PASADO

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LA SOBERBIA TIENE UNA HIJA Y ES LA INGRATITUD, (EL QUIJOTE)

domingo, 26 de noviembre de 2023

PANDEMIA Y PARIAS .1 de 2


Estoy un par de semanas sin poner negro sobre blanco:


 ¡¡ Motivo !!,. El estado de alarma decretado en España hace más de 15 días, dejándome el ánimo muy tocado.
La  humanidad estamos recibiendo, a consecuencia de la pandemia desatada por el "Coronavirus", el mayor impacto de pánico, desde la segunda Guerra mundial.
   Tanto los medios de comunicación, como las redes sociales, no paran de ofrecernos terribles cifras de muertos, y en constante aumento.
  El confinamiento que algunos países están adoptando, es de una duración de quincena, pero los están prorrogando, ante la dificultad de aplanar la curva de contagios.

      Hoy, día 02/04/2020, a las 23,39 horas acabo de vivir un momento de esos, que te obligan a asomarte a ventanas que no nos gustan.
  Mi señora, desde que comenzó el sunami pandémico está junto a mi, ( En Isso ), pero con una responsabilidad añadida, su madre que vive en Bolos, y ha de ser atendida, porque si bien la abuela se defiende en lo esencial, sus 90 años la hacen vulnerable a la epidemia.
 A día de hoy, la noto con una enorme presión por el peligro muy real, de que a pesar de todas las normas de higiene que cumple, con mucho celo, no puede desechar la posibilidad de un contagio, en sus servicios diarios, tanto en  las comidas, como la higiene y demás cuestiones.

 Después de este largo preámbulo, tratare de dejar algun garabato sobre la cuestión que ha conseguido que hoy me ponga a escribir.
 En la visita de loli a la abuela esta mañana, al pasar al corral de enfrente par recoger un cubo de pintura, había quedado en su memoria una imagen, que esta noche serian las 22,30 horas me explicaba, y según, bajo unas uralitas que forman el cobertizo, había unos huevos de gallina junto a una silla, y los restos de una pequeña hoguera. 
Según me comenta, había olvidado decírselo a su madre.
 Eran las 11 de la noche y decidimos ir para enterarnos del porqué.    Lo primero que vemos, es tal, como ella decia, media caja de huevos consumida, una pequeña bolsa de plástico con las asas arrancadas, y en su interior un limón, cáscaras de huevo, una maceta rota, y restos de una pequeña hoguera.
 Después pasamos al porchado, donde tengo alguna herramienta agrícola, así, como cajas de plástico, et.
  Sobre una vieja máquina de coser tapada con un plástico, vemos una zapatilla deportiva y un pantalón vaquero, creo que cortado a media pierna, también 4 cajas de fruta alineadas en forma de cama, el resto de aperos agrarios, estaban en sus respectivos lugares, no he notado que faltase nada.
   Hace un par de horas y mi cerebro se ha puesto a imaginar cosas, por cierto, olvidaba que también había  un paraguas, semi abierto, dentro del porchado.

La lluvia estos últimos días esta siendo intensa y persistente, especialmente en las noches. 
 

El desconocido compra unos huevos, salta la pared, y en el cobertizo encuentra leña seca bajo la uralita, con la que consigue hacer algo de fuego, y en una pequeña zafa calienta agua, y cuece unos cuantos huevos, repone fuerzas, y a continuación decide descansar, sobre las cuatro cajas de fruta.  Diluvia. ¡¡Y qué otra cosa puede hacer!!.
 Con la llegada del día y temiendo que alguien lo descubra, decide continuar su camino.
  Esa es la lógica que se me ocurre.
 Lo que no me cuadra es, que se marche dejando unos pantalones y una deportiva en buen estado. (Cómo puede verse en las fotos).
 Con la linterna echo un vistazo al resto de lugares del huerto, y nada observe fuera de sitio.
Finalizamos la exploración, tranquilizamos a la abuela cuanto podemos, y mañana, ella decidirá si lo pongo en conocimiento de alguna autoridad.
También se me ocurre, que sea tal vez alguien sin permiso de movilidad, buscando algun trabajo en el campo, donde por motivos del temporal, no se puede trabajar.
Esta noche me he asomado a esa ventana, en cuyo interior cada día hay más  humanos parias, víctimas  de un sistema, que se ha convertido en un tren de alta velocidad, y que no para de dejar pasajeros inservibles, en un recorrido, vertiginoso e insolidario.                    
CONTINUARÁ:   

El issero nostálgico

jueves, 23 de noviembre de 2023

DROGA / 2 de 2


 Recuerdo sus  dos primeros meses adaptado al trabajo, y albergue la esperanza, que quizá habríamos llegado a tiempo de evitar lo peor, y así  lo comente a ambos, a lo que su familiar me respondió, que era  pronto para ser optimista. 
Lo que sucedió hasta el 22 de mayo que se le dio de baja, fue un querer y no poder. 
A partir de enero, rara era la semana que no me pidiera algun permiso, accedí al principio con una explicación verbal, pero como se repetía demasiado, opté por pedirle un justificante por escrito y firmado, del lugar al que tenía que ir

Eran las diez de la mañana  de un lunes y  me confesó llorando, que tenía problemas con la droga, y que hacia un un par de días  que su mujer le había abandonado.
 Le escuche como si no supiera nada.

En principio le hice saber, el aprecio que tanto los compañeros como yo le teníamos, y  que eso se lo había ganado él, pues nadie sabíamos nada,  por tanto ya que  había sido sincero conmigo, lo menos que podía hacer era ayudarlo a que se curase, y que por muy complicado que fuese el recorrido, nunca se arrepentiría. 
Le recordé ,que a su edad (unos 30 años), tenía toda una vida por delante, y una compañera, (su esposa), que  también le ayudaría

 En algunas charlas, en la que intentaba hacerle comprender, que si no rectificaba el resultado sería grave, tuve la sensación, que era consciente del peligro que estaba corriendo, y sabía que si no rectificaba su futuro podía ser horrible,  pero que no tenía fuerzas para dejarlo. 

También me decia, que agradecia mi ayuda, pero que sabía, que volvería vivir días, en los que no podría ejercer ningún dominio ni control de sus actos o  responsabilidades, porque se volvería a ver arrastrado por un tenebroso poder, cayendo en el mundo engañoso de lo irreal.  
Me dejó confuso y decepcionado, no acababa de entender, como, una persona que razona y comprende su problema, no es capaz de modificar el rumbo.
Por último, un lunes al poco de llegar a la obra, me dijo, que tenía que marcharse, llegó el jueves y no había llamado. 
Viendo el cariz que tomaba la situación, hable con mi jefe de obra, haciéndole comprender el riesgo que estábamos asumiendo, si le pasaba algo, y de inmediato se le dio de baja, el motivo, ausentarse del trabajo varios días.

 
Fue para mi una amarga experiencia, o especie de fracaso, porque me lo tomé como un reto personal.

Durante el recorrido de toda esta situación, tuve informado en cada momento a su familiar y al jefe de obra. 

En mi cerebro quedo gravado, las amargas consecuencias de la droga, cara demacrada, mirada en ninguna parte y  encadenado a las luces y las sombras de su propia tragedia.

Unos años despues supe ,que continuaba  librando su particular tragedia.