Un día cualquiera:
El dormir de un tirón ya es cosa del pasado.
Vueltas y vueltas en la cama, viajes al aseo, desvelo por preocupaciones, miedo a contraer el virus del Covi, molestias musculares et.et.et.
Sobre las 8 horas decido levantarme, procurando no hacer ruido, mi señora supongo que esta dormida, primeros pasos torpes, llego al aseo, lavado de cara, un día más sin afeitar,
me pongo la bata y subo las persianas con cuidado.
Un poco de aceite de oliva virgen mañanero, y un buen trago de agua, pongo la leche en el microondas, minuto y medio, un pequeño paño sobre la mesa y voy depositando cereales alguna galleta para mezclar y tostada de paquete que
unto con algún tipo de mermelada, la leche está caliente le pongo dos pequeñas cucharadas de azúcar, y media cucharada grande de nescafe, una servilleta de papel y el desayuno está listo. Con bastante calma y
silencio acabo las viandas y paso al aseo, limpiarme los dientes y un enjuague
de colutorio, son casi las nueve, y con el móvil repaso las noticias, solo los titulares de algunos periódicos, un día más los datos de la pandemia, las vacunas, y el presidente del gobierno aguantando el chaparrón, que
le llega de la derecha.
Me visto, cojo la mochila y la mascarilla y salgo por la calle los danzantes de Isso, saludo algunos vecinos sobre la marcha, Juan de la Vicenta, Joaquín de la torre, que va con el perro, también cruzo unas palabras con Miguel, siempre amable, su salud está bastante tocada, y son malos tiempos para quienes precisemos de asistencia hospitalaria, el arrastra una enfermedad cancerígena bastantes años, y es de una edad bastante avanzada.
En las escuelas me veo
con Muñoz un amigo de toda la vida, profesor jubilado y que ahora dedica buena parte de su tiempo libre, a recoger mascotas abandonadas, también se incorpora Joaquinillo y guardando la distancias, hacemos algunos comentarios, sobre lo que está
significando la pandemia en nuestras vidas.
En el caso de Joaquín, hay que añadir, que también es profesor jubilado y ha recibido un tremendo varapalo, añadido, una separación que lo ha tenido muy afectado, parece que está levantando cabeza, es un gran deportista, en la especialidad de maratón.
Continuo camino de la Cerca, y me cruzo con el sastre, y
hacemos algunos comentarios sobre el tiempo que estuvo haciendo las casas de a mi hermano Juan y la mía, eran los años 70
Llego a mi destino, en total en unos 800 metros, y he tardado casi una hora, una pequeña caseta de bloques, bastante rudimentaria, y en ella tengo la herramienta y la ropa de trabajo, estamos en primavera y hace un par de días por fin se ha calado el terreno y los olivos lo han agradecido.
En estos días, estoy limpiando las más viejas o centenarias,
no solo los tallos, sino los troncos, en cuya corteza seca se
albergan todo tipo de insectos, que, protegidos y con humedad, hacen su agosto.
La herramienta que utilizo es una piqueta de albañil, por su parte plana.
Este año he optado por el herbicida, para tratar de impedir que la hierba se me valla de las manos, como me ocurrió el pasado año por las lluvias, y también por el confinamiento.
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