FOTOS DEL BARRIO CARAVACA
La referencia más reseñable en cuanto a este “Play Voy” fue, que en uno de los viajes que hacía de regreso, conoció a una chica en Isso muy jovencita, y con toda la inocencia de la edad, quedo encandilada de su buena planta y partió con él, (No recuerdo si llegaron a contraer matrimonio).
Lo
cierto, que, al poco tiempo, ella regresó de nuevo al pueblo, con la aventura
finalizada.
Según se comentó, entre otras cosas trató de modernizarla, algo que ella rechazó, en
cualquier caso, supongo que el mundo que el le dibujara, cuando la conoció, no
sería tan idílico en la realidad.
sería tan idílico en la realidad.
Con el paso de los años, también los padres tenderos del
barrio emigraron y montaron un comercio
en Barcelona, sin el concurso de los hijos, estos ya tenían sus respectivos
trabajos y así han llegado a la jubilación, Pero continúan añorando
sus raíces y se han conseguido sendas viviendas en el Cerrico de la Cruz, donde
nacieron y cuando pueden regresan temporadas.
Yo era parte de un
grupo de adolescentes, donde todos eran un poquito mayores y un mucho más
altos, además sus quehaceres como indicaba, eran, en el peor de los casos esporádicos,
mientras que mi situación era de dedicación completa, pues ya prestaba mis
servicios en los riegos de noche, que
sin duda era lo más complicado poniendo a prueba mis debilidades, tales
como el sentimiento de miedo y mi capacidad física para el tapado de las
boqueras, así, como procurar que el agua trascurriera por el cauce pretendido.
Eran décadas
difíciles y mis padres con nuestra
colaboración, se afanaban para que en la mesa no faltasen alimentos y una jarra
de vino.
Por tanto, avía que
producirlos.
Lo primero y más importante, procurar que los corrales fuesen una reserva de carne. Se componía de
una caterva de animales, tales como pollos, gallinas conejos, cerdos, cabras,
palomos, pavos…etc.
El alimento de los
animales que se criaban procedía casi en su totalidad de la actividad
agrícola familiar, y de paso, se generaban el estiércol, que después serviría para el abonado de las hortalizas principalmente.
En el caso de la
agricultura ocurría algo parecido, con la harina de trigo que se molía en el molino Falcón, mi madre hacia enormes panes.
El aceite era otro
producto importante, y se procuraba tener reserva, al menos para un par de
años, por si venían mal dadas.
Los tomates, en cantidad de unas dos a tres mil matas,
producían para vender, y para tener conserva todo el año. La lonja en
Hellín era el principal punto de venta, recuerdo a mi padre, con pantalones y chaqueta de pana de los días de fiesta, así como el sombrero de paño del mismo color, sujetando el farol en el carro a primera hora, para estar sobre las siete de la madrugada en el puesto Rosendo, u
otros asentadores, que eran los intermediarios de la compra –venta.
CONTINUARA:
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