Recuerdo ir con mi padre durante las noches de los domingos con sendos faroles,
recorriendo boquera tras boquera, desde casa Baltasar o parcela de Patrocinio (aguas arriba ) revisando partidores aún recuerdo algunos nombres, como, de D. .Julián, casa la parra, el puente la placeta, la media, el molino Marcelin, la cerca, olmos de Pepe Rico... et.
Algo muy entrañable que recuerdo, era la visita obligada al guarda a cuya referencia horaria habían de ajustarse todos los relojes de los regantes,(Pedir hora al guarda).
Se encontraba en un pequeño habitáculo, al final del callejón ,entre las escuelas (Hoy, centro de día), y la casa del molinero, (Donde viví recién casado) ¡ Por cierto!, el callejón aun existe.
En invierno dormitaba arropado con gruesas mantas y una pelliza por encima.
La puerta solía estar sin cerrar, los regantes al entrar durante las noches o madrugadas subían un poco la luz del el farol y se removía para extraer uno de aquellos relojes de época, cogido con cadena y abrochada al ojal del chaleco.
La puerta solía estar sin cerrar, los regantes al entrar durante las noches o madrugadas subían un poco la luz del el farol y se removía para extraer uno de aquellos relojes de época, cogido con cadena y abrochada al ojal del chaleco.
¡Quizá!, porque la hora de pasar siempre era la una de la madrugada, ( Tandas que arrancaban, a la una y treinta en la fuente)
Un momento que recuerdo con bastante nitidez era, cuando bajo el puente de la placeta, me tocaba, escuchar la última música del baile de la Rubia.
Y por la carretera las parejas con la abuela de turno o "carabina", regresando a sus respectivas barriadas.
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