También se producían otros menos esenciales, pero que debidamente arreglados se consumían durante todo el año, por lo general eran pequeñas cantidades, pero que ayudaban al sustento de la familia, entre otros, higos ,granadas
,melones, pimientos, nueces, bellotas, almendras,
alubias, garbanzos, lentejas, maíz de palomitas , habas, y supongo que alguna
cosa mas, que ahora no recuerdo.
Con este panorama, es de suponer, que los quehaceres estarían asegurados durante todos los días del
año.
También recuerdo una faena al final de la jornada, se trataba de recoger las cabras, estas se ataban en el campo, amarradas del
cuello o una pata, se utilizaba una soga de esparto o cordel de cáñamo y en el otro extremo se anudaba a una estaca de
madera o hierro, de unos 30 cm. aproximadamente y quedaba pactando en el circulo que alcanzaba. En el mejor de los casos se cambiaba de lugar, una o dos veces al día.
En el
caso de la mula, sucedía algo similar, si bien el sistema de amarre era mas robusto, y como decia, recogerlas era una de las última faenas, al final de la tarde.
En algunas ocasiones despues de cenar o en la trasnochada, se aprovechaba para la monda de alubias , desgranar maíz, limpiar cebolla de azafrán, etc.
En algunas ocasiones despues de cenar o en la trasnochada, se aprovechaba para la monda de alubias , desgranar maíz, limpiar cebolla de azafrán, etc.
El cultivo del azafrán, fue de los más importantes en mi familia, para capear aquellos tiempos de miseria.
Lo mas importante de este cultivo era, que llegaba cuando el cuido de hortalizas y cereales finalizaban su ciclo, ya entrados en el otoño. Por tanto, los meses
de septiembre octubre y noviembre nos tenía ocupados.
A continuación, era
tiempo de labrar las tierras, tanto, para la siembra del cereal, como los
olivares, para tener limpios los suelos, y aprovechar la aceituna que cállese
antes de la recolección, que solía iniciarse finalizada la navidad.
Otros cultivos de esta estación, el cebollino, la siembra de
los Ajos, y el cuido del plantel de los
tomates.
Con este panorama, esta claro, que no me sintiera muy afortunado, sobre la suerte que me tocaba vivir, a tan temprana edad.
De esto puede desprenderse, mi deseo de continuar con
los estudios, pues era una posibilidad de alejarme de las continuas
obligaciones, que había de enfrentar a diario.
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