El hueco inferior supone claramente, el traslado o alargamiento de una abertura bajo un hueco existente; de no ser así, no podríamos explicar que su dintel ocupe sólo una pequeña parte de la profundidad del hueco.
Si los escalones interiores tenían que salvar la altura de, al menos, una tapia como hemos dicho, implicaría que el hueco de paso tendría su dintel a una altura aproximada de 4 tapias por encima del nivel de paso actual, el correspondiente al segundo piso de la torre grande.
No sabemos con exactitud cómo estuvo formalizado el espacio entre las torres en origen, sin embargo, la solución que allí se adoptó fue crucial desde un punto de vista defensivo.
La única realidad comprobada, por ahora, es la presencia del muro norte como nexo entre las dos torres, pero habrá que seguir investigando sobre cómo se organizó este espacio.
A continuación, expondremos tres opciones:
a) La existencia de un adarve, como coronación del muro norte, comunicado con las dos torres. En este caso, para posibilitar con eficacia tanto la circulación como el hostigamiento vertical, se debía contar con una anchura superior a la que vemos en los adarves oeste y sur, y para ello era necesaria la presencia de un cadalso.
b) Una solución complementaria de la anterior sería, aquélla en la que este adarve central se encontrara dentro de un espacio cerrado, es decir, con otro muro situado al sur que, incluyendo una primera puerta, delimitaron un espacio descubierto, pero totalmente controlado para su defensa.
En esta solución, el adarve correspondiente al muro norte representaría una segunda línea de defensa)
c) La tercera opción consistiría en un espacio entre torres totalmente construido y cubierto: cerrado por el sur con un muro, retranqueado con respecto a las esquinas de las torres, que incluiría la primera puerta.
Este cuerpo central contaría, al menos, con un piso intermedio; el cual podría estar comunicado directamente con la planta baja de la torre pequeña, aunque esta relación parece una debilidad desde el punto de vista defensivo.
La terraza de remate podría funcionar como un ensanchamiento entre adarves e, incluso, estar proyectada, en voladizo, hacia el exterior.
La existencia de buhedera, buzones y cadalsos la
podemos suponer, pero no descubrir en los restos conservados.
Fuera como fuera el espacio entre las torres, parece que tendría una cierta independencia constructiva (no de concepción) entre la gran torre oeste y el resto.
Aunque se diera una continuidad funcional, el muro este de la torre grande se ve construido sin traba con el resto, tal como muestran sus mechinales y paramentos conservados.
Esta independencia constructiva queda subrayada por una fisura casi vertical que recorre el encuentro entre la esquina noreste de la torre y el tramo de muralla que la une a la torre menor.
El recurso de adosar, en vez de trabar, es utilizado habitualmente para evitar que la posible ruina de un elemento arrastre al otro.