercado laboral, tanto a nivel autónomo ,como por cuenta ajena,  y así, tener la oportunidad de formar una familia que les haga plenos. 

2º...,Iniciarlos en valores de convivencia,
tales, como humildad, solidaridad, respeto, juego limpio etc., imprescindibles  para alcanzar una conciencia en paz.

Dicho esto, en mis diálogos con ellos, también priorizo, desde mi experiencia vivida, que es algo nada fácil de conseguir.
  Sería  que tratasen de hacer compatible sus  metas, con equilibrios emocionales, en donde  la familia sea referente imprescindible y definitivo, en nuestras luces y sombras.


   "Vivir integrado desde la humildad, ha de ser prioritario"

martes, 24 de octubre de 2023


Ruidosos domingos, que anteceden a noches de angustiosos silencios, ¡toca riego!.
 La oscuridad me sobrecoge  nada se mueve, la luna en cuarto menguante se oculta, atrapada por negros nubarrones, un ruidoso aleteo en un viejo olivo me sobresalta, un búho con vuelo bajo abandona el cobijo, he relevado a mi padre en la bajada del agua, desde el molino de la 
placeta
Después que nos viésemos en la "garita del guarda" ,  un estrecho callejón, que divide las escuelas de la casa del molinero.
Ahora estoy en los "Olmos de Pepe Rico", próximo a la casa Baltasar...Después de pasar por el partidor de "D. Julián", La "Casa la Parra", la "Almazara Gachero,", bajo el formidable chopo, ¡por cierto!, con respeto, a los ladridos broncos del corpulento perro y que afortunadamente ,al hablarle me ha conocido, (No pocas veces visito este lugar donde viven mi tío Juan y mi  tía Angelica, mujer del guarda del agua), más abajo me encuentro la casa del olivar, bastante oculta entre chopos y olivos centenarios. 
Cruzo el camino de "las casicas",.



La acequia continúa serpentea entre bancales, y una senda entre la maleza, algún tronco de manzano, granado, higuera etc. que han crecido salvajes, amparado en  la humedad.

Con estas premisas, vigilar las boqueras hasta el punto de riego con ayuda del farol, resultaba bastante complicado.
 Ahora estoy  apoyado en el astil de la azadón.  Espero con impaciencia el ruido de las hojas al ser empujadas por el agua.  El silencio y la oscuridad me inquieta, miro el farol, que está con la llama jadeante, y donde una y otra vez chocan los insectos en el cristal.

La noche se va tornando más fría, junto la solapa de la chaqueta y le  trabo el último botón, engullen dome el cuello miro el reloj con ayuda de la escasa luz, marca las 2 hora 15 minutos, según el horario de acequia van 10 minutos de retraso, la duda asalta mi mente, ¿habré olvidado alguna boquera?, en ese momento suena un aleteo próximo a mi que me sobresalta, he asustado a algún mochuelo, sin pretenderlo.
Con alguna inquietud por la tardanza del agua, me dispongo a desandar la acequia, cuando el sonido del chorro cayendo en una poza próxima me tranquiliza.

Sobre las seis o siete de la madrugada,  finalizaba la fiesta y el riego.



 

lunes, 23 de octubre de 2023

PROXIMIDADES SIN CERCANÍAS

ÁNGEL GABILONDO
Vivimos rodeados de proximidades sin cercanía, de ignorancias que presumen de saberlo todo, mientras en un ir y venir casi fantasmagórico se nos aparecen seres de cuyas aventuras y peripecias sabemos menos de lo justo.
 En algunas ocasiones, eso que vislumbramos se parece demasiado a lo que nos conformamos con saber, a lo que no nos trastorna sino lo imprescindible, que suele ser poco. 
Nos encargamos de que sea así. 
Es lo que podemos permitir
De ahí que el empeño en deducir lo que a los demás les es más conveniente, o de saber de antemano lo que verdaderamente necesitan, o de procurarles lo que resolverá sus más acuciantes problemas, debería no ignorar ese silencio que acompaña toda vida y que forma parte constitutiva de lo que cada uno es y desea.
 Hay que considerar que nada se oculta a la bienintencionada decisión, o estimar que ello no es significativo, es olvidar opciones y formas de vida, y vidas sin demasiadas opciones para darles la forma justa. Y de eso se trata, de los olvidados, y del proceder justo. Mientras tanto, en un lugar recóndito y remoto del universo, que bien pudiera estar a nuestro lado, vidas tachadas, vidas silenciosas, tratan de abrirse paso ante la inminencia de urgencias tan constantes que acaban constituyendo no sólo una manera de vivir, sino un modo de ser tejido de silencio.



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A. VILLENA. Opinión
           
   Proximidad sin cercanía, el segundo término niega el primero, este pequeño contratiempo o espacio que se abre con frecuencia en nuestras relaciones suele ser cruel y dañino para la salud participativa.
 Sobre la que debemos asentar nuestro equilibrio emocional.
Viviendo bajo el puente



Comportamientos de exclusión pertinaz que nos confunden con frecuencia.

Una pequeña comunidad de conocidos, que a veces se cruzan en su camino y se niegan, no solo el saludo, sino hasta la mirada, creo que no deja de ser un despropósito o error.


  Por más que tratemos de hacer de la indiferencia, una herramienta de desprecio hacia nuestros semejantes, tal vez, para alimentar nuestro ego, creo que solo conseguimos ejecutar una necedad más de
 nuestro repertorio



  Por otra parte, si nos toca vivir en una comunidad con gran densidad humana, los comportamientos pasan a ser un auténtico caos, podemos llegar a percibir la soledad más absoluta, incluso inmersos en una marabunta de gente y ruidos.

   RESUMO:

 Hemos llenado nuestra existencia de tantos prejuicios, que hemos sacrificado la cercanía por la proximidad, de ahí la soledad, el silencio y la indiferencia.